Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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sábado, 11 de enero de 2020

ENSÉÑAME, SEÑOR, A SER INCLUYENTE

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Parto de que sé que me cuesta, que muchas veces me quedo a media y que otras, la mayoría, no sé qué hacer ni como actuar. Me pierdo y me siento impotente y sin fuerzas para actuar e incluir a esas personas marginadas, rechazadas por muchos y, creo, que con razón, y termino excluyéndolas. Y yo, Señor, no quiero excluirlas, porque, todas son hijas de tu Padre Dios.

Eso significa que tu Padre, que te ha enviado a Ti a limpiarnos corporalmente y espiritualmente, nos quiere a todos y, por medio de tu aceptación libre y voluntaria, entregando tu Vida para rescatarnos y merecer nuestra salvación, quiere incluirnos a todos, empezando por los más pobres y marginados. ¿Cómo rechazarlos? Dame, Señor, la sabiduría para también yo tratar a todos de la misma forma.

Es verdad, Señor, que nos cuesta aceptar a muchos y que muchos también no sean merecedores de ser atendidos por sus obstinados comportamientos, pero muchas veces somos conscientes que buscamos excusas y justificaciones para alejarnos de ellos. Reconocemos que somos cómodos o que no incomoda muchos de esos pobres o enfermos que nos complican la vida, incluso familiares. Y no queremos hacerlo, Señor. Queremos atenderles en la medida de lo posible y te pedimos las fuerzas y la paciencia necesarias para actuar como Tú quieres que actuemos.

Ayúdanos, Señor, a no ser excluyentes sino incluyente con todos aquellos que se acerquen a mí y a los que yo pueda acercarme. Dame la sabiduría y la astucia de poder ayudarles y, sobre todo, de llevarles a Ti. Amén.

lunes, 11 de marzo de 2019

CUENTAME, SEÑOR, ENTRE LOS TUYOS

Resultado de imagen de Mt 25,31-46
Me siento débil y sin fuerzas para descubrirte en cada hombre que sufre y necesita ayuda. Me siento sin fuerzas para saber donde tengo que vaciarme y donde tengo que darme. Posiblemente, con todos, sean buenos o malos; lo necesiten o aparente necesitarlo; sean necesitados en verdad o mientan para aprovecharse. Tú, Señor, estás en todos y todos son tus hijos, buenos y malos, y como hijos necesitan tu ayuda, que Tú has querido poner en mis manos.

Dame, Señor, la sabiduría y la voluntad de saber darme y entregarme a la tarea de vivir para los demás. Cada día experimento que me busco a mí mismo y que programo el día pensando en mí. Me descubro esclavizado y apegados a muchas cosas de este mundo. Y, quizás, no cosas materiales, pero sí cosas que buscan mi satisfacción y mi propio egoísmo. Y cuando me doy cuenta me descubro débil y sin voluntad.

Necesito, Señor, tu ayuda, tu fortaleza, tu corazón. Yo soy muy débil y con el diablo al lado no tengo nada que hacer. Mis apegos, apetencias y todo lo que mi naturaleza humana tiene de pecado me superan y me vencen. ¿A dónde voy sin Ti, Señor? En tus fuerzas y tu misericordia descansa mi confianza y mi esperanza. Dame esa gracia y esa capacidad de saber renunciar a mis caprichos, a mis comodidades, a mis perezas y holgazanería y poder servirte con todo mi corazón, mi fuerza y energía.

Me experimento pobre y necesitado de tu ayuda, Señor. Sé que soy débil y te defraudo a cada instante. Dame la firmeza, la paciencia, la perseverancia y la voluntad de sostenerme firme en tu Palabra e irme desprendiendo de todas mis esclavitudes y debilidades para, fortalecido en tu Espíritu poder servirte sirviendo a los hermanos donde Tú te haces presente. Amén.