Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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miércoles, 15 de julio de 2020

SOLO EN LA POBREZA NOS ENCONTRAMOS CON EL SEÑOR

25 En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre ...
Es difícil y solo el oírlo nos pone los pelos de punta, pero no hay otro camino para encontrarnos con nuestro Padre Dios: La pobreza. Porque, en la pobreza nos topamos con la humildad y la humildad nos descubre nuestra verdadera pobreza. Una pobreza que nos reviste de la humildad necesaria para sentirnos necesitados, amados y misericordiosamente perdonados por nuestro Padre Dios.

Y, lo sabemos, nos cuesta mucho ser pobre. No solo de dinero, sino de sabiduría, de poder, de vanidad, de sentirme menos o igual al otro, de suficiencia y de muchas cosas más. Siempre estaré en confrontación con el otro y querré ser mejor que él. Y deponer esas actitudes me va a costar mucho, porque en eso consiste la pobreza y la humildad. Por tanto, no nos queda más remedio que orar y orar pidiéndole a nuestro Padre Dios que nos dé esa actitud de pobreza y humildad.

A este respecto quiero traer aquí una sugerencia o consejo que nos da la Madre Teresa de Calcuta: Si quieren orar mejor, tienen que orar más... La oración nos ayuda a conocer y cumplir la Voluntad de Dios... Dios es amigo del silencio. Tenemos que encontrar a Dios, pero a Dios no podemos encontrarlo ni en el ruido ni en la agitación... Si de verdad queremos orar, por encima de todo tenemos que disponernos a escuchar, porque el Señor habla en el silencio del corazón.

Pidamos al Señor que nos dé esa actitud orante de la que habla Madre Teresa para, abierto nuestro corazón, seamos capaces de abajarnos con verdadera humildad y crecer, por y con la Gracia de Dios, y vivir en su Voluntad tratando de reflejarlo con nuestras humildes palabras y obras en nuestra vida. Amén.

domingo, 8 de septiembre de 2019

SOY CONSCIENTE DE QUE TE NECESITO, SEÑOR

Resultado de imagen de Lc 14,25-33
El Evangelio de hoy me destartala y me deja fuera de combate. Soy consciente, Señor, de que necesito de Ti. Mi pobre naturaleza, pecadora y sometida al pecado, me arrastra, me vence e impide que, aunque quiero seguirte plenamente, acercarme a Ti. Experimento que mis fuerzas me flaquean y me siento vencido por mis apetencias y egoísmos.

Entonces, Señor, soy conciente que sin Ti no soy nada. Eso es lo que quiero decirte hoy. Quiero aprovechar la ocasión para decirte que te necesito para que me des las fuerzas y poder seguirte plenamente con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todo mi ser. Quiero pedirte que cambies mi corazón egoísta y apegado a los placeres y satisfacciones de este mundo que me impide seguirte de forma plena como a mí me gustaría.

Ahora entiendo a Pablo en la Epístola a los - Romanos 7, 14-20 - cuando habla sobre el poder del pecado que nos obliga a hacer lo que no nos gustaría hacer. Por eso experimentamos arrepentimiento y dolor de corazón. 

Confío, Señor, que por tu Infinita Misericordia hagas que mi corazón, fortalecido en tu Espíritu, se haga fuerte y pueda vencer los obstáculos que se me presenta en el camino de mi vida. Soy consciente, Señor, de mi debilidad y de que sin Ti nada puedo hacer y estaré vencido y a merced del demonio, del mundo y de la carne. Por eso, consciente de mi pobreza y pequeñez te imploro, Señor mío, que me des la sabiduría y la fortaleza necesaria para hacer, no mi voluntad, sino la tuya.

Y apoyado y confiado en tus Palabras de pedir y se les dará, buscad y hallaréis, llamar y se les abrirá - Mt 7, 7 - insisto en suplicártelo en la esperanza de que transformarás mi pobre corazón. Amén.

viernes, 19 de julio de 2019

UN CORAZÓN MISERICORDIOSO


Resultado de imagen de Mt 12,1-8
Hoy retomamos el rezo del santo Rosario de los viernes, pues el pasado viernes, por estar fuera de casa no pudimos rezarlo.

