Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 3 de julio de 2020

LA MISERICORDIA DE JESÚS

9° Estación: Jesús fortalece la fe de Tomás. Jn 20,27-28 Jesús ...HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 


Gracias, Señor, por tu Infinita Misericordia, porque nos perdona a pesar de no merecerlo. Somos unos testarudos al igual que lo fue Tomás por un tiempo. Ese tiempo que, a pesar de su tozudez Tú lo buscaste y le mostraste el camino - tus llagas - para que doblegara su tozudez y creyera en Ti. Y lo  mismo hace con cada uno de nosotros.

Perdónanos, Señor, porque no merecemos tu perdón, y menos tu Misericordia. Una Misericordia Infinita que nos sostiene esperanzados y salvados. No podemos cansarnos de darte las gracias, Señor, porque tus llagas, que nos las muestras gratuitamente y sin merecerlo, nos manifiestan tu Resurrección y tu presencia. En aquel tiempo se las mostrastes a tus apóstoles, pero, hoy también nos las muestras a nosotros a través de tus santos, tus mártires, tus seguidores fieles que nos dan ejemplo y testimonio de tu presencia y Resurrección.

Madre Teresa, Pio de Pietrachina, Felipe Neri y otros muchos son vivos ejemplos de la muestra de tus llagas que nos muestras para que nosotros abramos nuestros corazones y nos abandonemos a creer en Ti, Señor. Pero, a pesar de nuestras dudas y desconfianza, y, peor todavía, nuestros pecados y ofensas, Tú sigues ahí, igual que hicistes con Tomás, abriendo tus Manos y tu Costado para enseñarnos tus llagas y herida a fin de que creamos en Ti.

sábado, 29 de febrero de 2020

GRACIAS, SEÑOR, POR TU MISERICORDIA

Resultado de imagen de Lc 5,27-32
No nos damos cuenta de nuestra miseria y de nuestra pobreza. Quizás sea de lo que tengamos que pedirle al Señor, "darnos cuenta de nuestros pecados y nuestras miserias", porque, no merecemos nada y, a pesar de eso, el Señor nos llama, comparte mesa y mantel con nosotros y nos escucha con compasiva misericordia. ¿Merecemos nosotros eso?

Todo es gratuito y así podemos explicar y llegar a comprender lo que no entendieron aquellos fariseos y escribas del tiempo de Jesús. ¿Cómo es posible que coma con publicano y pecadores? Igual nos ocurre a nosotros ahora. También nos preguntamos por tanta gente pecadora que hay dentro de la Iglesia en la actualidad. Y murmuramos de los presbíteros, de los obispos, de los feligreses y de todos en general. Nos parece que la Iglesia se debe prohibir para los pecadores. ¿Estamos nosotros limpios? Esa es la pregunta que nos interesa y la que debemos hacernos.

Jesús nos responde inmediatamente y muy claro: «No necesitan médico los que están sanos, sino los que están mal. No he venido a llamar a conversión a justos, sino a pecadores». Y eso debe enseñarnos y movernos a reconocer nuestros pecados, porque, para quedar limpio y alcanzar esa Infinita Misericordia de Dios, que nos regala gratuitamente, debemos reconocer y entregarles nuestros pecados. Pidamos esa Gracia para, como Leví, aceptar su invitación y seguir tras sus pasos con verdadera humildad y arrepentimiento de nuestros pecados. Amén.

lunes, 14 de octubre de 2019

LA FE ES UN DON DE DIOS

Resultado de imagen de Lc 11,29-32
Sin lugar a duda, por la razón se llega a la fe, pero a una fe limitada que, por sí sola no llega a entender el Infinito Amor de Dios. ni tampoco su Eterna Misericordia. Y no lo entiende porque esa forma de amar no entra en su mente ni en sus cálculos de la razón humana. Eso sí, podemos razonar la existencia de Dios, pero no su Infinita Misericordia, una Misericordia que borra nuestros pecados y nos restituye nuestra dignidad perdida de hijos de Dios.

