Detrás de esa invitación a hacer amigos, incluso con el dinero injusto, está la buena intención de emplear las cosas para hacer el bien, porque la amistad se basa en hacer el bien. Un amigo es aquel que busca tu bien, incluso usando malas mañas y se desprende de lo que tiene, a pesar de ser conseguido injustamente, para hacer amigos. Es aquel que sabe que llegarán tiempos en los que él necesitará de los demás.
Sin embargo, lo importante es tomar conciencia de actuar con buena intención y buscar lo bueno que siempre está relacionado con la verdad. Nada bueno puede ser mentira, y todo lo verdadero es bueno. Por eso, la verdad nos hará libre. Y la Verdad Absoluta es Dios. Él nos hará libres y buenos, y nos dará todo eso que buscamos erróneamente en las cosas de este mundo.
Jesús nos lo repite y recuerda hoy: Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Si buscas tu felicidad en este mundo, cambia de rumbo y busca en Dios, porque sólo en Él está el gozo y la felicidad eterna.
No hay otro camino. Servir al dinero te aparta de Dio. Por eso, Señor, en este momento crucial de nuestra vida, cuando las tentaciones del dinero y el poder nos atrae y nos invitan a vivir placenteramente y sólo mirándonos nosotros mismos, te pedimos fortaleza, voluntad y sabiduría para discernir y buscar salir de nosotros mismos para mirar a los demás.
En esa actitud, no sólo de pensamiento, sino también de obra encontraremos la fuerza y el gozo para darnos, servir y cumplir con las cosas pequeñas esa rectitud de intención para ir mejorando y perfeccionando nuestro camino hacia la santidad. Amén.