Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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lunes, 22 de junio de 2020

LA LIGEREZA DE EMITIR JUICIOS

Cierto es muy fácil juzgar a los demás. | Dichos y frases, Frases ...
Sin darnos cuenta estamos inclinados a emitir juicios sobre los actos que realizan los demás. Los vemos y soltamos nuestro juicio sin reparar en nuestros propios actos ni en nuestras debilidades. Y, lo peor, es que liberamos o condenamos según nuestras propias apropiaciones y justicia. Quizás no nos hemos preguntado nunca, ¿quienes somos nosotros para juzgar la conducta de los demás? ¿Acaso estamos limpios del bien o del mal de nuestros propios actos? ¿Con qué derecho juzgamos los de los demás?

Y, alguien que busca y desea nuestra condenación está atento a esas nuestras debilidades para inclinarnos al mal incitándonos al juicio y condenar. Quiere que juzguemos y que condenemos olvidándonos de nuestros propios errores y pecados. Quiere, en definitiva, que no cumplamos con esa oración que nos enseñó Jesús y que nos invita a perdonar tal y como nosotros somos perdonados. Porque, esa es nuestra salvación, perdonar, porque somos pecadores, como nuestro Padre Dios nos perdona a cada uno de nosotros.

Y conscientes de nuestras debilidades y pecados y de nuestra impotencia para perdonar, te pedimos, Señor, que nos des la capacidad y humildad para, no sólo ver nuestros pecados y defectos, sino tener la mansedumbre y la misericordia de ver los defectos de los demás y poder perdonarlos. Quisiera, Señor, ser humilde y misericordioso para ver, detrás de las apariencias, a tus hijos como los ves Tú y, así, perdonar como Tú me perdonas a mí y a todos los hombres.

Señor, la misión no es fácil, pero, quieras o no, necesito transformar mi pobre corazón para que, encendido por tu Amor, llegue a ser misericordioso hasta el punto de perdonar a los que me ofenden tal y como Tú, Señor, haces conmigo. Amén.

lunes, 18 de marzo de 2019

¡PADRE, QUE SEA MISERICORDIOSO COMO TÚ!

Resultado de imagen de Lc 6,36-38, por Fano
Mi primera petición, Padre, es pedirte que transformes mi corazón endurecido por el pecado en un corazón misericordioso como el tuyo. Porque, necesito perdonar y comprender los pecados de los demás, pues, en esa medida serán también perdonados los míos. Por eso, Padre, mi primera petición va dirigida a que mi corazón se transforme en un corazón suave, bueno y, sobre todo, misericordioso.

Y la segunda, Señor, es la del perdón. Necesito también un corazón que, además de ser misericordioso sea justo. Es decir, un corazón que no juzgue ni condene, porque yo no soy nadie para juzgar ni condenar en cuanto soy un pecador también que peco y cometo errores, faltas y pecados. Un corazón capaz de eludir los juicios y condenas para ser capaz de perdonar.

Porque, no juzgando ni condenando, me será más fácil perdonar. Y en esa medida no seré yo también juzgado ni condenado, y, por lo tanto, seré perdonado. No porque yo lo diga y lo crea, Señor, sino porque son tus Palabras y porque mi corazón lo entiende y comprende así: No juzguéis y no seréis juzgados, no condenéis y no seréis condenados; perdonad y seréis perdonados.

Pero, sucede otra cosa, ¿en qué medida doy y me doy? ¿Trato de evitar dar o dar de lo que me sobra? ¿Y me presto a darme cuando es algo cómodo que no me exige esfuerzo? Realmente, ¿cúal es mi medida? Porque, en y con la medida que dé, así recibiré. Por eso, Señor, te pido también que me des un corazón,  además de misericoridoso y limpio de no atreverme a juzgar ni condenar, un corazón compasivo, generoso  y entregado, capaz de dar y darse con todo su corazón y de forma limpia y justa. Amén.

lunes, 22 de junio de 2015

ENSÉÑAME SEÑOR A DESCUBRIR MIS VIGAS



Lo verdaderamente importante es verte primero ante de juzgar. Es lo mismo que contar hasta diez antes de emitir un juicio o realizar cualquier acción. La reflexión es de vital importancia, pero más a la hora de emitir un juicio se hace necesario verte a ti mismo. Porque en la medida que te veas, reflexionarás sobre los demás. De modo que, si has experimentado las dificultades, las tentaciones y errores que otros han cometido, tú también comprenderás a los demás y tus juicios serán más justos y misericordiosos.

Creo que es lo que el Señor nos quiere decir hoy en el Evangelio. Mirémonos primero nuestras vigas en nuestros propios ojos,  antes de emitir un juicio sobre las motas en los ojos de los otros. Eso hará que nuestros juicios sean más justos y benignos, en lugar de acusadores y condenatorios. No se trata, pues, de callar ante las actuaciones de los demás, sino de reflexionar ante ellas de forma reflexiva, en verdad y justicia desde lo más profundo de nuestro corazón.

Y, sabiendo la dificultad de hacerla por las limitaciones de nuestra humanidad pecadora, te pedimos Padre del Cielo que nos conceda un corazón sabio, paciente y comprensivo para saber entender, comprender y juzgar con buena intención los actos de nuestros hermanos en la fe. Dispuestos a corregir con buena intención y con un corazón limpio, sus desviaciones o errores desde el amor y la humildad. Y alumbrados desde tu Palabra, Señor, centro, referencia y modelo de todo el ser, sentir y obrar de nuestras vidas.

Danos Señor la sabiduría y la caridad de saber corregir y quitar con fraterno amor las motas de los ojos de nuestros hermanos en la fe, limpiando previamente antes las vigas de los nuestros. Porque sólo así podremos ser lámparas que alumbren a los otros, sí, previamente, nos dejamos alumbrar por la Luz que nos viene de Ti, Señor Dios nuestro.

lunes, 23 de junio de 2014

LÍBRAME SEÑOR DE HACER JUICIOS



Cada cual hace su camino, pero sin Ti Señor no hay camino. Tú eres el Camino, y sólo por Ti podremos avanzar y caminar hacia la única Verdad y Vida. Líbrame, por tanto, Dios mío de hacer juicios y de indicar caminos, cuando yo no sé caminar sin Ti.

Mejor, Señor, indicarles que caminen Contigo, porque sólo Tú eres el único y Verdadero Camino. Y dame la sabiduría de descubrir cada instante de mi vida como Gracia de tu Gracia por tu Misericordia y por tu regalo de perdón. Y que ese descubrir a diario sea la fuerza y el impuso para yo también, en lugar de juzgar, perdonar.

Sé también Señor que muchas veces he de reprender, como Tú me reprendes a mí y me señalas el camino equivocado, pero que nunca sea creyéndome mejor, sino desde la sabiduría y la Gracia de tu Misericordia y de tu perdón. Porque sólo de ti, Señor, viene el perdón que nos limpia y nos salva de todo pecado.

Asísteme con tu Espíritu para que, apoyado en Ti, sepa discernir mis juicios cargados de buenas intenciones y mirando siempre a tu Misericordia, para que limpiando primero las vigas de mis ojos, sepa orientar y descubrir las briznas de los ojos de mis hermanos. Amén.