Señor, contemplamos tu bondad y tu ternura, en la pobreza y humildad del portal de Belén. Y nuestro corazón se llena de paz y alegría. Pero hasta la ternura a veces es mal recibida. Herodes te recibió con miedo y violencia. Tu bondad resultó peligrosa para muchos y acabaste colgado en el madero de la cruz.
Nos parece increíble, pero esto sigue pasando: muchas personas que aman son incomprendidas, porque su bondad supone una denuncia de la maldad, porque preferimos la mediocridad a la santidad. Señor, no dejes que otros paguen mis temores y enfados, Perdona el mal que hacemos a muchas personas buenas. Danos fuerza para compensar con amor nuestros errores y para defender a los Santos Inocentes de este tiempo. Amén.
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