Dios mío, tengo necesidad de Ti, necesito que me instruyas cada día, tal como lo exige la jornada.
Señor, ¡concédeme una conciencia iluminada, capaz de percibir y comprender Tu inspiración!
Mis oídos están cerrados, por eso no escuchoTu voz.
Mis ojos están tapados y por eso no veo Tus signos.
Solamente Tú puedes abrir mis oídos y curar mi vista, puedes purificar mi corazón.
Enséñame a estar sentado a Tus pies, y a escuchar Tu palabra.
No me has creado sin una finalidad. Tengo que completar Tu obra. En el puesto que me has señalado, tengo que ser mensajero de paz.
(Card. Henry Newman)
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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