Quisiera, Señor, contemplarte en tu Gloria y gozar de tu presencia dentro y hasta lo más profundo de mi pobre y humilde corazón. Quisiera, Señor, sentir esa inmensa Gloria de experimentarte transfigurado y en tu Gloria dentro de mí. No me resisto, a pesar de parecerme osado y atrevido, a desear y suplicarte que me permitas experimentar tu presencia y el gozo de sentir tu Gloria.
Y, sé, Señor, que en cada Eucaristía tengo esa oportunidad de tocarte y contemplarte, pero todo es don y Gracia tuya. Por eso, te pido que me des esa gracia de descubrirte y de gozar de tu presencia y de sentirte en lo más profundo de mi corazón. Gracias, Señor, por darme cuenta de mis debilidades y mis carencias, y de saber que todo me viene de Ti. Gracias, Señor, por saberme salvado por tu Muerte y Resurrección y de conocer por las escrituras tu Transfiguración.
Dame, Señor, la capacidad y la fortaleza de saber seguir tus pasos y de entregarme en el esfuerzo de estar en íntima relación contigo a través de la oración. El mundo me tienta en cada momento y experimento que mis fuerzas ceden al instante. Necesito estar próximo a Ti y rodeado de circunstancias propicias que refuercen mi voluntad y me ayuden a no dejarme guiar por seducciones malignas que me llevan a la perdición.
Gracias, Señor por l parroquia y por todos los hermanos en la fe que, juntos, nos fortalecemos al compartir nuestra fe. Gracias, Señor, porque Tú te haces presentes entre nosotros y nos das ánimo y luz para continuar en ese camino. Gracias, Señor, porque nos acompañas en nuestra particular subida a nuestro particular Jerusalén donde, junto a Ti y por tu Gracia, compartiremos nuestra muerte con la tuya. Gracias Señor.