Comienza la oración reconociendo tus desalientos, el sinsentido que a veces te atenaza, el vacío, la falta de vida. Ponte en verdad. Tu camino de encuentro con Jesús puede ser un proceso largo, como el de los discípulos de Emaús. Lo importante es que descubras que, te pase lo que te pase, Jesús no te abandona. Incluso cuando crees que vas para atrás, él te acompaña. Abre el oído y deja entrar en tu corazón la Palabra. Jesús la explica para ti. Dile a Jesús que se quede contigo, que te han entrado ganas de caminar a su lado. Siéntate a la mesa con él. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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