Quiero asistir al Banquete. A ese Banquete que Tú has preparado para mí. Pero necesito un traje limpio, nuevo y adecuado a mis medidas y tamaño. Porque el mío, o los míos, los que tengo ahora y uso ahora, están sucios, aunque aparentemente lucen limpios, y no se adecuan a mi tamaño ni a mis medidas.
Necesito un traje a mi medida, a la medida de la etiqueta de tu invitación y de tu Fiesta. Porque presiento que ese Banquete siempre lo he estado esperando. Quizás no esté lo suficientemente preparado, pero Tú, Padre Bueno, puedes, y seguramente querrás hacerlo porque me demuestras mucho amor, ayudarme a buscar y probarme ese traje que neceisto para poder ser admitido en el tu Banquete.
Padre, no quiero perdermelo. Dame la paciencia, la sabiduría y la fortaleza de dejar todo aquello que me impide aceptar tu invitación. Yo quiero asistir y que esa, tu Invitacion, sea la prioridad de mi vida. No quiero poner excusas, ni trampas, ni autoengaños. Dame la Gracia de tu Misericordia para saber revestirme de ese traje nuevo con el que Tú quieres que asista.