Comienzo hoy la oración con María, nuestra Señora de la Pascua. Ella esperó con total confianza el triunfo del Amor y de la Vida en su Hijo Jesús. Nos enseña a confiar, a esperar la luz, el nuevo amanecer, en la oscuridad de toda situación, que aparentemente no tiene salida.
Ella siempre está con las manos abiertas para acogernos y nos enseña la oración más simple y bella del Evangelio: Aquí estoy. Aquí me tienes. Su casa no tiene puertas. María es Madre, puedo confiarle mi vida sin temor. Esté como esté, ella siempre me acoge. María me comprende, me cuida. Descanso en su regazo, como hace Jesús. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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