No cabe duda que para llegar a comprender ese gran misterio necesitamos la fe. Una fe que no la podemos adquirir en ninguna lugar, porque es sólo un don de Dios. Ahora, una fe que podemos pedírsela y que Él nos invita y nos propone que la busquemos y pidamos al Padre en su Nombre. Una fe que hay que esforzarse también en buscarla llamando al Corazón de nuestro Padre Dios por y en el Nombre de su Hijo Jesús, el Mesías enviado para, por sus méritos, ganar el Perdón y la Misericordia de Dios Padre para todos los que en Él creen.

Desde este humilde rincón de oración abrimos nuestros corazones y elevamos nuestras oraciones al Padre en nombre de su Hijo Jesús para pedirle el don de la fe, una fe que no se pare y se instale, sino todo lo contrario, que camina y vaya creciendo en madurez dentro de nuestros corazones hasta llegar a convertirse en una fe adulta que dé respuesta según la Voluntad de Dios.

Por todo ello insistimos, Señor, y confiados en tu Palabra insistimos e insistimos para suplicarte, ¡aumentanos la fe! Amén.

miércoles, 9 de octubre de 2019

EN CUMPLIMIENTO DE SU VOLUNTAD

Resultado de imagen de Lc 11,1-4
La oración del Padrenuestro manifiesta esa Voluntad del Padre que es prioritaria en la vida de Jesús. Todo está puesto en Manos del Padre y mi voluntad será la del Padre. Esta actitud es la que vive Jesús en cada momento de su vida y, eso, es lo que se ve, se nota y se transmite.  No se trata, pues, de una oración doctrinal ni unas jaculatorias piadosas. Se trata de un diálogo con el Padre en el que le confesamos nuestra fe en que está en el Cielo y en la voluntad de ser dócil a su Palabra.

Padre del Cielo, también nosotros, siguiendo a tu Hijo Jesús, queremos pedirte que nos des la fortaleza y sabiduría para vivir en tu presencia reconociéndote y santificándote como nuestro Padre y haciendo presente tu Reino entre nosotros según tu Voluntad. Padre, te pedimos esa fuerza y capacidad para aceptar todas las cosas que la vida nos depara y que nos provea de todo lo que necesitamos para cumplir tu Voluntad.

También, Padre, te pedimos que nos enseñes a vivir en tu Misericordia y sabernos queridos y perdonados de nuestras faltas y errores por tu Infinita Misericordia. Pero, sobre todo, Padre, te pedimos que nos transformes nuestros corazones endurecidos por la soberbia y el egoísmo y sepamos, de la misma manera que tu nos perdonas, perdonar a nuestros hermanos.

El mundo es una ocasión de pecado, pues tiene muchas circunstancias y situaciones de seducción. Cada instante de nuestro camino trae también, Padre, su tentación. Ayúdanos a superarlas tal y como hizo tu Hijo Jesús en su paso por el desierto. Líbranos del Maligno, que está pendiente de nuestras debilidades para incitarnos al pecado, a la desobediencia, a las apetencias y concupiscencias que nos harían caer en el egoísmos y en el pecado. 

Padre, confiados en tu Palabra y en tu Misericordia, nos ponemos en tus Manos y siguiendo el Camino, la Verdad y la Vida que tu Hijo, nuestro Señor, nos ha señalado, caminamos en la esperanza de llegar a Ti para, según tu promesa compartir la Gloria que Tú nos has dado por los méritos de tu Hijo, nuestro Señor. Amén.

sábado, 21 de septiembre de 2019

NO BASTA CON LA PIEDAD NI CON LAS TRADICIONES

Resultado de imagen de Mt 9,9-13
Puedes ser muy piadoso y avenido a las tradiciones, pero, eso no es suficiente para demostrar tu fe y vivir en el amor. Son tus obras las que descubren tu vida y transparentan tu fe. De modo que, una fe sin obras queda desvelada como apariencia y falsa. El nexo que te relaciona con los demás y descubre tu relación con Xto. Jesús es la Misericordia. Si en tus relaciones con los demás no hace presencia esa misericordia transmitida y regalada desde la acción del Espíritu Santo, estás perdiendo el tiempo con tus actos de piedad. Más te vale emplear el tiempo en otra cosa.

