Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

miércoles, 15 de julio de 2015

CUANDO ESTOY CERCA EXPERIMENTO QUE ME ALEJO



Es algo extraño. Cuando experimento que estoy cerca es cuando más lejos me siento. Quiero decir que cuando te sientes bien y crees estar satisfecho por estar respondiendo a la llamada del Señor, experimentas que te alejas. Ese deseo de perfección, de sentirte, si no perfecto, sí merecedor de la Misericordia del Señor te hace descubrir la realidad: Experimentas la lejanía y la pobreza.

¡Qué lejos me siento, Señor! Impotente, indigno, fracasado, pecador, lleno de defectos, apegos, limitaciones y apetencias que emergen mi humanidad, mi pobreza y mis miserias. Miro a mi derredor y advierto toda mi miseria y experimento una vez más, y te doy gracias, Señor, que todo es Misericordia tuya. Nada merezco y todo viene de tu Gracia y tu Amor.

Y descubrir que me has dado el don de la fe y la sabiduría de advertir esta experiencia de humildad y de reconocimiento de tu Gracia, es la maravilla que nunca entenderé hasta que me concedas la Gracia de estar en tu presencia y revelarme el misterio. Por eso, aparte de darte las gracias, te suplico Señor que me llenes de paciencia y perseverancia para que mi voluntad y libertad no caigan esclava de las tentaciones de este mundo.

Cada día es una lucha, y cada día necesito la fuerza de tu Espíritu para sobreponerme y poder vencer las tentaciones, obstáculos y dificultades que salen a mi paso. Cada día es una nueva experiencia de tu Amor, y una nueva oportunidad de ofrecerte libremente mi esfuerzo por seguirte y responder a mi fidelidad a tu Palabra. Y me siento débil y vencido en muchos momentos; y me siento abatido y sin voluntad para rezar como pienso debería hacerlo. Y me siento mal.

Pero no quiero dejarte, ni tampoco serte infiel. Sé que con mis fuerzas no podré, pero sé que con tu Gracia todo lo puedo. Y es eso lo que te pido sabiendo que Tú me escuchas y me lo concedes. Porque Tú me quieres contigo. Me lo has demostrado en la Cruz.

Tómame, Señor, y no dejes escapar mi vida de tu presencia, porque yo quiero ser tuyo, y Tú me has creado para que lo sea. Dame, Señor, la Gracia de la sabiduría, fortaleza y paz. Amén.

martes, 14 de julio de 2015

MI PADRE ESTÁ ATENTO A MIS PETICIONES



Igual que llevo años reflexionando a diario sobre el Evangelio de cada día, llevo haciendo lo mismo respecto a la oración en este rincón de oración. Cada día trato de elevar mi alma al Señor y darle gracias por darme la vida y sostenerme en su presencia. Y, aunque todas mis peticiones y gratitudes, tiene de fondo el tema de la salvación, siempre hay una esperanza nueva que llena de gozo tu alma.

Pero, lo sorprendente, es caer en la cuenta que tu Padre Dios te escucha. Te escucha porque eso fue lo que nos enseño y no dijo su Hijo Jesús. La parábola del hijo prodigo nos lo dejó muy claro. Pensando en ella me digo: ¿Es posible que mi Padre esté pendiente cada día de mi regreso? Es posible que al verme de regreso salga corriendo a mi encuentro y me llene de besos? ¿Es posible que haga una fiesta?

Si todo eso es posible, más cierto es que, mi Padre del Cielo, me escuche cada día y atienda mis peticiones. ¡Qué alegría! Porque llevo mucho tiempo pidiéndole a diario, y casi no me acuerdo de tantas cosas que le pido y por quienes le pido. Pero Él si se acordará y me habrá escuchado con gran atención todo lo que le he dicho. Y, lo más grande y esperanzador es que me hará caso. Porque Jesús nos dijo también que todo lo que pidiéramos al Padre en su Nombre nos lo daría.