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Ayer decía que mis esfuerzos son inútiles se no me abro a la acción del Espíritu de Dios y me abandono en sus Manos. Si el Señor no construye la casa en vano se cansan los albañiles -Salmo 126-. Doy gracias a Dios porque empiezo a tomar conciencia y comprender mejor ese salmo. Y, experimento, que no ha sido por falta de oírlo, sino porque, quizás, ha llegado el momento y Dios así lo ha dispuesto y querido.

Posiblemente, ha sido el momento, la hora de la madurez respecto a esa promesa y el instante de empezar a recoger el fruto. Realmente, no lo sabes exactamente, pero vas experimentando que es ahora cuando todo empieza a cuadrar dentro de tu pobre y sencillo corazón. Experimentas tu pobreza cuando tomas conciencia de lo pequeño que eres y lo necio que has sido.

Gracias, Señor, por este hermoso regalo y, aprovecho, para pedirte que me des la sabiduría, la fortaleza y la paz para conservarlo y madurarlo hasta sus últimas consecuencias. Gracias, Señor. Todos mis esfuerzos son vanos, Señor, si Tú no vas conmigo; todos mis esfuerzos son inútiles si Tú, Señor, no vives en mí; todos mis esfuerzos pierden sentido si Tú, Señor, no actúas en mí. 

Parodiando a Pablo diría que si Tú, Señor, no vives en mí, todo mi actuar y todo mi obrar será inútil. Por eso, Señor, te doy gracias por tu Infinita Misericordia, pues por mis actos nada merezco. Al contrario, merecería ser reprobado y condenado, y Tú, Señor, haces todo lo contrario, me regalas bien y cargas con todo mis malas actuaciones. Me limpias, borras y asumes mis pecados y me regalas gratuitamente Vida Eterna.

¿Qué puedo decirte, Señor? Simplemente, darte las gracias y postrarme a tus pies abandonándome en tus Manos. Amén.

lunes, 11 de marzo de 2019

CUENTAME, SEÑOR, ENTRE LOS TUYOS

Resultado de imagen de Mt 25,31-46
Me siento débil y sin fuerzas para descubrirte en cada hombre que sufre y necesita ayuda. Me siento sin fuerzas para saber donde tengo que vaciarme y donde tengo que darme. Posiblemente, con todos, sean buenos o malos; lo necesiten o aparente necesitarlo; sean necesitados en verdad o mientan para aprovecharse. Tú, Señor, estás en todos y todos son tus hijos, buenos y malos, y como hijos necesitan tu ayuda, que Tú has querido poner en mis manos.

Dame, Señor, la sabiduría y la voluntad de saber darme y entregarme a la tarea de vivir para los demás. Cada día experimento que me busco a mí mismo y que programo el día pensando en mí. Me descubro esclavizado y apegados a muchas cosas de este mundo. Y, quizás, no cosas materiales, pero sí cosas que buscan mi satisfacción y mi propio egoísmo. Y cuando me doy cuenta me descubro débil y sin voluntad.

Necesito, Señor, tu ayuda, tu fortaleza, tu corazón. Yo soy muy débil y con el diablo al lado no tengo nada que hacer. Mis apegos, apetencias y todo lo que mi naturaleza humana tiene de pecado me superan y me vencen. ¿A dónde voy sin Ti, Señor? En tus fuerzas y tu misericordia descansa mi confianza y mi esperanza. Dame esa gracia y esa capacidad de saber renunciar a mis caprichos, a mis comodidades, a mis perezas y holgazanería y poder servirte con todo mi corazón, mi fuerza y energía.

Me experimento pobre y necesitado de tu ayuda, Señor. Sé que soy débil y te defraudo a cada instante. Dame la firmeza, la paciencia, la perseverancia y la voluntad de sostenerme firme en tu Palabra e irme desprendiendo de todas mis esclavitudes y debilidades para, fortalecido en tu Espíritu poder servirte sirviendo a los hermanos donde Tú te haces presente. Amén.

domingo, 15 de julio de 2018

TAMBIÉN HOY SOMOS LLAMADOS A MISIONAR

Resultado de imagen de Mc 6,7-13
No hay tiempo de descanso. En cualquier momento estamos dando testimonio del amor de Dios, incluso en la hora del descanso, porque misionar nos exige respetar, escuchar, comprender, estar disponible y solidario y toda actitud que se desprende del deseo de amar como Jesús, el Señor, nos ama.  

