Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 28 de mayo de 2018

UN CUMPLIMIENTO DE MÍNIMOS

Resultado de imagen de Mc 10,17-27 visto por Fano

Nos gusta las normas y los cumplimientos, e, incluso, exigimos recetas a los sacerdotes con las que eludir nuestra libre responsabilidad y lavarnos las manos. Cuántas veces hemos acusado a Pilatos de haberse lavado las manos respecto a tomar una responsabilidad en la decisión de liberar a Jesús. Cerró los ojos ante la realidad y miró para otro lado. ¿No hacemos nosotros igual en muchos momentos de nuestra vida?

De la misma forma, aquel joven, al parecer rico, se limitaba a cumplir con lo establecido y acostumbrado. Eso no le era muy duro y, con cierta y cómoda disciplina, el ser humano se instala y acomoda con cierta facilidad sin perder su seguridad ni sus privilegios. Pero, inquieto, pregunta a Jesús: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia la vida eterna?». Sus palabras descubren cierto desconformismo que le inquietan a comprometerse más y de ahí esa ansia por preguntarle a Jesús.

Y Jesús le responde: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no levantes falso testimonio, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre». A lo que aquel joven responde: «Maestro, todo eso lo he guardado desde mi juventud». Posiblemente, también nosotros cumplimos y guardamos los mandamientos en nuestra vida. Pero, ¿nos basta eso? ¿Es eso todo lo que nuestro amor nos exige? ¿Queda tu conciencia y la mía tranquila? ¿Es esa la medida de toda nuestra capacidad de amar? Son preguntas que también nos hace Jesús hoy a cada uno de nosotros, y debemos de darle una respuesta.

Quizás, nuestra primera reacción sea fruncir el ceño y abajar la cabeza. Experimentamos debilidad y no nos sentimos fuertes para romper esas maromas que nos atan a las riquezas y placeres de la vida. Porque, no hace falta poseer mucho dinero para ser rico, sino que también se esconden las riquezas en nuestra manera de vivir, de comportarnos, de darnos, de ofrecernos, de comprometernos...etc. Tu vida y tus cualidades son un regalo que Dios te ha dado, y te han sido dadas para que las compartas con aquellos que más las necesitan.

Pidamos fortaleza y sabiduría en el Espíritu Santo para romper esas maromas que nos atan a la comodidad, al egoísmo y al encerrarnos en nuestros cumplimientos, para dejar escapar toda nuestra capacidad de amar y comprometernos en darnos y servir a los demás. Amén.

domingo, 27 de mayo de 2018

LAUDES DEL DOMINGO DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

Imagen relacionada




Himno


El Dios uno y trino,
misterio de amor,
habita en los cielos
y en mi corazón.

Dios escondido en el misterio,
como la luz que apaga estrellas;
Dios que te ocultas a los sabios,
y a los pequeños te revelas.

No es soledad, es compañía.
es un hogar tu vida eterna,
es el amor que se desborda
de un mar inmenso sin riberas.

Padre de todos, siempre joven,
al Hijo amado eterno que engendras,
y el Santo Espíritu procede
como el Amor que a los dos sella.

Padre, en tu gracia y tu ternura,
la paz, el gozo y la belleza,
danos ser hijos en el Hijo
y hermanos todos en tu Iglesia.

Al Padre, al Hijo y al Espíritu,
acorde melodía eterna,
honor y gloria por los siglos
canten los cielos y la tierra.

sábado, 26 de mayo de 2018

EL IDEAL: SER COMO UN NIÑO

Resultado de imagen de Mc 10,13-16Ser como un niño significa ser pobre, indefenso y depender de sus padres o familia totalmente. O de quienes, en caso de huérfano, se compadezcan del él. Ser como niños nos deja en manos de la providencia del Padre Dios y poner toda nuestra seguridad en sus Manos. Ser como niños es aceptar nuestro último lugar y estar dispuestos a obedecer y servir, a pesar de ser utilizado y engañado como víctimas utilitaristas de consumo, de negocio pornográfico y de objetos de placer.

Ser como niños es abrirnos a la acción del Espíritu Santo y dejarnos dirigir por su acción y protección. Ser como niños es entregar nuestro corazón al Padre, a través del Hijo, que nos revela su Rostro y nos lleva a Él. Por eso, Padre del Cielo, a través de tu Palabra, que tu Hijo nos revela te pedimos que nos dé un corazón de niño y que abandonados en  Manos del Espíritu Santo nos lleves y dirijas por el camino del servicio, de la entrega al bien de los demás.

Danos, Señor, la sabiduría de estar siempre en esa actitud de buscar los últimos lugares y de estar siempre como los niños abiertos a escuchar y aprender de tu Palabra, para así, siendo como ellos, estar abiertos a recibir tu Reino. Transforma nuestros corazones en corazones puros, transparentes, dóciles, generosos, inocentes e inclinados a la bondad y a la mansedumbre, a la paciencia y a las buenas intenciones, y, sobre todo, a la justicia, el amor y la paz.