Me emociono escribiendo esto, porque aunque parezca que nos cueste creerlo, yo me fío de la Palabra del Señor y creo que así es. Mi Padre del Cielo toma nota de todas mis oraciones, y me dará lo que necesito y conviene. Porque, entre otras cosas, si todo saliera al pedir de boca, ya me hubiese endiosado y engreído. Supongo que eso sería malo, porque terminaría creyéndome alguien y hasta con derechos. Supongo que el Señor sabe que camino debo llevar, y que cosas me hacen falta. Y yo confío en Él.

Pero es una alegría descubrir que nuestro Padre Dios nos escucha y nos atiende. Tengamos cuidado de no serles indiferentes como Corozaín o Betsaida, ni como Carfanaún, sino, estemos atento y presto a responderle humildemente según su Voluntad. Porque Él no nos falla. Amén.

lunes, 13 de julio de 2015

CUANDO ABANDONAMOS LA LEY DEL AMOR DECLARAMOS LA GUERRA



Simplemente, observamos, y experimentamos que nuestro corazón ha declarado la guerra. Hemos dejado a un lado la vivencia del amor y hemos seguido nuestros propios impulso. Algo extraño sentimos que miramos con rencor y enfado la conducta del otro. Experimentamos molestias que no sabemos su origen, pero nos fastidia que el otro diga, actúe, piense o se comporte de ésta u otra manera.

Si somos capaces de hacer una serena reflexión, decubriremos que la paz se nos ha ido. Hemos vaciado nuestro corazón del Amor del Señor, y hemos permitido que entrara el amor mundano del que es príncipe Satanás. Un amor centrado en ti mismo; un amor que busca tu exaltación; un amor que somete e inclina al otro y que te eleva a ti. ¡Claro!, de esa forma tú eres el mejor y lo que te amenace provoca envidia y soberbia dentro de ti.

Por eso, la paz que trae Jesús chocha con la paz que nace en tu corazón viejo y podrido por el desamor y el pecado. Necesitas una guerra amorosa para limpiarlo y, desechando lo viejo, pecaminoso y caduco, dar paso a lo sano, sencillo, humilde y limpio. 

Y eso no se produce así como así, sino con esfuerzo, lucha y guerras que, apartando lo malo, prevalezca lo bueno y quede simplemente la ley del amor. Del bueno y bien amor que nace del Corazón de Jesús y se, por su Gracia, transmite a nosotros. 

Danos, Señor, un corazón prudente, cargado de buenas intenciones y dispuesto a darse por amor, para, por tu Sabiduría, crear circunstancias de paz que favorezcan la conversión de los hombres.

domingo, 12 de julio de 2015

PROCLAMAR NECESITA VIDA



No se trata de buenas palabras, pensamientos y sentencias. No se trata de normas y preceptos. Se trata de vivir, de comunicar vida, vivida en la Palabra, que alimenta y transmite esa Vida Eterna deseada y buscada. Se trata de amar, pero amar dejándote la vida.

Y, eso Señor, Dios nuestro, no lo podemos hacer ni vivir con sólo nuestras fuerzas. Necesitamos la Gracia de Espíritu de Dios y el alimento espiritual de su Cuerpo y Sangre para resistir las dificultades, tentaciones y obstáculos que se nos presentan cada día. Porque estamos tocados y vencidos por el pecado, y si tenemos posibilidad de vencer es por tu Gracia, Señor, que en tu Hijo Jesús hemos sido rescatado del pecado y redimidos por su Muerte en la Cruz para gloria de Dios Padre.

Y en su Resurrección hemos ganado la oportunidad de vencer y alcanzar la liberación por la Gracia de nuestro Señor Jesucristo. En Él recuperamos nuestra condición y dignidad de hijos de Dios, y por Él ha entrado de nuevo la Vida en nuestros corazones. Realmente, vale la pena entregar nuestra vida para que ella sea el testimonio que proclama nuestra palabra.

