Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 21 de mayo de 2018

¿CÓMO ORAR PARA TENER MÁS FE?

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No lo sé, ni tampoco sé cómo hacerlo. Trato de esforzarme en rezar, pero, durante mucha parte de mi vida no he tenido conciencia de la gran importancia de la oración. Y todavía hoy me cuesta dedicar espacios importante a la oración, es decir, al diálogo con Dios. Sin embargo, hace ya un poco de tiempo he notado que experimento una notable mejoría.

Siempre he pensado que la oración tiene que ser gozosa, porque de no serlo, creo que no estaría bien hecha. Hablar con tu mejor amigo y con la persona que te ha salvado y te quiere tiene que ser gozoso y deseado. Tiene que ser un espacio de paz y de alegría. ¿Cómo entonces la oración te puede fastidiar? Y digo esto porque en muchos momentos tengo la sensación de que quiero terminarla pronto y quitarmela de encima. Algo así como un cumplimiento pesado y molestoso.Tengo que confesarlo, porque no hacerlo es engañarme a mí mismo. El Señor lo sabe, y también sabrá, mejor que yo, el por qué de esa sensación.

Sin embargo, eso no me preocupa tanto, porque trato de, a pesar de ese lastre, permanecer en el Señor y soportar todas mis limitaciones y perezas. Sé que yo no puedo cambiarme, pero creo que el Señor sí puede, y en Él confío. Mis esfuerzos van en ese sentido, en tratar de permanecer fiel y, a pesar de mis dudas y debilidades, permanecer a su lado en el esfuerzo de escucharle y de servir desde su Palabra. 

Y eso me ayuda a orar, a permanecer en actitud orante. Algunas veces mejor que otras. Me ayuda que grandes santos, como Santa Teresa pasaron tiempo sin encontrarse cómodas en la oración, o que el tiempo se le hacía enorme. Confío, y eso le pido al Señor, que me dé ese gozo de saber estar con Él, de escucharle y rejocijarme en su Palabra, en su aliento y compañía. No desespero, porque eso sí sería un síntoma claro de desfallecer y perder la fe. Trato y me esfuerzo en padecer el sufrimiento que pueda padecer por no saber estar con el Señor, o por no poder saborear su presencia y compañía. 

Y, por eso le ruego, que abra mi corazón para que detecte su presencia y su compañía y goce en íntima oración con Él. Gracias, Dios mío, porque sé que me escuchas y me darás lo que necesito para llegar a Ti, porque me quieres y me amas. No dejes que el pecado y mi debilidad me alejen de tu presencia. Amén.

domingo, 20 de mayo de 2018

SE ABRE EL TELÓN Y EMPIEZA LA IGLESIA SU MISIÓN

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Himno


¡El mundo brilla de alegría!
¡Se renueva la faz de la tierra!
¡Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo!

Ésta es la hora
en que rompe el Espíritu
el techo de la tierra,
y una lengua de fuego innumerable
purifica, renueva, enciende, alegra
las entrañas del mundo.

Ésta es la fuerza
que pone en pie a la Iglesia
en medio de las plazas
y levanta testigos en el pueblo,
para hablar con palabras como espadas
delante de los jueces.

Llama profunda,
 
que escrutas e iluminas
el corazón del hombre:
restablece la fe con tu noticia,
y el amor ponga en vela la esperanza
hasta que el Señor vuelva.


LaudesDomingo de Pentecostés, 
solemnidad  

sábado, 19 de mayo de 2018

¿A DÓNDE VOY SIN TI, SEÑOR?

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¿En quién me fijo y a quién sigo? ¿Hay alguien en quién me pueda mirar y que me sirva de modelo? ¿Alguien puede servirme de guía y de luz para que pueda encontrar el verdadero camino, verdad y vida? Nadie de naturaleza humana puede realizar esa misión, por muy santo que sea. Puede, eso sí, darnos testimonio y buen ejemplo, animarnos y servirnos de ayuda, pero nunca ser modelo ni guía, porque su alma, como la de cualquier terrenal, está herida y tocada por el pecado.

