Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta venganza. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta venganza. Mostrar todas las entradas

lunes, 15 de junio de 2020

PAGAR CON LA MISMA MONEDA NO ES LA SOLUCIÓN

Mateo 5,38-42 no resistan al mal - Roguemos al Señor
Hay mucho rencor entre las personas. De alguna manera es la herida que está impresa en nuestro corazón enfermo por el pecado. Nuestro pronto es responder al mal con el mal. Es decir, pagar con la misma moneda, y eso, siempre, traerá idas y venidas de la misma naturaleza y moneda. Es decir, a más mal vendrá también más mal. O dicho de otra forma, la venganza engendra venganza.

La única manera de romper con esa espiral de violencia y venganza es renunciando a ellas. Y hacerlo, no porque no tengo otra opción, sino porque sé que con venganza no soluciono nada sino que engendro más violencia. Y es más, la respuesta que propone Jesús es el amor. No sólo se trata de no responder con violencia, sino responder con el bien. Es eso que nos propone Jesús cuando enseña a rezas a sus apóstoles: ... y perdona nuestras deudas como también nosotros...

El cristiano se identifica precisamente en eso, la no resistencia al mal y al responder a ese mal con el bien. Y esa actitud, inevitablemente contraria a su naturaleza humana, que le exige responder con violencia, no puede vencerla con sus propias fuerzas. Necesita la Gracia, y sobre todo, lo que ayer celebramos, la permanencia de Jesús en la Eucaristía, para, alimentados por su Cuerpo y su Sangre, podamos superar y vencer esas inclinaciones de vengaza como respuesta al mal recibido.

Danos, Señor, esa Gracia de suavizar nuestro corazón y de transformarlo en un corazón semejante al Tuyo para que, como Tú, Señor, podamos ser capaces de amar y responder al mal con bien. Te abrimos, Señor, nuestro impotente, limitado y pobre corazón para que, dejado en tus Manos, Tú lo llenes de verdadero amor hasta el punto de amar como Tú nos amas. Amén.

lunes, 16 de junio de 2014

VACÍA MI CORAZÓN DE ODIO Y LLÉNALO DE AMOR



No puedo dejar de sentir lo que este mundo me invita a sentir, porque, el mundo, está lleno de sentimientos de venganza y de odio. La semilla de venganza anida en mi corazón que no entiende de paz sino de lucha y respuestas que engendran odio y enfrentamientos. La ley responde al deseo de justicia que el hombre exige como respuesta a la ofensa recibida.

¡Y ahora, Tú Señor, me hablas de poner mi otra mejilla, para que continúen ensayándose y aprovechándose de mi pasiva respuesta! Es verdad que mi respuesta de violencia engendrará más violencia, pero mi corazón herido no soporta tanta humillación ni tiene la humildad necesaria para aguantar sin ensoberbecerse y vomitar todo su odio y deseo de venganza. ¡No puedo Señor!

Pero, ¿cómo un Padre tan bueno me pide ese esfuerzo de amor y paz? ¿Seré capaz de hacerlo? Tú Señor me lo has enseñado, no sólo de palabra sino que lo has hecho vida en tu propia Vida. Te has humillado abrazando la Cruz y entregándote a la muerte por amor a nosotros. ¡Tú, el Señor, que eres el Hijo enviado para salvarnos te has abajado! ¿Se puede dar más? ¿Se puede amar más?

Y si Tú me lo pides Señor es que, con tu Gracia, yo también podré hacerlo. Ya muchos que han creído en tu Palabra y te han seguido lo han conseguido. Dame, pues, también a mí la Gracia de tu Amor Inmenso para poder ser reflejo de tu Amor y amar a mis enemigos.