Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 16 de agosto de 2021

SOLO EN TU AMOR, SEÑOR, ENCONTRAMOS LA FELICIDAD

 

No es cuestión ni se trata de cumplimientos, sino de amar. El amor es lo importante y vital. Y cuando es verdadero y profundo toca el corazón hasta el extremo de cambiarlo, de transformarlo según el amor de Xto. Jesús. Nos transforma nuestro corazón endurecido por uno suave y manso. Mientras el cumplimiento trata de justificar tu buena intención, el amor persigue transformar a aquel que amas. Porque, el amor busca y trata de alcanzar el bien del otro, ya sea amigo o enemigo.

El amor se presenta siempre positivo. No busca prohibir sino todo lo contrario. No se trata de un rosario de no, sino de sí afirmativo que están latentes dentro de nosotros. Busca respetar la vida (no matar); defiende la verdad (no mentir); busca compartir (no robar)...etc. Son verdades positivas que ya viven dentro de nuestros corazones, porque, ¿no es verdad que a todos nos gustaría vivir en un mundo así?

El amor se identifica y ama la misericordia y se esconde en la fraternidad. Pero, amar al estilo del único y verdadero Amor no está al alcance del ser humano, sino solo de Dios. De modo que, para acercarnos a ese estilo de Amor tendremos que ir y seguir los pasos de Jesús y caminar a su ritmo. Pidamos, convencidos de que el Señor nos la dará, esa Gracia que necesitamos para seguirle y despojarnos de todo aquello que nos impide seguirle. Amén.

domingo, 13 de septiembre de 2020

TODOS LOS DÍAS PROMETO PERDONAR, PERO, ¿LO CUMPLO?

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La experiencia me pone sobre la mesa el compromiso de cada día sobre el perdón. Si soy de los que rezo cada día el Padrenuestro, soy de los que pido que me perdonen mis ofensas en la medida que yo hago lo mismo con aquellos que me ofenden a mí. Pero, lo único verdaderamente importante no es el decirlo ni cuántas veces lo digo, sino si realmente lo hago.

Eso es lo que descubre y deja patente la medida y la verdad auténtica de mi fe. Porque, si lo digo, rezándolo públicamente, y luego, públicamente no lo cumplo, ¿dónde dejo y en qué lugar mi fe? 

Es evidente que mi testimonio es pésimo y en lugar de dar un buen ejemplo lo que transmito es contradictorio a la fe que quiero y profeso. Otra cosa es que arda en deseos de perdonar y me encuentre con la dificultad de que mi egoísmo, consecuencia de mi naturaleza pecadora, se resista al perdón.

Pero, eso Señor, es el paso previo a reconocerme pecador y a creer que, contigo, Dios mío, puedo alcanzar y transformar mi corazón egoísta en un corazón bondadoso y dispuesto al perdón incondicional. Por eso, desde este pobre y humilde rincón de oración, yo, Señor, humildemente quiero pedirte la fuerza, la sabiduría y la fortaleza de enfrentarme a la dura labor de perdonar a todos aquellos que me ofenden y, sobre todo, a mis enemigos.

Sé, Señor, ya lo he experimentado, que yo solo no puedo. Es más, el mundo me puede y me vence, pero, yendo contigo, Señor, y abierto a la Gracia de tu Espíritu, soy otro y mis pobres fuerzas se engrandecen y se sienten fuertes para doblegar mis egoísmos y salir de mi mismo para darme en servicio a los demás. Gracias, Señor. Amén.

miércoles, 14 de junio de 2017

QUIERO CUMPLIR Y DAR EJEMPLO

Esa es mi obsesión, Señor, cumplir con tus mandatos poniéndome en Manos del Espíritu Santo, que me dirige, me guía y me da fuerzas, valentía y voluntad para hacerlos presentes en mi vida. Pero, al mismo tiempo, experimento mi impotencia, mis comodidades, mi sentirme instalados y no querer abandonar mi tierra. Me siento en la piel de Abrahán y también en la del joven rico.

Quiero escucharte y obedecerte, pero, al mismo tiempo, experimento la carne y la pasión dentro de mí que tiran de mi ser para abandonarme a la vida mundana, aun sabiendo que es mi perdición. En esos momento me veo en la piel del hijo, y hermano menor, de la hermosa parábola donde Jesús me ha revelado el Amor del Padre. Me siento atraído por el mundo y no resisto la tentación, y le pido al Padre mi herencia para administrarla según mis ambiciones y pensamientos.

Me da vergüenza tanta miseria y pecados, Señor. Me da vergüenza que sigas amándome tanto y dispuesto a dar la vida por mí. ¡Cuantas veces te he traicionado y defraudado! Y todavía me aguardas y me abres los brazos para darme la Vida Eterna en gozo y plenitud. ¡Señor!, quiero cumplir tus mandatos, pero cumplirlos entregando toda mi vida. Dame esa fuerza que necesito y fortalece esa, mi voluntad, débil y sometida a la seducción del mundo. Guíame por el camino donde pueda vencerme y experimentar gozo y alegría cumpliendo tus mandatos y sirviendo a los demás.

Porque esa es realmente tu Voluntad: "Darnos en servicio y caridad a los demás por verdadero amor". Eso es lo que Tú nos has enseñado y la Ley que nos has dado, la del Amor. Danos, Señor, la Gracia de saber y poder cumplirla en contraposición a este mundo caduco que nos tienta engañándonos y seduciéndonos con falsas promesas, ambiciones y pasiones que nos alejan de Ti y nos llevan a la muerte.

