Señor,
a veces pretendemos grandezas que superan nuestra capacidad. A menudo, no somos
conscientes del poder que Tú has puesto en nuestras manos. En tantas ocasiones,
no confiamos en que Tú haces posible lo imposible.
Padre bueno, danos sabiduría para reconocer y agradecerte las capacidades que nos has dado, para nuestro bien y el de tantas personas que nos rodean. Danos fuerza, para hacer todo lo que está en nuestras manos, con paz, generosidad, inteligencia y gratitud. Haznos humildes y confiados, para dejar en tus manos lo que nos supera, lo que nos parece imposible.
Que no olvidemos nunca que Tú eres nuestro Dios, un Padre todopoderoso y todo amoroso, que nos acompañas, nos cuidas y nos das vida. Ayúdanos a confiar menos en el dinero, a buscar sobre todo tu Reino de fraternidad y justicia, a abandonarnos en tus manos amorosas y providentes, con la seguridad de que, pase lo que pase, nunca quedan defraudados quienes lo esperan todo de ti. Amén.
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