Dios Padre Bueno, guíame, acompáñame en mi caminar, hacia la felicidad plena contigo.
No dejes Señor que me detenga en el camino emprendido. Enséñame a seguir esperando aunque no vea resultados; a seguir trabajando con paciencia a pesar de los fracasos.
En el camino de la conversión he de ir desprendiéndome de todo lo que me pesa y me hace fatigoso el caminar.
Pero creo, Señor, que Tú conoces mis anhelos y no dejarás mi vida infecunda.
Creo y espero porque amo y necesito ser amado. Y yo sé Señor que Tú me amas. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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