La consecuencia de la fe es la misericordia. Dios te ama y te salva porque es Infinitamente Misericordioso, y quiere que tú también lo seas. Una fe que se descubre verdadera tiene que estar escondida en la misericordia, y si no es así, mi fe es inmadura, infantil y está estancada en la primera comunión. 

Esta humilde reflexión quiero aprovecharla, Señor, para reconocerme, como Mateo, pecador y para pedirte que nos liberes del pecado por tu Infinita Misericordia. Te damos gracias, Señor, porque sabemos, ya que Tú nos lo has dicho, que has venido a liberarnos del pecado y, por tanto, a salvarnos de la esclavitud y la condenación de este mundo. Pero, ¿dónde están los pecadores? 

Queremos señalarnos, Señor, como pecadores y te pedimos y esperamos que Tú nos perdones nuestros pecados y restablezca nuestra dignidad de hijos de Dios que habíamos perdido por el pecado. Gracias, Dios mío, por tanta dicha y esperanza de, primero, reconocernos enfermos y, por tanto, pecadores. Y, segundo, experimentar la esperanza de que por tu Infinita Misericordia seremos salvados.

No nos cansaremos de darte las gracias, ni tampoco, de pedirte, cada día, tu salvación y misericordia. Porque, Señor, cada día es una batalla de esa guerra que es nuestra vida y que nos lleva a Ti. Y, Tú, Señor, eres nuestra esperanza y nuestra salvación. Mañana, Señor, volveré a pedirte tu Misericordia y a darte las gracias, porque sé que estarás ahí y que nunca me fallas. Espero, Señor, con tu Gracia, tampoco yo estar ausente y fallarte. Amén.

viernes, 13 de septiembre de 2019

MOTAS Y VIGAS

Resultado de imagen de Lc 6,39-42 por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 



Dame, Señor, la fortaleza y la voluntad de mirarme a mí mismo y descubrirme pecador y necesitado de tu Infinita Misericordia. Gracias, Señor, por reconocerme pecador y no merecedor de tu Misericordia y de todo lo que de Ti, Dios mío, he recibido. Muéveme a que, antes de mirar para otro descubrir las vigas que impiden ver a mis ojos y le ocultan la verdad. Sobre todo, las motas en los ojos de los otros.

Dame, Señor, la sabiduría de superar y vencer esa inclinación a mirar las vigas de los otros cuando están, primero, dentro de mí. Dame la sabiduría de limpiar primero las vigas de mis ojos para ver las motas en la de los otros y poder ayudarles. Y sostenerme en esa actitud me exige lucha diaria para no dejar que la oscuridad ciegue mi vista. El mundo, demonio y carne son una constante amenaza y con sus tentaciones nos tapan nuestros ojos y nos somete a permanecer en la oscuridad. 

Nuestra propia experiencia en el camino nos descubren que nuestras propias fuerzas no son suficientes para la lucha ni para vencer esas tentaciones ni limpiar las vigas que ocultan nuestros ojos de la luz. Necesito, Señor, tu Gracia y tu Misericordia para encontrar la sabiduría y la fortaleza con las que limpiar la vigas que impiden a mis ojos ver la verdad y perseverar en la humildad.

Dame, Señor, la necesaria humildad para dejar que tu Gracia purifique y limpie mis ojos de todo aquello que les impida ver y por la acción de tu Espíritu pueda, una vez limpio, servir y ayudar a limpiar las motas de mis hermanos. Amén.

sábado, 5 de enero de 2019

NECESITO UN CORAZÓN ARDIENTE EN VERDAD

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El camino que nos prepara Juan el Bautista es un camino previo y necesario para llegar al Señor. No podemos encontrarnos con Jesús sin previamente, primero, encontrarnos con nosotros mismos. Se hace necesario ver la película de nuestra vida y vernos por dentro dándonos cuenta del pecado que habita dentro de nosotros. Un pecado que está implícito en nuestra propia naturaleza caída.