Pero, partir con una condición, no como meta, pero sí como necesaria, la pobreza. Se nos ha dicho que para seguir a Jesús y proclamar su mensaje es necesario dejarlo todo. Hoy, el Señor, nos da una serie de mandatos a la hora de salir en misión: Les ordenó que nada tomasen para el camino, fuera de un bastón: ni pan, ni alforja, ni calderilla en la faja; sino: «Calzados con sandalias y no vistáis dos túnicas».

La pobreza nos ayuda a ser transparente y a estar disponible. Porque, las riquezas, los bienes materiales, el poder, la fama, el prestigio y muchas cosas más nos impiden transparentar la verdad y dejar pasar la luz. Transmitir el Evangelio exige limpieza de corazón y exclusión de todo aquello que contamina, ensucia, mancha o impide que la verdad brille luminosamente. Y nos reconocemos y sabemos pecadores. Indigno de transmitir el mensaje del Señor.

Por eso, desde este rincón de oración elevamos nuestra plegaria, unida a todos los que se sumen a ella, rogando fortaleza, sabiduría y perseverancia para soportar todas las inclemencias que la misión nos presente. Rogamos luz para saber proclamar, con obras y palabra, el mensaje de salvación que Dios, por medio de su Hijo, el Señor Jesús, nos regala, rescatándonos de la esclavitud del pecado y liberándonos, para gozar junto a Él, en plenitud de gozo y felicidad eterna. Amén.

domingo, 31 de julio de 2016

EXPERIMENTANDO NUESTRA MISERIA



Podemos darnos cuenta, y, de hecho, nos damos, que somos unos pobres y míseros pecadores. Porque sabiendo que muchas cosas nos perjudican seguimos haciéndolas. Ejemplo, el beber desmesuradamente, el fumar, por poco que sea, y muchas cosas más que sabemos nos perjudican. 

El problema es que creemos que somos libres, y nos auto engañamos. Porque ser libre no es perjudicarnos, sino hacer todo lo que es bueno para nosotros y para todos. Y cuando actuamos pensando que lo que hacemos es bueno, nos equivocamos. Eso descubre nuestra miseria y pobreza porque, aun sabiéndolo, continuamos haciéndolo. Por lo tanto, la conclusión es que somos esclavos y estamos sometidos a todas esas apetencias e intereses que, pensamos, nos hacen la vida más agradable y gozosa.

Y eso nos debería ayudar a reflexionar para darnos cuenta de nuestra miseria y pobreza e intenta buscar salidas si las hay. En el Evangelio de hoy, Jesús nos las descubre y nos da una salida. Lo verdaderamente importante es buscar enriquecernos según la Voluntad de Dios. Es obvio que una persona sensata y de buen gusto intente aclararse en su vida y buscar y buscar donde realmente esta la salida a esta miseria que, por mucho que tengas, es nuestra vida.

Porque de otra manera la vida no tiene sentido. Dicho esto, yo opto por buscar a Jesús, y pedirle que me ayude a encontrarme con Él. Que me dé la sabiduría y la fe para experimentar su Amor y su Palabra y que, vivida, experimente el gozo y la paz que anhelo y busque. Una paz que no se acabe sino que perdure y aumente cada día más.

