HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.
Soy consciente que he tirado muchas piedras al Señor. Y todavía sigo tirándole cuando me aparto de su Voluntad. Porque, también soy conscientes de mis pecados de omisión, pues no se trata de no hacer nada malo, sino de dejar hacer muchas cosas buenas.
El rico epulón había sido conducido al infierno no por hacer nada malo con sus banquete, sino por no atender ni preocuparse por Lázaro. Al que su señor le dio un talento, no le condenó por no hacer nada malo, sino por enterrar el talento y no negociar con él. A las cinco vírgenes necias no les cerró la puerta por que hicieran algo malo, sino por su negligencia e imprudencia y no estar preparadas cuando la puerta estaba abierta.
Y a ti y a mí ¿qué nos podrá pasar? ¿A cuántas personas hemos dejado de escuchar, de atender, de preocuparnos por ellas? ¿Cuantos talentos recibido he enterrado? ¿Cuántas imprudencias y negligencias he cometido malgastando mi tiempo? Perdona, Señor, mis piedras y dame la sabiduría y la voluntad de responder a tu llamada. Quiero ser reflejo tuyo y poner en tus Manos todo lo que he recibido, desde mi vida hasta el último pelo de mi cabeza, pasando por todos mis talentos o cualidades.
Quiero poner en tus Manos todo mi tiempo y saber gastarlo según tu Voluntad, pero, me doy cuenta de mis debilidades, de mis errores, de mis fracasos y de mis incapacidades. Quiero y experimento que no puedo. Lo único que puedo ofrecerte es seguir levantándome de mis continúas caídas y mis falsas promesas. Seguir caminando avergonzado de estar siempre en el mismo lugar. Pero, Señor, a pesar de mis pecados no quiero quedarme quieto y dejar de seguirte.
Ayúdame a recoger mis piedras y a dejarlas en el camino. Al menos a no lanzarla contra ti ni contra mis hermanos. A caminar en el silencio y perseverar en tu Palabra poniendo lo que buenamente pueda. A no creerme capaz de grandes hazañas ni grandes cosas. A ser simplemente un pobre hombre que quiere seguirte. Amén.