Diez leprosos encuentran a Jesús. |
poco agradecido que he sido en mi vida. Poco agradecido por la poca gratitud que despierta en mí todas las cosas recibidas en esta vida. Primero la vida, pues mi madre tuvo cuatro abortos y yo, por la Gracia de Dios, tuve la dicha de ver la luz de este mundo.
Pero, más todavía, porque he tenido la dicha y gozo de conocer a Jesús y creer en Él. Y me planteo la responsabilidad que tengo para mi familia y para todos los que me rodean, de transmitirle ese gozo y esa dicha de vivir injertados en Jesús.
Gracias por ese torrente de fe que entra en mi corazón, por la Gracia de Dios, y no por derecho, que llena mi vida y la sostiene. Fe que me es dada gratuitamente y no por méritos de mis esfuerzos, si bien necesita que mi corazón, por la libertad que me ha sido regalada también, se abra y deje entrar esa luz.
Gracias por la vida eterna que, desde el principio, antes de la creación del mundo, me has concedido, y al perderla por mis pecados, me la has vuelto a conceder por lo mérito de tu Hijo Jesucristo. Gracias, Padre mío, por tu Misericordia y tu Amor gratuito y sin condiciones que nunca podré entender.
Gracias, Dios mío, por la familia que me has concedido, pues me parece que ya desde el principio estaba elegida para mí, y que ha contribuido a sostenerme en la fe. Gracias, Dios mío, por tantas cosas buenas y no tan buenas, que han servido para alegrarme en unas y ofrecerme en otras unido a ti en sacrificio.
Gracias por el camino en el que me has unido a tantos hermanos que me acompañan y fortalecen en la fe. Gracias por tu Providencia y por tu compañía con la que espero seguir contando hasta el término del camino que acaba en tu Casa. ¡Gracias Dios mío!
No hay comentarios:
Publicar un comentario