Tú, Señor, tienes siempre la última palabra, pero has querido dejarnos a cada uno de nosotros la decisión de elegir seguirte o rechazarte. Una decisión difícil de tomar ante tantas tentaciones y peligros que este mundo nos presenta. Seguirte o dejarte al margen es la cuestión, y, para tan difícil elección necesito tu consejo y tu auxilio. Estaré perdido sin tu presencia, Señor.
Por eso, desde este humilde lugar te pido, Señor, valor, fortaleza y sabiduría para seguirte, pues sólo Tú eres Camino, Verdad y Vida. Yo me confieso pecador y necesitado de tu perdón. Y sé, Señor que sales a mi encuentro y me ofreces tu perdón. Gracias, Señor, porque, indigno de merecerte, Tú me lo das gratis y por amor. Y lo haces para mi bien y felicidad. Buscas mi gozo y mi dicha y, sin embargo, yo me resisto con mi necedad e ignorancia poniéndote obstáculos, resistencia para huir de Ti.
Perdóname, Señor, y ten compasión de este pobre pecador. Dame la paciencia, la fortaleza y la perseverancia de creer en Ti y de seguir tus pasos a pesar de mis pecados, mis impaciencias, mi soberbia, mis perezas, mis pasiones, mis egoísmos y todo lo que amenaza con alejarme de Ti, esclavizarme y perderme. Sácame del fango del conformismo y de la ignorancia de creerme bueno.
Sácame de la incapacidad de no ver mi incapacidad para amar y de todo lo que me impide rendirme a los placeres del mundo y a mis propios egoísmos. Renueva, Señor, mi corazón y fortaléceme con la perseverancia de permanecer en tu presencia y de optar siempre por estar a tu lado. Hazme dócil a tu Palabra y, como Leví, darte una respuesta humilde, decidida y fiel para seguir tus pasos y entregarte mi vida. Toda mi vida.
Enséñame la forma y el camino de servirte en los hermanos según tu Voluntad. Muéstrame, Señor, el camino que debo seguir para responder a tu llamada, y dame sabiduría, fortaleza y perseverancia para seguir decididamente sin titubeos y con firmeza. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario