Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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viernes, 17 de agosto de 2018

CUANDO CREO QUE SÉ MÁS QUE DIOS

Resultado de imagen de Mt 19,3-12

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.

Eso ocurre en muchos momentos de mi vida. Creo que mis planes son mejores que los que me propone Jesús y me cierro a su Palabra. ¿Por qué no voy yo a repudiar a esta mujer o a este hombre con el que ya no me satisfago? ¿Por qué Dios me prohibe lo que yo quiero hacer? Se impone la satisfacción personal, es decir, el egoísmo.

Y cuando no me gusta alguien y no colma mis satisfacciones, lo mejor es huir y borrar esa unión de mi vida. Ahora, la pregunta que flota en el ambiente inmediatamente es, ¿es eso justo? ¿Te gustaría a ti pasar por eso? ¿Es el matrimonio tan poco serio para tomárselo de esa forma? ¿Con qué intenciones has ido al matrimonio y cuáles son tus responsabilidades? 

Queda al descubierto claramente que se trata de un problema de ego y de intereses. Y cuando el matrimonio se trata desde ahí, no es un matrimonio sino una unión de intereses pasionales, económicos o de cualquier otro tipo. Por lo tanto, es una mentira que se quiere anular con otra mentira. Y cuando las cosas se hacen mal y de forma irresponsable suceden estos problemas. No hay otro problema que el propio de hacer las cosas mal y a la ligera llevados por los egoísmos y las satisfacciones sin importar nada más.

No se trata de prohibir ni de poner dificultades, sino de purificar y de medir realmente nuestro amor. Amar es un compromiso tal y como nos ama Dios, y cuando se ama se es responsable y se vencen todas las dificultades que brotan de la superficie de nuestra propia carnalidad. Es normal que eso suceda, pero amar exige renuncias, desprendimiento, olvido y morir a uno mismo para responder y darse a los demás. En este caso a la esposa o al esposo.

Y en esto es vital la presencia de Dios. Dios que está en el medio y que nos fortalece, nos une y nos purifica de nuestra esclavitud carnal que nos tienta y nos somete. Un Dios que nos ayuda y al que le pedimos la sabiduría para entender su Voluntad y su Amor - «No todos entienden este lenguaje, sino aquellos a quienes se les ha concedido. Porque hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos. Quien pueda entender, que entienda».

lunes, 26 de febrero de 2018

FRÁGILES COMO VASIJAS DE BARRO

Resultado de imagen de Lc 6,36-38Podemos presumir y jactarnos de nuestro poder. Incluso, convencernos de que somos fuertes y poderosos y capaces de alcanzar la felicidad. Habrá momentos que experimentamos tener el mundo a nuestros pies. Todo parece sonreírnos y la vida nos parece que la podemos dominar. Pero la realidad no es así. Estamos contemplando un espejismo que, el mismo demonio, se encarga de presentarnos y hasta adornarlo con delicada seducción y sutileza.

La realidad es que detrás de ese aparente poderío se esconde una fragilidad de barro, capaz de deshacerse en unos instantes. Pero, sucede que nuestra ceguera y necedad puede hacerse crónica y oscurecer nuestro camino sumergiéndonos en un mundo irreal, ilusorio y tergiversado. Somos víctimas de nuestra propia ignorancia y esclavo de nuestro pecado. Ese fue el error de Adán y Eva. La soberbia de creerse que podrían llegar a ser como Dios.

Pero, hasta aquí todo es muy normal. Somos egoístas por naturaleza e inclinados a erigirnos centro de todo lo que nos rodea, incluso, si podemos, del universo. El problema empieza cuando ese egoísmo pasa a formar parte central y meta de mi vida. Es ahí donde se cultiva y nace el pecado. Y es ahí donde se hace presente la asistencia del Espíritu Santo para vencerle. Hay que llamarlo e injertarnos en Él.