Gracias, Señor, por tu venida, por tu encarnación, por tu amor que, entregándote enteramente a la Voluntad de tu Padre del Cielo, nos has dado testimonio y ejemplo de lo que también nosotros tenemos que hacer, injertados en el Espíritu Santo, enviado por el Padre, para cumplir tu Voluntad. Amén.

martes, 13 de diciembre de 2016

EL REINO DE DIOS PASA POR LOS POBRES

No es para los ricos, los soberbios, los orgullosos, los sabios... ¡No!, el Reino de Dios no pasa por ellos, porque ellos tampoco lo desean. Están satisfechos con las cosas de este mundo. Y encima se creen sabios, inteligentes y suficientes. ¿Es qué ignoran que las cosas de aquí abajo son caducas? ¿Es qué se les esconde que este mundo tiene sus días contados? ¿Es qué descubrir eso es de inteligentes y sabios?

Jesús, el Señor, nos lo ha dicho muchas veces. Su Reino no es de este mundo, y eso significa que este mundo terminará, porque el único Reino Eterno es el suyo. Por lo tanto, pensar y creer que este mundo es nuestra solución y felicidad es perder, además de ser poco inteligente, el tiempo de manera inútil y tonta. Es lógico pensar que son los pobres, los marginados y excluidos, los pequeños y miserables, los que estén más comprometidos y dispuestos a realizar sus compromisos y buenas obras.

Porque son ellos los más expectantes y deseosos de ser liberados y salvados. Porque son ellos los más dispuestos a escuchar y creer. Porque son ellos los que más necesitan la salvación, y se fían de la Palabra del Señor y se esfuerzan en cumplirla. Así, es de sentido común suponer que serán ellos los primeros en el Reino de Dios, porque han creído en su Palabra.

Pidamos al Señor que tengamos abiertos los ojos de nuestra fe y que sepamos vivir de acuerdo con los que decimos. No pensemos que estamos, por estar en la Iglesia, salvados, sino que seremos acogidos por la Misericordia de Dios si nuestra vida va de acuerdo con el esfuerzo de vivir y obrar con lo que decimos y proclamamos. Porque esa es la palabra eficaz que deja mudo y sin palabras a aquellos que no creen. Ya lo dijo el Señor, Jn 10, 37-38.

No nos va a resultar fácil. Que nadie se lleve a engaño. Pero que sepamos que no estamos solos y que con la asistencia del Espíritu Santo podemos, a pesar de decir no, terminar cumpliendo lo que realmente sabemos que debemos y tenemos que cumplir. Con tu Gracia, Señor, podemos hacerlo. Amén. 

martes, 27 de enero de 2015

EL TRABAJO DEL ESPÍRITU



No tendría ninguna lógica la venida del Espíritu Santo si no fuese que la Misión del Señor quedó imcompleta. Los apóstoles no entendieron muchas cosas, por no decir casi ninguna. Y a nosotros, la Iglesia, que continúa su Misión a través de los apóstoles, tampoco entendemos mucho. Es el Espíritu Santo quien nos va guiando y revelándonos muchas cosas que no llegamos a entender.

Por eso, Jesús nos dice que se queda con nosotros hasta el fin del mundo. No puede ser de otra forma. Al darnos libertad estamos constantemente en peligro. Imaginemos a un hijo que lo dejamos en libertad. Estamos constantemente vigilándolo. Y más, en nuestro caso, que estamos tocados y heridos por el pecado. El Maligno nos puede y necesitamos la fuerza y la sabiduría del Espíritu.

No podemos quedarnos desguarnecidos ni a la intemperie espiritual. Necesitamos la Gracia del Espíritu para la lucha diaria contra nuestra voluntad. Porque muchas veces hacemos lo que no deseamos hacer. Nuestras apetencias nos pueden, nos arrastran y, a pesar de que entendemos que no debemos, nos vencen. Por eso, necesitamos la fuerza del Espíritu Santo, para en Él poder y vencer.

Y eso nos exige oración, perseverar y permanecer en el Señor. Cumplir y vivir ese cumplimiento, no sólo de palabra sino también de vida. Porque sólo así estaremos hermanados con el Señor y, coherederos con Él, de la Gloria del Padre.

sábado, 12 de octubre de 2013

FÁCIL ES PROCLAMARLO



Eso es lo que temo Señor. Muchas palabras, pero luego se las lleva el viento. No quiero ser de los que hablan mucho y dejan para otros el trabajo de vivenciar tu Palabra. Yo quiero escucharla y vivirla. Pero experimento que se me dobla la espalda y se me hace duro el yugo.

El peso y yugo que supone, no sólo la escucha sino también la carga sobre mis espaldas. Experimento que escucharla es más fácil, pero me atormenta que tras haberla escuchado y entendido, la evite y excluya de vivirla. Sí, Dios mío, se me hace pesada y dura tanto escucharla y más cumplirla. Y eso rompe mi paz y oscurece mi camino.

Sin embargo, quiero seguir, y te suplico desesperadamente que fortalezcas mi espíritu y alumbres mi camino para seguirlo con firmeza y valentía. No quiero abandonar ni desfallecer. ¿A dónde iré Señor? Sólo Tú tienes Palabra de Vida Eterna.

Señor, confío en Ti. Me fío de tus Palabras: "Mi carga es ligera y mi yugo suave". Sé que contigo el camino es más llevadero y mi cruz se hace más transportable. Necesito escucharte, pero también tu Gracia para vivir esa Palabra que me revelas y me proclamas. Abre mi corazón para que se llene del Espíritu Santo y en Él me conforte y fortalezca para escuchar y dar cumplimiento a tu Palabra.