Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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jueves, 10 de diciembre de 2020

SUAVIZA, SEÑOR, MI ENDURECIDO CORAZÓN

 

 


A pesar de anunciarnos tu venida por medio de Juan el bautista y, posteriormente por medio de sus discípulos - más tarde tus apóstoles - y por último por medio y a través de la Iglesia, seguimos impávidos e inmóviles agarrados a nuestras tradiciones e instalados en nuestras costumbres o hábitos. ¿Qué tenemos que hacer, Señor, para reaccionar? O, dicho de otra forma, ¿cómo debemos reaccionar?

Porque, el problema es que no sabemos qué, cómo y de qué manera debemos actuar o responder a esa llamada de conversión. Unos nos hablan de hacer y hacer. Es decir actuar de manera activa. 

Y, otros, nos dicen que ser no está ni consiste en hacer sino en ser. Y, sin querer llegamos a confundirnos o desorientarnos. Y eso, unido a nuestra apatía, distracción, holgazanería y pecados nos paraliza y nos deja sin reacción.

Te pedimos, Señor, que nos despierte y nos aclare el camino y, también, cómo tendremos que recorrerlo. Danos esa claridad y luz necesaria para ver los derroteros por donde tenemos que ir y la voluntad para emprenderlo con alegría y esperanza. En Ti, Señor, confiamos y en tus Manos nos abandonamos. Amén.