Porque, somos frágiles como vasijas de barro y sin la asistencia y auxilio del Espíritu Santo estamos perdidos y en manos del demonio. Nuestra felicidad no está en el poder y el dinero, sino en el amor. Pero un amor que trasciende de nosotros para llegar a los demás. Tu corazón renace y se convierte en nuevo cuando es capaz de renunciar a su propio egoísmo y se transforma en generosidad y compasión hacia los demás. 

Es entonces cuando has nacido a ese hombre nuevo que te pide tu Bautismo. Es entonces cuando la felicidad y el gozo de amar se hacen presentes en tu vida dándote y amando a los demás como deseas para ti. Es entonces cuando comprendes que tu fortaleza no está en el poder y el dinero, sino en el amor entregado a los demás. Porque, entonces descubres que has sido creado para amar y ser amado.

jueves, 25 de febrero de 2016

LA NECESIDAD DEL ESPÍRITU EN LA LUCHA DE CADA DÍA



Nuestra meta es la santidad: "Ser vosotros perfecto como vuestro Padre del Cielo es perfecto"(Mt 5, 48); pero nuestra naturaleza humana es débil y está sometida a muchas ofertas y tentaciones de este mundo que la seducen y la hacen tambalearse.

Sin la asistencia del Espíritu de Dios estaríamos vencidos sin ninguna posibilidad de éxito. Cada día es una batalla de una larga guerra que tenemos que librar y que terminará con la muerte, puerta de nuestro triunfo y perdición. Por eso necesitamos perseverar en la oración y estar abiertos a la acción del Espíritu Santo, par por su Gracia, ser fortalecidos y revestido de la fuerza del Espíritu Santo, y salir victorioso del combate de cada día y de la guerra final.

El pode y las riquezas son tentaciones que nos seducen y nos atraen. La buena vida, el bienestar y los placeres son dulces irresistibles para nuestra naturaleza egoísta herida por el pecado. Y, por nosotros mismos no podemos superar. Necesitamos la asistencia del Espíritu, para en Él, encontrar la sabiduría, las fuerzas y el poder de dominarnos y decir no.

Y eso es lo que hoy, Señor, te queremos pedir: No dejarnos vencer por las tentaciones que el mundo nos pone delante, y estar a la escucha atenta de tu Palabra y en constante relación contigo. Porque sólo así tendremos la garantía del éxito sobre el pecado.

Danos, Señor, la Gracia de tu fortaleza, para no desfallecer ni sucumbir a las tentaciones del pecado de este mundo. Un mundo que nos promete felicidad, alegría, diversión y bienestar sin preocupaciones bajo las apariencias de lo fácil y apetecible, pero que esconde vaciedad y perdición. 

Aprendamos a no mal gastar nuestro tiempo y nuestra vida, sino a compartirla sirviendo a aquellos que lo necesitan y carecen de esas posibilidades. Danos, Señor, esa sabiduría y valor.

jueves, 5 de marzo de 2015

PERDONA, SEÑOR, MIS EGOÍSMOS



Sería un error mirar para otro lado y tratar de acallar mi conciencia. No sacaría nada, tarde o temprano volvería otra vez a verme en mi propio espejo. No se trata de justificarme, sino de verme realmente como soy. Y soy egoísta; me cuesta solidarizarme; sí, lo digo, y hago alguna cosa, pero creo que no lo suficiente. Sólo trato de acallar mi conciencia con algunas acciones solidarias, pero mi compromiso no es total.

Y pienso que lo mejor es reconocerlo. Es un gran paso reconocerlo, porque eso descubre la suciedad que hay en mi corazón y, descubierto lo sucio se puede limpiar. Y Tú, Señor, no sólo lo puedes limpiar, sino que quieres limpiarnos. Sólo te falta que yo me deje. Ese es el paso tan importante que yo tengo que estar dispuesto a dar.

Quiero, Señor, que me limpies. Quiero, Señor, que transformes mi corazón de egoísta en un corazón generoso y solidario. Soy consciente que yo no puedo. Depende de tu Gracia. Para mí solo has dejado la libertad de dejarme transformar. Y yo quiero. Por eso te visito todos los días; por eso hablo contigo todos los días; por eso trato de renunciar a las cosas de este mundo que puedan alejarme de Ti. 