Danos también Señor, unos corazones inundados de bondad como el tuyo para tener predilección por lo pequeño, por lo pobre, lo débil, lo indefenso y vulnerable. Porque, todo esto significa ser como un niño, pues ellos lo representan. Siempre callados, silenciados e indefensos ante los mayores sin capacidad para aducir derechos, ni méritos, ni dar grandes razones. Tú Señor tienes predilección especial por esas personas a las que manifiestas tu bondad de forma gratuita. Porque, tu poder se manifiesta, como diría Pablo, en la debilidad.

Danos, Señor, la capacidad y la sabiduría de aprender esta hermosa lección que se refleja en los niños, de manera especial a los que queremos seguirte y escuchar tus Palabras y aprender de ellas. Amén.

viernes, 25 de mayo de 2018

CUANDO PREVALECES TÚ Y TUS EGOÍSMOS

Resultado de imagen de Mc 10,1-12 visto y dibujado por Fano
HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


Ponemos pega y justificamos nuestras razones con argumentos que esconden la verdad del otro. Porque, cuando tú quieres romper con el otro esgrimes tus razones, pero esconder la vedad de del otro. ¿O es qué tú sólo tienes la razón? Sabes de sobra que no, pero tu soberbia y egoísmo te llevan a querer prevalecer y tener razón. Eso debe ya darte un poco de conocimiento y saber esperar y soportar tu impaciencia porque prevalezcan tus razonamientos.

En una separación, pleito o disputa la razón está casi siempre repartida. Normalmente la causa de la disputa se apoya en el egoísmo de uno o de dos que luchan por mantenerlos y conservarlos. Es el sentido erróneo de la libertad individualista que te lleva a apoyarte en tus proyectos utilitaristas y no a tomar conciencia que tienes enfrente de ti a una persona con los mismos derechos que tú. 

Cuando en la unión no se ha tenido en cuenta estas perspectivas y no se ha tratado de clarificarlas hay que proceder a otro plano de diálogo. ¿Tú que buscas? O, ¿qué buscamos? Porque, dependiendo de esas primarias intenciones y del deseo, a pesar de los obstáculos, de permanecer juntos, se puede retomar el diálogo y tratar de purificar ambas intenciones. Para ello se necesitará siempre de esfuerzos, privaciones y renuncias, que el verdadero y comprometido amor asume.

Experimentamos que vamos a necesitar fuerzas, superiores a nosotros, para renunciar a mucho de nosotros mismos. A todas aquellas apetencias que tratan de separarte, de individualizarte, de imponerte, de crear obstáculos y barreras que hacen imposible la unidad y el amor. Un amor comprometido en la disponibilidad y la entrega. Tal como nos ama nuestro Padre Dios. Y si nuestro objetivo es parecernos a Él necesitaremos mucho diálogo con Él, desde ambas partes, para cazar todas nuestras diferencias y descubrir todo lo que nos potencia y nos une.

Mirémos hacia el Cielo y elevemos nuestros corazones, para pedir que se llenen de buenas intenciones y de verdadero amor que nos sostengan unidos y pacientes en la confianza de que es el mejor y buen camino para encontrar esa felicidad eterna que buscamos.

jueves, 24 de mayo de 2018

LÍBRANOS DEL MAL, SEÑOR

Resultado de imagen de Mc 9,41-50
Nuestro camino no es llano sino que también tiene montañas escarpadas y difíciles de escalar que nos ponen duros obstáculos para llegar a la meta. La vida se hace dura y difícil y los peligros acechan por doquier. Y los más peligrosos son aquellos que se esconden en la mentira, en la aparente buena presencia y en el deleite y placer. Sin darnos cuenta caemos en sus garras y nos costará mucho salir.

Tengamos mucho cuidado porque el peligro acecha en cualquier instante, sobre todo cuando más distraídos estemos. Necesitamos estar vigilantes y muy unidos al Espíritu Santo, que nos defiende y nos protege. También, nuestro ángel de la guarda nos ayudará a salir de las encrucijadas que la vida nos tiende. Necesitamos estar atentos e injertados en el Espíritu Santo para superar todos esos obstáculos y tener la suficiente sabiduría y fortaleza para arrancarlos de nuestro camino y de nuestra vida.

En ese sentido hay que cortarlos de raíz de nuestro corazón y arrojarlos al fuego. Es lo que nos dice el Evangelio de hoy. Tenemos que ser fuertes, y eso lo conseguimos sosteniéndonos injertados en el Espíritu Santo. Él ha venido a nuestros corazones en el momento de nuestro bautismo y nos ha confirmado su presencia en cuanto nosotros hemos recibido el sacramento de la confirmación. Nos, tal y como nos dice en Papa en su audiencia del miércoles, unge con el crisma que nos da al Espíritu Santo que nos conforma con Jesucristo. En Él estamos preparados para superar todos esos obstáculos que nos quieren separar del Señor y perdernos.

