No es fácil continuar el camino de conversión ante tantas sorpresas y dificultades. Hay muchas lagunas que ni siquiera podemos superar, sino simplemente sortear y dejarlas atrás conservándolas en nuestro corazón. Y eso exige esfuerzo, voluntad, perseverancia y, sobre todo, confianza. Y en eso, María y José nos dan ejemplo y nos alumbran el camino.
En eso consiste nuestra oración de hoy, la súplica para fortalecernos y no desfallecer. Sí, Señor, queremos seguirte a pesar de no entender muchas cosas y muchas actitudes que nos confunden y desaniman. El diablo está metido también en la Iglesia y consigue confundir y desviar a muchos de nosotros, que multiplicamos sus efectos y aumentamos el daño y las heridas.
Necesitamos la fuerza de tu Gracia, Señor, para crecer también en sabiduría y madurez según tu Voluntad. El ejemplo de María y José ante la sorpresa del comportamiento de Jesús nos marca la pauta para también nosotros, llenos de paciencia y esperanza, soportar los interrogantes y misterios que no entendamos y que construyen barreras que pueden dificultar nuestro camino.
Danos, Señor, la Gracia de sentirnos acompañados, protegidos y comprendidos por nuestra Madre, María, y con la misma actitud que ella tuvo contigo, siendo dócil a tu Voluntad, dejarnos que tu Gracia nos inunde y nos transforme para crecer en sabiduría y en madurez y poder amar y servir como Tú, nuestro Señor, nos has enseñado. Amén.
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