A pesar de que es el Señor, nuestro Dios, quien nos busca y se nos revela, necesita de nuestra parte. Por eso nos ha hecho libres, para que nosotros nos pongamos en camino. Algo así hicieron los Magos de oriente, sintieron el impulso de la llamada de Dios, pero no se quedaron quietos sino que se pusieron en marcha. Es esa una lección que hoy nos descubre la adoración de los Magos de oriente.
El Señor necesita nuestra disponibilidad y nuestra búsqueda. El sale a nuestro encuentro, pero depende de nuestra actitud libre la realización de ese encuentro. Digamos que Él se para y espera nuestra respuesta, y así seguirá, sin abandonarnos hasta que nosotros decidamos sí o no. Tendremos un tiempo, pero un tiempo limitado que para muchos se ha acabado con la muerte.
También encontraremos muchos Herodes que nos engañarán y mentirán con tal de matar a ese Niño Dios y quitarlo del medio. Hay muchos intereses por hacerlo desaparecer, pues su presencia y anuncio molesta y estropea los planes de muchos Herodes. Sus reinos se ven amenazados por la anunciación de ese Rey de los judíos que nace. Y no vacilan en matarlo aunque en el intento maten a muchos más niños que nacen en el vientre de sus madres.
Hagamos como los Magos de oriente, busquemos el Espíritu de Dios que nos guía y sigamos adelante sin miedo, porque el que ha nacido viene a rescatarnos y salvarnos de la esclavitud del pecado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario