"Espíritu Santo, hay aspectos de mi vida que no están sanados. Hay sectores de mi existencia donde no te he dejado entrar. Por eso mis alegrías siempre tienen manchas. Por eso siempre están dando vueltas las sombras de la tristeza y de la confusión.
Ven Espíritu Santo. Hoy quisiera mostrarte todo, sin pretender ocultarte nada. Quisiera que dialogáramos sobre las sombras que llevo dentro.
Ven Espíritu Santo, porque quiero descubrir ante tu mirada mis más profundas rebeldías, esas cosas que no acepto de la vida. Quiero sacar afuera, con total sinceridad, esos reclamos y protestas que no me atrevo a expresar, pero que siempre merodean en mi interior revuelto.
Apaga mis enojos, aplaca mis quejas más escondidas, serena todo ese mundo inquieto que llevo dentro, cura todo rencor, todo mal recuerdo, toda desilusión. Nada de todo eso vale la pena. Son interferencias en el camino de la felicidad. Por eso, ven Espíritu Santo, tú que puedes liberarme, ven. Amén."
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