Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 24 de marzo de 2020

¿ESTÁS TÚ TAMBIÉN TUMBADO EN TU PROPIA PISCINA?

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Es posible que eso de la piscina de Betsaida te parezca una ficción más, pero, quizás hay muchos que esperamos tumbados en una piscina a que el Señor aparezca en nuestra vida. Posiblemente, no sea una piscina como esa de la que habla el Evangelio, pero si una piscina que tú mismo has creado con tu esperanza, con tu fe y con tu apatía y comodidades.

Quizás permaneces tumbado en la rutina de cada día de tu vida dándole la espalda a Dios sin quererte levantar de tus apetencias, de tus hábitos, de tus comodidades y de tu manera de ver las cosas y entenderlas. Quizás, tu misericordia y tu perdón corresponden a tu manera de entender el perdón y la misericordia con respecto a los demás. Quizás, permanezcas postrado justificándote en los pecados, las indiferencias y egoísmos de los demás, y culpándolos de tus pecados. Quizás no piensas levantarte a pesar de todo el tiempo que ha pasado y consideras que estás justificado con tu forma de pensar.

La conclusión es la misma de siempre: Yo no soy pecador, son los demás que me obligan y no me hacen caso ni tampoco me socorren. Los demás tienen la culpa de mi manera de actuar. Posiblemente tienes los oídos cerrados y los ojos vendados. Escucha la voz del Señor que te invita a levantarte, a tomar tus pecados y a cargarlos con tu propia cruz, y a caminar con fe, esperanza y coraje, como nos decía el Papa en la Eucaristía que celebró ayer.

Pidamos al Señor que tengamos la fuerza necesaria para asir nuestra mano pecadora y, agarrándonos a Él, levantarnos de nuestra postración cómoda y pecadora para, renovados y fortalecidos de una vida nueva, cargar con nuestros pecados y seguirle proclamándolo como el Señor y Salvador de nuestras vidas. Amén.

miércoles, 15 de abril de 2015

ME OLVIDO, SEÑOR, Y PIERDO EL RITMO DE TUS PASOS



Sin darme cuenta, Señor, me olvido de Ti. Cuando tomo conciencia de mi olvido descubro que Tú no estás a mi lado. No porque Tú te hayas ido, sino porque yo te he dejado. A pesar de saber que sin Ti nada puedo, prevalecen, muchas veces, mis ideas, y una y otra vez me empeño en ponerlas delante de las Tuyas.

¡Y así me va! Fracasos y fracasos. Quizás aparentemente no lo parezcan, pero no tarda en aparecer el engaño y la falsa ilusión. Porque todo lo que no nazca de Ti, Señor, es caduco y no se sostiene. Tú sostiene el mundo y si lo sueltas se cae abajo. Y yo quiero mantenerme en él con sentido y esperanza, y eso solamente me lo das Tú, Dios mío.

Por eso, hoy te digo una vez más la necesidad que tengo de Ti. No porque yo me empeñe en decírtelo, sino porque si me aparto de Ti, ¿a dónde voy, Señor? Solo Tú tienes Palabra de Vida Eterna. Las cosas de este mundo son simplemente cosas. Cosas que nos alegran la vida y nos dan alegría, pero cosas. Cosas que van y vienen y en el tiempo desaparecen.

Cosas que no terminan por llenarnos, por darnos la paz que nos invade de serenidad, sosiego y alegría eterna. Solamente Tú nos das eso que todos buscamos. Pero somos pecadores, ciegos e ignorantes que llegamos a perderte por un puñado de monedas. Y no queremos, Señor. Danos la paciencia, la prudencia y la sabiduría de saber esperar y confiar. Nunca perder la confianza en el Espíritu Santo que nos acompaña y nos asiste.

¡Dios mío!, sabemos que por nosotros no podremos alcanzarte, y queremos ponernos en tus Manos para que Tu Espíritu nos alumbre el verdadero camino que nos mantenga toda nuestra vida en este mundo junto a Ti. Amén.

jueves, 22 de mayo de 2014

NO PERDAMOS LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS



Cuidado con el diablo que nos arrastra e invita a los cambios. Porque de él no puede venir nada bueno. Los cambios deben venir cuando de ellos se desprende algo bueno para el hombre. Jesús, el único Maestro, nos lo enseñó cuando proclamó que no estaba bien respetar el sábado por encima del bien del hombre. Es el sábado en función y para bien del hombre, y no al revés.

Jesús nos enseña cuanto nos quiere el Padre, y nos declara su Amor de la misma forma que Él ha sido amado por el Padre. Pero nos exhorta a permanecer en Él guardando sus mandamientos. Y permanecer en Él guardando sus mandamientos significa cumplirlos y llevarlos a nuestras vidas. Por lo tanto, cuidados con los cambios que se suscitan en nosotros cuando estamos mirando más a los intereses del hombre que a su propio bien.

Separar, permitir, romper, desunir y buscar salida a nuestro propio ego para satisfacer nuestra soberbia, nuestro orgullo, nuestra actitud altanera ante los otros es vivir el desamor en lugar del amor. Entonces, todo lo que no sea amar como Jesús nos ama, es rechazar el amor del Padre.

Pidamos paciencia, humildad, valentía, sacrificio, abnegación, renuncia, morir a nuestras propias pasiones y egoísmos antes que posponer la Voluntad del Padre a la nuestra. Porque Jesús nos pide que permanezcamos en su amor guardando sus mandamientos.

jueves, 2 de mayo de 2013

PERMANECER EN TU AMOR, SEÑOR



Quiero y te pido, Señor que me des la sabiduría y la fortaleza en mi voluntad para permanecer en tu Amor. Para que de esa forma, tu Alegría sea mi alegría, y tu paz inunde y llena plenamente mi corazón. Soy consciente de la difícil que me va a resultar permanecer en tu amor en el camino de este mundo, pero no permitas que lo emprenda yo solo, pues fracasaría con toda seguridad.

El enviarnos el Espíritu Santo descubre que Tú sabes lo difícil que es para nosotros permanecer en Ti, y eso me da esperanza porque habla de tu Amor y de que estás pendiente de nuestros pasos. Nos proteges y acompañas. Gracias, Dios mío, por tu complacencia y misericordia.

Sé que lo difícil en el camino no es llegar, sino perseverar y caminar cada día en ese camino de relación diaria contigo. Orar y celebrar la vida en Ti Señor es la cuesta empinada de nuestra propia cruz que, en este mundo, se nos presenta a cada instante como prueba y lucha sin cuartel. 

Y es que nuestro modo de amar y perdonar al prójimo no es solo cuestión de un rato, de una etapa en nuestra vida, de unos instantes, de hacerlo con ciertas y determinadas personas. Cuando me apetece o me sale del cuerpo. No, ese no es el camino que Tú quieres, y esa no es la forma de transmitir ni ser cristiano. Por ahí miento cada vez que me relaciono contigo.

¡Dios mío, qué equivocado estoy cuando pienso que puedo hacerlo yo solo! ¿Cómo caminar sin tu asistencia, sin tu ayuda, sin permanecer en tu Amor? ¡Qué bajo volamos, qué poco lejos llegamos, qué pronto nos cansamos... de Ti, Señor.