Pero, no podemos adentrarnos en nosotros mismos por nuestra cuenta. Necesitamos ir acompañados, pero no de cualquiera. Ni siquiera de alguien muy preparado. Necesitamos de Aquel que tiene poder para comprendernos, escucharnos y perdonar nuestros pecados. Necesitamos la Misericordia de nuestro Padre Dios. Y eso sólo lo podremos buscar y pedir si somos capaces primero de reconocernos pecadores.

Es entonces cuando, como Natanael, descubrimos la Infinita Misericordia y el Poder de nuestro Padre Dios para perdonarnos nuestros pecados. Y le pedimos que nos dé la sabiduría de darnos cuenta y de conocerle como el Hijo de Dios verdadero. Pidamos esa Gracia, no sólo de creerlo sino de vivirlo, porque hay mucha diferencia de confesarlo pero luego no ir coherentemente nuestra vida con esa confesión.

Pidamos un corazón limpio capaz de descubrir, sin segundas intenciones, la verdad con la claridad de sus acciones y sus intenciones. Así se presentó Natanael delante del Señor a pesar de sus tribulaciones. Y el Señor descubrió la limpieza y honradez de su corazón. Pidamos esa misma actitud para nosotros y tratemos de borrar y desalojar las malas intenciones que nos arrastran a la rebeldía y al rechazo.

Pidamos un corazón limpio y cargada de buenas intenciones para dejarnos acoger por la Bondad del Dios. Pidamos también paciencia para saber esperar ante el silencio de Dios y nunca desesperar. El sabe mejor que nadie qué realmente necesitamos y cuando lo necesitamos. Pongámonos en sus Manos y confiemos en su Misericordia y Amor. Amén.

lunes, 12 de noviembre de 2018

NECESIDAD DE PERDONAR

Resultado de imagen de Lc 17,1-6
Hay de aquel que escandalice...
Sé que tengo que perdonar, y también sé lo difícil que se hace el perdón. Lo sé por propia experiencia, tanto por cuanto me ha tocado a mí darlo como cuando necesito recibirlo por mis ofensas y pecados. Perdonar es el problema de cada día y la causa de muchas separaciones y enfrentamientos. Por motivos de perdón están los juzgados llenos y los pleitos en todas las esquinas. Indudablemente, la paz es cosa tuya y mía, porque en la medida que perdonemos el mundo será mejor y habrá más paz.

Ahora, ¿te ves tú capaz de perdonar graves ofensas? Empecemos por reflexionar sobre las ofensas que hemos hecho primero nosotros. ¿Nos parecen graves? ¿Y pedimos perdón? ¿Nos gustaría que nos perdonasen? ¿Creemos merecer ese perdón? Sabemos por la Revelación, Jesús, el Señor, nos lo ha revelado en el Evangelio, su Palabra, que la Misericordia de nuestro Padre Dios es Infinita, y que si nos arrepentimos estamos perdonados.

Indudablemente, no por nuestros méritos, sino por los méritos que Él, nuestro Señor Jesús, ha pagado, con su Pasión y Muerte, por el rescate y perdón de todos nuestros pecados. Por tanto, sin merecerlo estamos perdonados. ¿No debemos hacer nosotros un esfuerzo para perdonar también a quienes nos han ofendido? Porque, ese perdón que nuestro Padre Dios nos da será en la medida que nosotros también perdonemos a quienes nos han ofendido. Por lo tanto, vale la pena intentarlo.

Ahora, la diferencia está en que quieras intentarlo tú por tus propias fuerzas o intentarlo agarrado y asistido por la Gracia de Dios. La diferencia está en que te atrevas a intentarlo auxiliado por el Espíritu Santo, porque, con Él podrás supera tu soberbia y tu suficiencia y alcanzar perdonar y ser perdonado. Pidamos esa Gracia, porque el perdón es una Gracia de Dios. Una Gracia que se apoya en nuestra, don del Señor, pero en la que también nosotros tenemos algo de participación por la responsabilidad de nuestra libertad. 

Ser libre implica y exige respuestas responsables. Y, si creemos en la Palabra del Señor y nos agarramos a ella, todo lo demás serán añadidura que podemos ir superando con paciencia y perseverancia. Porque, el Señor es el Camino, la Verdad y la Vida. Amén.