No puedo librarme de la esclavitud de mis apegos. Mi humanidad me secuestra y me somete. Cada día es una batalla campal contra mi mismo. Me siento esclavo de mis gustos, de mis apetitos, de mis apetencias y apegos. No puedo liberarme de ellos y no me siento libre. Son las riquezas que anidan en mi corazón y encadenan mi voluntad secuestrando mis buenas intenciones y forzándome a buscar mis gustos y mis satisfacciones.
Me doy cuenta, Señor, que te necesito y que sin Ti nada puedo. Suplico tu Gracia y tu Fuerza para poder superar mis vicios, mis apetencias, mis apegos y mis satisfacciones y, desapegado, darme generosamente a los demás y a hacer tu Voluntad. A veces, Señor, las riquezas de mi corazón están escondidas en mis proyectos y mis planes, que antepongo a los tuyos.
Muchas veces no es el problema el dinero, sino mis egoísmos y mis ideas. Muchas veces son ellas las que me hacen ensoberbecerme y entregarme a sus placeres olvidándome de los demás. Es una batalla de cada día para la que necesito tu Gracia, Señor. Por eso, te pido fuerzas y sabiduría para saber sostenerme firme en tu presencia y resistirme a las apetencias de mis gustos y satisfacciones.
No quiero quedarme en el mero cumplimiento de preceptos y normas, sino ir más allá de lo que el amor me exige y me llama. Quiero darme en la totalidad de mis fuerzas y mis cualidades y eso, aunque a veces me cuesta y me cansa, sé, Señor, que contigo puedo superarlo y soportarlo. Por eso, desde lo más profundo de mi corazón te confieso, Señor, que quiero seguirte e irme desapegando de todo aquello que me separa de Ti. Amén.