Nuestra vida ha de ser testimonio de la vida eterna |
porque es una aspiración que nace desde lo más profundo de nuestro corazón. ¿Quién no se ha preguntado sobre su eternidad? ¿Quién no desea y aspira a ser eterno? No hay discusión, todos deseamos ser eterno, pero en el peor de los casos nos resignamos erróneamente.
Porque hay una oferta de eternidad a pesar de vivir en un mundo caduco y enfermo. Enfermo por su propia codicia y soberbia, pero que tiene dentro de sí la formula de sanar y vivir para siempre. Es la maravilla del amor, el amor que todo lo puede, hasta conseguir ser eterno.
Esta es la promesa que nos hace Jesús: "La vida eterna y gozosa para todos aquellos que creen en Él y comen su Cuerpo y beben su sangre". Y lo más sensato es buscarlo, conocerlo y experimentarlo. Así hicieron los apóstoles y ya sabemos lo que sucedió después.
Danos, Señor, la sensatez de buscarte y de pedirte eso que todos deseamos y aspiramos: "La vida eterna gozosa y plena de felicidad", y de conocerte mejor hasta el punto de saber que aquí, en este mundo, no encontramos lo que queremos y todo es caduco y finito. Es en Ti donde hallaremos la fuente de la eternidad y la felicidad. Amén.
1 comentario:
hola Salvador,
muy bonito y tranquilizante tu texto.
un abrazo^^
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