Ven Espíritu Santo y lléname de tu Amor y Luz, para que dé respuesta a esa aspiración que palpita dentro de mi corazón, tal es encontrar la plena felicidad eterna, porque no me vale la que dura sólo un momento, y esa es la de este mundo, que no termina por llenarme y, en la medida que me abastezco, más hueco y vacío me experimento. En Ti, Señor confío y espero. Dame el valor y la fortaleza para abrirme con paciencia y confianza a tu acción. Amén.

miércoles, 9 de septiembre de 2015

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La cruz del creyente en Xto. Jesús es la pobreza. 
Una cruz pobre y perseguida que esconde el Tesoro de la felicidad y salvación eterna.
 El camino por donde encontrar ese Tesoro se llama:  
Avenida de la Pobreza.

martes, 2 de diciembre de 2014

DAME LA GRACIA DE ESCUCHAR TU PALABRA SEÑOR



Dame, Padre, un corazón sencillo, consciente de su pequeñez y de su pobreza, y sabedor de que todo lo que tiene te pertenece Padre. Crea en mí un corazón puro y agradecido. Agradecido de todo lo que ha recibido, aunque algunas cosas no le parezca bien.

Dame, Padre, la sabiduría de saber aceptar con alegría todo lo que me has dado, porque nada de lo que viene de Ti puede perjudicarnos. Al contrario, nos sirve de mejora y de perfección. Dame la sabiduría de saber ser agradecido, y como Tú, mi Señor Jesús le agradeces al Padre que haya revelado estas cosas del Reino a los pequeños, sencillos y humildes, que sepa yo también agradecérselo al Padre en Ti, Señor.

Danos la luz de conocer al Padre, porque Tú, Señor, el Hijo, nos lo has revelado. Necesitamos la luz del Espíritu Santo para entender lo que nos has enseñado del Padre. Queremos, Señor, seguirte, pero seguirte como a Ti te gusta. No siguiendo nuestras ideas y criterios, sino los tuyos. Y eso nos cuesta mucho.

Nos cuesta, Señor, hasta el punto que experimentamos la debilidad de no poder seguir tus pasos. Al menos a tu ritmo. Los míos son más lentos, más pesados. Están encadenados, atados a estos vicios mundanos que me torturan. Viciados de apegos y apetencias de las que me experimento esclavo, y hasta dispuesto a venderte por un plato de lentejas como hicieron los hijos de Jacob con José.

Por eso, Señor, con el rostro preocupado, desencajado y enfermo te ruego me sostenga, me liberes y me des la voluntad comprometida y responsable de enfrentarme a mis ataduras y esclavitudes para aligerar mis pasos y seguir tu ritmo. Te lo pido Señor. Amén.

jueves, 10 de octubre de 2013

ES LA SOLUCIÓN, PEDIR



Nos lo dice el Señor: Pedir y se nos dará; buscad y hallaremos, y tocad y se nos abrirá. No hay otro camino, porque el pobre y enfermo necesita pedir para salvarse. Por eso Jesús nos repite que Él ha venido para salvar a los pobres y curar a los enfermos. Habrá que ser de esa partida, pues estando en el lados de los ricos, suficientes y sanos no tendremos ninguna posibilidad de salvarnos. Tendríamos que salvarnos nosotros mismos. Y ya sabemos lo que somos.

No basta con mirar a nuestro derredor y ver como está el mundo. Enfrentamientos, miserias, injusticias, muertes y guerras por riquezas, posesiones, poder. El hombre es el mayor enemigo del mismo hombre. Millones de niños mueren cada año en el vientre de sus madres. ¡Verdugos!, sus propios padres. Pero lo pero es que no pueden pedir, porque no tienen a nadie a quien pedirle. Ellos son los más ricos y poderosos, pero su mundo se derrumba delante de ellos mismos y ven cerca el precipicio por donde van a caer.

Nosotros, los esperanzados en que Alguien nos salve seguiremos pidiendo, buscando y tocando, porque confiamos y esperamos que Jesús, Hombre de Palabra Eterna, no nos falla. En Él todo se ha cumplido, hasta la Resurrección, y por eso su Palabra es Palabra de Vida Eterna. En Él estamos salvados y en Él están puestas todas nuestras esperanzas.

Señor, danos la paciencia y sabiduría de insistir, de no desfallecer, de ser pertinente, constante y nunca dejar de tocar. Dame la fortaleza de permanecer sentado en el atrio de tu puerta esperando con paciencia a que Tú quieras responderme. Porque creo y tengo confianza en tu Palabra.