María, te sentimos cerca de nosotros, vas acompañando nuestro caminar, nuestro dolor.
Te pedimos por los que se sienten solos y caminan solos, por los que luchan en la vida sin tener una mano amiga cerca.
Madre del dolor, sabemos que es dura la soledad. Queremos sentirte cada vez más cerca de nosotros.
Tú conoces nuestra vida, te conoces lo que hay que hacer para andar bien.
Por eso te pedimos que vengas con nosotros, que camines con nosotros para hacer nuestro caminar menos duro y menos monótono, dando impulso nuevo a nuestro corazón para que camine con espíritu joven y alegre, y que marque el paso con decisión.
Que siguiendo tu senda lleguemos al camino que es Jesús. Amén.
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