Mi fe está pegada con alfileres si Tú, Señor, no la sostienes con firmeza. Mi fe se desvanece si Tú, Señor, no la alimentas y la haces crecer en mi corazón. Porque por mucho que me afane nada podré lograr sin tu concurso y sin tu Gracia. Tú eres, Señor, la Fuente que alimentas mi vida y mi fe.
Necesito, Señor, que mi fe esté sostenida por Ti. Necesito que inundes mi corazón de luz para que vea tu amor. Necesito, Señor, que mi fe despierte y se apoye en tu Amor, para que pacientemente persevere y no se derrumbe. Necesito, Señor, que abras mi corazón, quizás, endurecido como piedra, y lo conviertas en corazón de carne suave, compasivo y misericordioso, para que se fortalezca en la fe con buenas obras y servicios por amor.
Dame, Señor, la luz y la sabiduría de, confiado y esperanzado, perseverar en tu presencia pacientemente hasta que Tú convengas en aumentar mi fe. Amén.