Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 18, 35-43
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todo se hace oscuridad. Necesito la sabiduría que viene de Ti, porque la del mundo no me lleva a la verdad. Busco tu Verdad, Señor, y solo Tú me la puedes dar. Por eso, hoy y siempre quiero ser un Bartimeo más, un Bartimeo que espera pacientemente en el camino y que grita desesperadamente cuando oye el gentío que habla de Ti.
Grita pidiéndote compasión y que le permitas ver, porque sin Ti la vida carece de luz y todos los colores se vuelven oscuro y tenebrosos. No tiene sentido vivir sin ti, pues en las tinieblas que el mundo nos envuelve solo se encuentra miserias y caos. Se pierde la esperanza de la alegría y todo es finito y caduco.
No quiero ser esclavo de una alegría falsa, hipócrita y apoyada en la mentira y el placer efímero. Sé que la puerta es estrecha pero no quiero dejarme arrastrar ni entrar por la puerta ancha. Y por eso, Dios mío, te pido tu Gracia y tu Fuerza para seguir adelante, aún estando en la penumbra y sentado como Bartimeo a la orilla del camino. Sé que oirás mis gritos como oíste los de Bartimeo, por eso, Señor, no dejaré de gritar. Amén.
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