Tengamos confianza y oremos constantemente. Cada día es una nueva jornada que trae sus afanes, sus alegría y también sus sacrificios o tristezas, pero que, junto al Espíritu de Dios, podemos ir superando y hasta gozando, porque en Él seremos dichosos y generosos para compartir y fortalecernos en la fe dándonos y amándonos. Amén.

miércoles, 23 de mayo de 2018

LAS DIFERENCIAS QUE NOS EXCLUYEN

Resultado de imagen de Mc 9,38-40
Nos cuesta salir de nuestro propio cascarón y ver a los demás con una mirada limpia e incluyente. Todos los que no sean de los nuestros los excluimos salvo que se vengan con nosotros. Esa fue la problemática que Juan presentó a Jesús: En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y no viene con nosotros y tratamos de impedírselo porque no venía con nosotros».

Mirémonos ahora nosotros. ¿Nos ocurre eso en nuestros grupos y comunidades? Incluso dentro de nuestra propia comunidad hacemos grupos y nos creemos unos mejores que otros. Imaginemos ahora que nos pasará con otros colectivos que estén fuera de nuestro grupo. La Palabra se hace vida en nosotros y nos invita a descubrirnos y a mirarnos para adentro muy profundamente.

Y la Palabra de Dios nos aclara que lo verdaderamente importante es hacer el bien y amar. Por eso, Jesús replica a Juan de esta manera: «No se lo impidáis, pues no hay nadie que obre un milagro invocando mi nombre y que luego sea capaz de hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros, está por nosotros».

¿A quién le hacemos caso? Es verdad lo que nos dice Jesús, nadie que le invoque y en su nombre haga algún milagro, hablará mal de Él. Todo el que rema a favor de la misma corriente está con Él. Seamos dóciles a su Palabra y pidamos que nuestros corazones sean unos corazones limpios de todo egoísmo y celo, no apostólico sino el otro, el que nos provoca a la envidia y a las malas intenciones, que aboguen por ir juntos a favor de la misma corriente.

Líbranos, Señor, de creernos mejores que otros; líbranos de pensar que mi grupo es el mejor y en el que deben estar otros. Líbranos de excluir a todos aquellos que viven, trabajan y reman en la misma corriente pensando que si no están en mi grupo no lo hacen bien. Líbranos de obstaculizar la labor y el trabajo de otros que hacen en nombre de Dios porque no sean de los míos. Amén

martes, 22 de mayo de 2018

EL CAMINO DE LA PASIÓN

Resultado de imagen de Mc 9,30-37
Sabemos que nuestro camino termina en la cruz, pero una cruz cuyo resultado es de gloria,  la resurrección. Eso es lo que Jesús trata de explicarle a sus discípulos cuando van subiendo hacia Jerusalén. Trata de decirlo en secreto, pues no quería que se supiese e iba enseñándoles lo que se avecinaba: Les decía: «El Hijo del hombre será entregado en manos de los hombres; le matarán y a los tres días de haber muerto resucitará». Pero ellos no entendían lo que les decía y temían preguntarle.

¿Y cómo iban a entender? Ya que de por sí es difícil de entender, menos aún cuando ellos iban metidos en otros menesteres y con otras ambiciones e intereses. ¿Y no nos pasa a nosotros lo mismo? Esas cosas no podemos solucionarlas con métodos, disciplinas y estudios. Se trata de amar y eso consiste en transformar nuestro corazón, apegados a las cosas de este mundo, en un corazón capaz de renunciar y darse de forma generosa a los demás.

Pidamos al Señor un corazón generoso, dado, comprensivo, capaz de amar y de darse sin pedir nada a cambio. Un corazón disponible y gratuito al servicio de los demás. No es fácil lograrlo, pero la oración nos puede ayudar mucho. La oración y la confianza en ponernos en Manos del Espíritu Santo para que nos vaya alumbrando el camino y cultivando en nuestros corazones sus frutos. la caridad, el gozo, la paz, la paciencia, la longanimidad, la bondad, la benignidad, la mansedumbre, la felicidad, la modestia, la continencia y la castidad.

Frutos que nos ayudaran a transformar nuestros corazones en corazones disponibles y humildes a acoger la inocencia, la pequeñez, a los pobres e indefensos, a los sinceros, y capacitados para servir y ocupar los últimos puestos. Abajarse y hacerse pequeño equivale a ser el último del escalafón y estar dispuesto a servir de forma voluntaria y gratuita. Amén.