Sólo Tú, Señor, el Hijo de Dios Vivo, bajado del Cielo y encarnado en Naturaleza humana sin abandonar la Divina, puede ser mi verdadero guía, mi verdadero camino, mi verdad y mi vida. Tú, Señor, eres la Luz que me alumbra en todos los instantes de mi vida y me conduce a pastos abundantes que dan plenitud y gozo a mi alma. Tú, Señor, eres mi norte, mi lámpara que alumbra y guía mis pasos.

Dame, Señor, la fortaleza, la sabiduría, la paciencia, la perseverancia y la capacidad de amar, para, siguiéndote, reflejar en mi vida tu Amor y tu presencia que dé testimonio a todos aquellos que se cruzan en mi humilde camino. Por eso, Señor, te doy gracias por anticipadas, porque sé que me escuchas, y me abandono a tu Gracia suplicándote que tenga siempre la fortaleza y sabiduría de no dejar de seguirte y mirarme siempre en Ti, Señor.

Porque, yo quiero que Tú seas siempre mi Luz, mi Camino, mi Verdad y mi Vida, para que toda mi vida esté fundada y apoyada en tu Palabra y en tus mandatos. Dame la clarividencia de ser dócil a tu Palabra y la perseverancia de acatar tus mandatos, que son lo mejor para mi bien y mi felicidad. Apartame, Señor, de los malos ambientes y tentaciones y dame la entereza y la necesaria humildad para siempre darme cuenta de que soy tu criatura, a la que, sin poder entenderlo, Tú quieres inmensamente. Gracias, Señor, porque, a pesar de ese gran misterio, yo quiero confiar en tu Palabra y en tu Amor.

viernes, 18 de mayo de 2018

NO SÓLO BASTAN LAS PALABRAS

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HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


A veces queremos arreglar los problemas con las palabras, y, aunque son muy importantes no bastan por si solas. Porque, las palabras son eso, palabras y no hechos. Por lo tanto, hacen faltan y en el camino quizás vayan ellas primero, pero luego hace falta que le acompañen los hechos. Es decir, las obras.

Palabras sin obras no caminan, pues se quedan cojas. O al menos no caminan mucho, porque tarde o temprano, si no hay obras, las palabras se quedan vacías y sin contenido. En el caso que nos ocupa, Pedro llenó su corazón no solo de palabras sino de arrepentimientos y obras. Su vida fue una entrega generosa al servicio del Evangelio y al seguimiento del Señor hasta entregar su propia muerte.

Pero tuvo que pasar por graves momentos en los que negó al Señor, que también supo llenar de lágrimas de arrepentimientos y de dolor. ¿Nos duele, es la pregunta, a nosotros también nuestras traiciones al Señor? ¿Estamos arrepentidos hasta el punto de darle un vuelco a nuestra vida? ¿Se nota el cambio de rumbo y orientación ? ¿Hay obras que se están construyendo desde nuestro corazón? Son preguntas que tendremos que hacernos simultaneamente al mismo tiempo que hablamos de amor.

Pero, lo verdaderamente importante es sabernos perdonados. No importa, aunque el dolor está ahí, las barbaridades que hayamos cometido, porque estamos perdonados. La Misericordia de nuestro Padre Dios es Infinita y, por los méritos de su Hijo hemos alcanzado el perdón y su misericordia. Y eso es lo que importa, aceptar humildemente esa misericordia y emprender el camino del perdón y del amor.

Pedimos Señor, que nos llenes de tu Amor misericordioso para que sepamos valorar tu Infinita Misericordia y, de la misma forma, ser también nosotros misericordiosos con nuestros hermanos a pesar de sus rechazos y sus ignorancias respecto a que no te conocen e incluso te rechaza. Danos, Señor, ese dolor de contrición para ver nuestros pecados y arrepentirnos de corazón con el propósito de enmendarlos y limpiarnos en tu Infinita Misericordia. Amén.

jueves, 17 de mayo de 2018

UNIDAD Y AMOR


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Si el amor es el pegamento que nos sostiene unido, la oración debe ser la sustancia que hace a ese pegamento adherente. Porque, no podremos amar sin oración. Jesús nos lo está mostrando al rogar al Padre por nuestra unidad, tal y como Él y el Padre son uno: «Padre santo, no ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectamente uno, y el mundo conozca que tú me has enviado y que los has amado a ellos como me has amado a mí».

