Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 11 de junio de 2018

COMPARTIR COMPORTA DOLOR Y SUFRIMIENTO, PERO ES LA PUERTA QUE TE ABRE LA DICHA ETERNA

Resultado de imagen de Mt 5,1-12
Todo en esta vida es efímero y el placer también. Te quedas inquieto y hasta desconsolado cuando ese estado placentero te anuncia su final. Protestas y hasta llegas a enfadarte y te sale un suspiro enrabietado de frustración y desengaño. ¿Por qué no puedo ser feliz siempre? En ese momento procura no cerrarte tu corazón y abrirte a la Verdad y dejar que el Espíritu Santo te mueva e ilumine para que llegues a comprender.

En esta vida no hay nada eterno, y lo que no es eterno no tiene gran valor. Estoy de acuerdo contigo, y a mí también me sucede, que el sufrimiento es duro y nadie lo quiere. Yo tampoco, pero, ¿para qué me sirve el placer que me ofrece este mundo? También me hago esa pregunta y en la medida que me la hago me siento mal aún estando en un estado placentero y satisfactorio. Sé que pronto acaba y volvemos a lo mismo. Y me hago viejo y esto pinta mal.

Sin embargo, mi experiencia me descubre otra clase de placer, que pinta mejor y promete más. Cuando comparto mi vida con aquel que sufre y llora; con aquel que está sometido al vicio y a la dependencia; con aquel que se siente pobre y necesitado, o con quien busca la verdad y la justicia como yo, me siento y experimento, a pesar del dolor y la incomodidad, mejor. Algo sucede que mi corazón experimenta paz, sosiego y gozo. E, incluso, alegría, entusiasmo y esperanza de que por aquí si voy por buen camino. 

Intuyo, por acción del Espíritu Santo, que este camino, aún siendo de dolor y complicaciones, terminará bien y será eternamente gozoso. Empiezo a experimentar que ya no hay tanto dolor y que el gozo se hace presente. Todo empieza a aclararse y la esperanza de un buen fin lleno de plenitud y gozo se manifiesta cada vez más. Es esa promesa de dicha y bienaventuranza que el Señor Jesús nos ha prometido. Y, por ti mismo, compruebas que es verdad, que el camino, a pesar de su dureza, se hace suave y ligero. Terminas dando gracias al Señor porque, ahora sí, experimentas ese gozo y dicha que estabas buscando donde no podías encontrar. Gracias Señor.

miércoles, 13 de septiembre de 2017

SÓLO TÚ, SEÑOR, PUEDES CONVERTIR MI CORAZÓN

Nada podré hacer sin Ti, Señor. Quiero ser bienaventurado, pero para ello necesito despojarme de toda atadura materia e inmaterial. Quiero abrazar la pobreza, pero una pobreza de saber despojarme de todo aquello que me impide amar. Quiero empaparme de humildad, una humildad que me ayude a renunciar a todo aquello que me hace rico y me ata a las cosas de este mundo.

Por eso, Señor, consciente de mis limitaciones y de mi humanidad herida y tocada por el pecado, quiero suplicarte que conviertas mi corazón endurecido y materializado por el egoísmo de mi corazón. Un corazón que busca el placer, la comodidad, el gozo de la vida que trae el poder y las riquezas y que me lleva a la individualidad e indiferencia hacia los demás.

Quiero pedirte que inundes mi vida de paz, de serenidad y de capacidad de discernimiento, para saber y ver claramente donde está lo bueno, la verdad, la justicia y el bien, y no contemplarlo como un deseo, sino pasar a la acción y trabajar en la medida de mis posibilidades. Dame, Señor, la virtud de descubrir el gozo de amar y de darme, por amor, al bien de los demás.

Pero, también Señor, dame sabiduría para saber, no sólo descubrir y diferenciar el bien del mal, sino de apartarme de todo aquello que me pueda ocultar tu Amor y tu Verdad. Ayúdanos a todos y no dejes que la vida fácil y cómoda nos pueda, y perdamos la oportunidad de ser señalados bienaventurados por Ti, Señor. Danos esa fortaleza para estar siempre dispuestos a seguirte despojándonos de todo aquello que nos entorpece  y nos desorienta de tu camino.

Por eso, Señor, te suplico e insisto que nos des la Gracia de abrirnos a tu llamada y a tus mandatos, y de esforzarnos en ser esos bienaventurados que Tú nos señalas viviendo en tu Palabra. Porque, sólo Tú, Señor, puedes convertir nuestros corazones egoístas y corazones bienaventurados. Amén.