Gracias, Señor, por tanta Gracia, y perdona nuestros pecados e ignorancia por resistirnos a tu Amor. Danos la sabiduría, la fortaleza y la paz de sabernos conducir por tus caminos y de entregarnos, a pesar de nuestros egoísmos y apetencias, a la voluntaria renuncia por aliviar y servir el sufrimiento de los demás y de, con nuestra entrega desinteresada y voluntaria, testimoniar tu Palabra proclamándola con nuestra vida.

Señor, que nuestra vida sea siempre luz y ejemplo coherente de nuestra palabra, y que vaya ésta detrás de nuestra vida sólo para circunstancias especiales que necesiten de su luz. Amén.

sábado, 11 de julio de 2015

NO ES FÁCIL SEGUIRTE, SEÑOR



Nada fácil. Sería mala señal que fuese fácil, porque, por experiencia, lo valioso cuesta esfuerzo y mucho trabajo. De tal forma que lo fácil pierde todo su valor. Es, entonces, buena señal que se haga duro y difícil intentar seguir al Señor.

Y es que experimentar darse y renunciar a tu yo y egoísmo se hace muy duro. Es complicarte la vida y luchar cada día contra tus apegos, preferencias, gustos, satifacciones teniendo en cuenta, muy en cuenta lo justo y digno del bienestar del otro. No hablamos de sufrir tú para que goce el otro. Eso sería hacer el tonto. ¡No!, se trata de que el otro, el necesitado, excluido, desposeído y pobre tengan una vida digna y al nivel que exige la propia dignidad humana.

Y simplemente por eso es necesario tu amor y el mío. Y es en esa línea donde gira tu propio despojo y tu solidaridad por compartir con el otro. Si esa actitud, que germina en el corazón de todo hombre, fuese cultivada y bien trabajada, el mundo estaría mejor. En el fondo creo que la encíclica "Laudato Sí" del Papa Francisco gira en torno a eso.

Estamos heridos y sometidos, por el pecado, al mundo en el que vivimos. Se nos hace difícil escapar a sus tentaciones, bienestar y comodidades. Nos cuesta liberarnos de sus ofrecimientos y se nos hace duro tratar de escaparnos. Es una lucha a muerte. Y experimentamos que no podemos liberarnos solos. Concluimos que nos es imposible. Y sufrimos porque experimentamos que no somos del mundo, pero estamos y vivimos en el mundo.

Ocurre que es fácil y muchas veces gozoso dejarnos conducir por los sentimientos. Por los sentimientos placenteros y que nos satisfacen y rechazar aquellos que nos exigen renuncias, solidaridad, compartir y, sobre todo, amar. Elegimos vivir en los primeros, que nos agradan y damos la categoría de justos, y consideramos los segundos como indeseables y molestosos. 

Por eso, amar como nos manda Jesús, simplemente nos complican la vida, ya que en muchos momentos no coincide no coincide con nuestros sentimientos y se nos hace cuesta arriba. Entonces experimentamos el deseo de huida, de abandono, de darlo por imposible y dejarlo. Muchos lo expresarán y experimentarán a lo largo de sus vidas en repetidas ocasiones.

Descubrimos así la necesidad de la oración, de la relación íntima con el Señor y de permanecer en su presencia. Te pedimos, Señor, la Gracia de entender estos pensamientos, y la fuerza, valor y voluntad de llevarlos, con tu Gracia, a la vivencia diaria de cada uno de nuestros días. Amén.

viernes, 10 de julio de 2015

EN EL CAMINO DEL CALVARIO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA UNIDA Y DEFENSA DE LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS


¿Tenemos la fe y , por supuesto, la confianza en vencer estas dificultades?