Nos lo dice claramente, Yo en ello y Tú en Mí... Sí, Señor, necesitamos estar en Ti para permanecer unidos, en y por Ti, al Padre. Y, de esa manera mostrarte al mundo, para que te conozca y sepa que el Padre te ha enviado y que les ama como te ama a Ti. Y eso nos descubre la exigente necesidad de la oración. Sin oración no podremos sostenernos unidos. Pero, no sólo una oración individual, sino también comunitaria. Porque en la comunidad tomamos fuerzas para fortalecer nuestra fe y compartir nuestra oración.

No podemos quedarnos solos frente al mundo. Un mundo que nos tienta, que nos seduce y que vive de espalda a la verdad y a la fe. Un mundo que se alimenta de la mentira y del placer, y donde el poder se mide por la riqueza y la capacidad que tengas para imponer tu voluntad. Un mundo donde todo se falsea y se presente enmascarado de hipocresía y mentiras. 

Necesitamos, Señor, estar muy unidos a Ti para poder defendernos de este mundo agitado y perverso. Y en esa confianza y seguridad, sabiendo que Tú estás con nosotros y que intercedes al Padre para que nos mantengamos unidos, caminamos esperanzados, en paz y alegre hacia el encuentro con el Padre. Amén.

miércoles, 16 de mayo de 2018

NO SOMOS DE ESTE MUNDO, PERO ESTAMOS

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En el bautismo dejamos de pertenecer a este mundo de pecado. Estamos en el mundo porque nuestra humanidad pertenece al mundo humano, pero no formamos parte de él en cuanto el mundo se opone y rechaza el amor de Dios. Entre los tres peligros del alma se citan al mundo, al demonio y la carne, pues bien, el mundo es un peligro que vive cada día en constante amenaza contra aquellos que creen y siguen al Señor. Por eso decimos, en ese sentido, que no pertenecemos a este mundo.

Hoy tenemos la Palabra del Señor Jesús, que siempre se cumple, de que ruega al Padre para que nos proteja mientras andamos por este mundo: No te pido que los retires del mundo, sino que los guardes del Maligno. Ellos no son del mundo, como yo no soy del mundo. Santifícalos en la verdad: tu Palabra es verdad. Y eso nos da confianza y seguridad. Sabemos que no estamos solos y que con la Gracia del Espíritu Santo, enviado por el Padre, podemos vencer todos los obstáculos que el mundo nos presenta.

Por eso, Padre, te pedimos que nos des paz, sabiduría y fortaleza para superar todas las tentaciones que le mundo nos ofrece capitaneado por el Maligno. Tienen fuerte poder de seducción y nuestra débil naturaleza humana se siente atraída e inclinada a dejarse tentar por estas apetencias propias de su naturaleza que le alejan de tu amor y de ser dócil a tu Palabra.

No queremos, Padre, obedecer al mundo sino ser fieles a tu Palabra. Sabemos de las dificultades y por eso no queremos quedarnos solos y a merced del mundo, sino estar contigo y junto a Ti. Y eso lo conseguimos cuando estamos reunidos con los hermanos en la comunidad. Cuando participamos en la liturgia Eucarística y perseveramos unidos en la oración. Así somos fuertes y el mundo no puede con nosotros.

martes, 15 de mayo de 2018

LAUDES DEL MARTES (de la tercera semana)

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Himno

Cantemos nuestra fe y, al confesarla,
unidas nuestras voces de creyentes,
pidamos al Señor que, al proclamarla,
inunde con su luz a nuestras mentes.

El gozo de creer sea alegría
 
de servir al Señor, y su Palabra
simiente en crecimiento día a día,
que al don de su verdad el mundo abra.

Clara es la fe y oscuro su camino
de gracia y libertad en puro encuentro,
si crees que Jesús es Dios que vino,
no está lejos de ti, sino muy dentro.

Legión es la asamblea de los santos,
que en el Señor Jesús puso confianza,
sus frutos de justicia fueron tantos
que vieron ya colmada su esperanza.

Demos gracias a Dios, que es nuestra roca,
sigamos a Jesús con entereza,
 
si nuestra fe vacila, si ella es poca,
su Espíritu de amor nos dará fuerza. Amén.