Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta anunció. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta anunció. Mostrar todas las entradas

lunes, 22 de abril de 2019

UN ENCUENTRO VERDADERO CON JESÚS NO NOS DEJA IGUAL

Resultado de imagen de Mt 28,8-15
Me imagino a aquellas mujeres corriendo despavoridas desde el sepulcro hacia el encuentro con los apóstoles. Irían atemorizadas y gozosas. Una mezcla de emoción, de desespero y de alegría. No sabría exactamente como definirlo, pero me parece que aquellos momentos son inenarrables. Encontrarse el sepulcro vacío y con el Señor es algo que no nos cabe en el corazón. Es el anuncio de la Resurrección y eso no se puede guardar sin anunciarlo. ¡Dios mío, resistir la presencia del Señor es Gracia de Dios! Porque, sin su Gracia no podemos soportar su presencia.

No es nuestro caso, nos podemos decir nosotros. Incluso, posiblemente podemos alegar, ¡si a mí se me apareciera! Pues, lo creas o no, a ti también se te aparece. No sé de qué forma, pero se te aparece. Y te doy algunas razones en las que creo. Primero, Dios ha enviado a su Hijo para salvarnos y anunciarnos su entrega voluntaria hasta el extremos de morir por nosotros. Y lo ha hecho. Acabamos en estos días, estamos celebrando la octava de Pascua, de vivirlo y actualizar esa Muerte de Cruz.

Y, segundo, si ha enviado a su Hijo para anunciarnos el Amor de su Padre y su Anuncio de Salvación, sería absurdo que no te dijera algo personalmente. Sale a tu encuentro y te anuncia que ha Resucitado, y te envía a que tú se lo anuncies a los que no lo saben, o lo ignoran o lo rechazan. Igual que aquellas mujeres que fueron a visitarle, también a ti te toca y te anuncia que ha Resucitado.

Ahora, necesita tu interés. Necesita tu ansias de búsqueda. Necesita tu proximidad y cercanía para poder hablarte y dejarse ver. Aquellas mujeres se acercaron a su sepulcro. La pregunta es: ¿Te acercas tú también a Él? Posiblemente no lo hagamos y será eso lo que tenemos que pedirle. Señor, despierta en mí esa inquietud, esa necesidad de fiarme de tu Palabra. Dame Señor esa sed de salir a tu encuentro y de anhelar tu presencia y dejarme llevar a tu presencia. Derrumba, Señor, esas murallas que he levantado en mi corazón y no me deja salir a tu encuentro y responder a tu llamada. Dame, Señor, el don de la fe. Amén.

lunes, 9 de abril de 2018

TAMBIÉN PARA NOSOTROS CADA DÍA SE CONVIERTE EN UNA ANUNCIACIÓN

Imagen relacionada
María fue visitada por el Ángel Gabriel y anunciada de lo que Dios había decidido para ella. Sabemos y conocemos el relato -Lc 1, 26-38- pero, quizás lo que no sabemos que también nosotros somos visitados y anunciados del Amor de Dios y de su plan de salvación. Porque, la obra redentora de Dios, que empieza en el Sí de María, continúa hasta llegar a ti. También a ti te pregunta el Señor y te anuncia que has sido elegido como hijo, y que quiere compartir contigo su Gloria para la eternidad. ¡Dichoso mensaje el recibido!

Quizás todavía no somos consciente del mensaje recibido. Nos ha tocado la verdadera dicha, pero no lo advertimos y seguimos buscando el premio de la lotería o de la once. Premios humanos y caducos que al final quedan en nada. Hemos sido, a través de nuestra Madre, la Virgen, considerados hijos de Dios y contenidos dentro de su plan de salvación. Nuestro Señor Jesús es enviado, encarnado en Naturaleza Humana, para redimirnos y hacernos partícipes de la Gloria del Padre.

Y cada día se produce ese misterio y milagro de salvación donde se nos anuncia, por medio de nuestra Madre María, que el Hijo de Dios, encarnado en su seno se ha hecho Hombre para salvarnos a nosotros y a todos los que crean en Él. Por lo tanto, no nos cerremos a la Gracia recibida y abramos nuestros corazones para que esa siembra en ellos realizada dé los frutos apetecidos.

Pidamos con humildad y fe confiada la sabiduría, la paciencia y la fortaleza necesaria para perseverar, junto a nuestra Madre María, en la Palabra del Señor. Dejémonos anunciar su mensaje y su plan de salvación, que sembrado en nuestros corazones, nos anuncian y nos convocan a participar de la Gloria de Dios. 

Pidamos también al Espíritu Santo que nos dirija y nos transforme nuestros corazones y nos llene de humildad para como María, nuestra Madre, podamos decir como ella que se haga la Voluntad de Dios en nosotros. Amén.

sábado, 5 de diciembre de 2015

AUMENTA NUESTRA FE Y PURIFICA NUESTRAS OBRAS




Pensar que ser cristiano y discípulo de Jesús se concreta y termina en rezos y prácticas religiosas, es una falsa e inmadura fe. Eso es lo que hacían los fariseos, aparentar con las prácticas religiosas, y luego vivir según sus criterios e intereses. Es decir, cumplir con unos preceptos y, luego, organizar sus vidas según ellos mismos.

Es algo que se cae por sí mismo. Seguir a Jesús no consiste en unos rezos y prácticas, porque Él no busca cumplidores, sino servidores por amor. Seguir a Jesús es, humildemente, ponerse a su servicio sirviendo a los demás por amor. Tal y como Él ha hecho con cada uno de nosotros. Y, claro, por eso necesitas estar muy unido a Él. 

Para eso necesitas hablarle mucho (oración); para eso necesitas conocerle a través de su Palabra, y escucharle en el silencio reflexivo y atento de tu corazón. Y poner en prácticas sus enseñanzas. Sin olvidar nuestra pobreza y humildad para tan alta misión. Necesitas, mejor, necesitamos pedirle fuerza para cumplir su Voluntad.

Dame, Señor, fortaleza para comunicar tu Palabra, poder de hacerla salvación en los hombres que la escuche, sanándoles sus dolencias, y sabiduría de enseñarla como Tú lo has hecho. Amén.