Por eso te busco hasta el extremo que los demás me tienen por obsesionado contigo. Quiero Señor darme y dar todo por amor como Tú lo das por mí a cada instante. Quiero, Señor, llegar a tu presencia con las manos vacías de todo lo que me has dado, y llenas de amor por haberlas compartido.

Pero me siento atado, encadenado, retenido y esclavizado egoístamente. ¡Libérame Señor y transforma mi corazón!

lunes, 24 de noviembre de 2014

SI NUESTRA ORACIÓN NO DESEMBOCA EN DARTE...



Esta es la cuestión. No se trata de dar, sino darte. Y si nuestra oración no desemboca en eso, se supone que la estamos haciendo mal, o mejor, falseando y mintiendo. Cuando pedimos que venga a nosotros el Reino de Dios, estamos pidiendo que nuestro mundo se más justo y solidario con los pobres y necesitados.

Y nuestro mundo es nuestro entorno, los que vemos todos los días y los que vagan perdidos sin horizontes y sin sentido y carentes, por su pobreza, de lo necesario para vivir y pensar. Nuestra oración debe servir para eso, y si no sirve es que no la hacemos con autenticidad, con espíritu sincero y disponible, y sin condiciones, cerrándole las puertas a la acción del Espíritu Santo.

Es verdad que la caridad hay que organizarla, trabajarla y ofrecerla a quienes la aprovechen y la necesitan. Y también exigirle colaboración y esfuerzo, pero estar dispuesto a darla es lo más importante. Me fijo ahora en la curación de los diez leprosos. Sólo volvió uno, el samaritano precisamente, a dar las gracias. De los demás, hijos del pueblo, no se sabe nada. Sin embargo, Jesús siguió dándose y curando. Posiblemente, nosotros hubiésemos aprovechado par justificarnos y esconder la mano.

No puede ser excusa para nosotros que muchos no lo agradezcan o no la aprovechen. Nuestra exigencia de amar nos lo exige y nos invita a darnos a pesar de que luego eso no se aproveche. Jesús se ha dado todo y a todos, y sigue dándose sin correspondencia ninguna por muchos de nosotros. El Espíritu Santo espera pacientemente a que le abramos la puerta de nuestro corazón y no se ausenta por la ausencia de nuestra respuesta.

¿No debemos de tener nosotros la misma actitud? Pidamos al Espíritu Santo que nos dé la fortaleza y la generosidad de despojarnos de todo egoísmo y ser solidarios y desprendidos para, humildemente, darnos sin condiciones ni exigencias en aliviar las esclavitudes y necesidades de los demás. Amén.

viernes, 29 de agosto de 2014

PIEDAD DESENCARNADA

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DONDE PUEDAS 





Sé que una piedad desencarnada es como decirte una sarta de mentiras, y muchas veces creo que eso es lo que estoy haciendo. Me consuela, me da perseverancia y ánimo para seguirte el conocer tu Misericordia y el saber que tu perdón siempre está ofrecido y abierto a mi arrepentimiento.

Eso me da esperanza y confianza para, cada caída, levantarme e intentar seguirte a pesar de mis debilidades, mis apetencias y mi naturaleza caída, y de sospechar la posibilidad de volver a traicionarte. Entiendo que Tú ya lo sabías, Señor, y por eso nos dejaste instituido el sacramento de la Penitencia. En él podemos lavarnos y levantarnos de nuestras caídas.

Perdona, Dios mío, mis danzas frívolas, descomprometidas, irresponsables que buscan mi propio bienestar olvidando el de los demás; que buscan mis derechos excluyendo el de los otros; que buscan satisfacer mis egoísmos aun pasando por encima de los derechos de los otros.

Gracias Señor por dejarnos esa posibilidad y esa Gracia para lavarnos y volver a Ti, y encontrar y retomar fuerzas y valentía para esforzarnos en ser testigos y dar testimonio de nuestra fe, no sólo en lo que se refiere a la piedad, de puertas adentro, sino también a los efectos de esa piedad de puertas afuera.