Es bueno recordar que no estamos en el paraíso ni que el camino es coser y cantar. Es bueno recordar las palabras de Jesús: «Mirad que yo os envío como ovejas en medio de lobos». Porque eso nos ayudará en los momentos claves de nuestra vida, cuando aparezcan las tribulaciones, los sufrimientos y las persecuciones; cuando seamos acusados y llevados ante los tribunales para ser juzgados y amenazados de muerte; cuando padezcamos azotes, insultos y toda clase de atropellos.

No se nos ha dicho lo contrario, sino lo que verdaderamente nos espera. Y eso es lo que nos ocurre. Quizás a unos más que otros, pero quién no sufre en sus propias carnes las incomprensiones familiares, los insultos de los amigos y compañeros del trabajo. Incluso en la misma parroquia padecemos indiferencias, falta de caridad e incomprensiones. Y muchos no resisten y abandonan, o entran en el mismo juego y terminan en la misma sintonía y mediocridad que los demás.

Nuestro camino no puede ser mejor que el de Jesús. Es un camino que Él nos señalo y, primero, lo recorrió como testimonio de su Amor. Es un camino de desprendimiento, de humillación, de despojo de todas las cosas que el mundo nos ofrece como necesarias e imprescindibles. Es un camino de llevar solo lo necesario para no ser tentado y ligero para levantar vuelo donde no se nos reciba ni quieran nuestra paz. 

Es un camino de acogida y de aceptarla donde se nos abran las puertas y nos reciban. Un camino de gratitud por lo ofrecido y de ofrecimiento desinteresado y gratuito, porque lo que llevamos nos ha sido regalado para también regalarlo nosotros.

Danos, Señor, la Gracia de saber llevar con ligereza y humildad todo lo recibido de tu Mano generosa, y transmitirlo con sabiduría, paciencia y amor a todos aquellos que abran sus corazones. Amén.

jueves, 9 de julio de 2015

SÓLO SE ACEPTA LO OFRECIDO EN LIBERTAD Y GRATUITAMENTE



Hoy, después de conocer la experiencia vivida, sabemos que lo trasmitido desde la imposición y la fuerza no es bien recibido, y se llega a odiar. Porque la verdad está escrita en el corazón de cada persona, y más que imponerla, se trata de descubrirla y experimentarla. Y hasta que ese encuentro o vivencia no se dé, será inútil aceptarla y vivirla.

La verdad vive dentro de cada hombre y está sellada con letras de fuego en su corazón. La vida es el trayecto donde el hombre tiene la oportunidad de descubrir ese tesoro, por lo que será bueno proclamarlo y revelárselo para que lo conozca y, sobre todo, descubra. Y esa es nuestra misión, la misión de los que la hemos descubierto y queremos vivirla y continuarla. Porque experimentamos gozo, alegría y plenitud en el esfuerzo de, vivirla y proclamarla desde la vida, y luego con la Palabra.

Claro está que somos pobres personas. Muy limitadas y pecadoras. Pero somos los elegidos, o, al menos, los que queremos responder y decimos sí. Pero también somos conscientes de que necesitamos la asistencia y el concurso del Espíritu Santo, porque sin Él imposible. En esa confianza y abandonados en sus brazos nos atrevemos a proclamar el Mensaje del Señor.

Y lo hacemos desde el convencimiento de que cada hombre busca ese tesoro enterrado en su corazón. Es posible, y lo constatamos, que es indiferente a su Palabra, pero el tesoro continúa enterrado y sólo espera a ser descubierto. Es lo que llamamos conversión Y esa es nuestra esperanza de salvarnos, y la necesidad de, los que la conocemos, proclamarla confiado en que se dé ese descubrimiento por la Luz del Espíritu Santo.

Quizás también tenga algo que ver nuestros esfuerzos y deseos ilusionados de proclamar. Y, sobre todo, nuestra confianza y esperanza en el Señor. 

Pidamos esa Gracia de no desfallecer, y de confiar plenamente en la acción del Espíritu Santo, para que los hombres, ciegos por el pecado, despierten en este mundo aparente que los engaña y esclavizas con tesoros falsos y caducos. Amén.