Señor Jesús, gracias por esta nueva semana. Gracias por tu evangelio. Gracias por recordarnos hoy el núcleo de tu modo de proceder: la práctica de la misericordia, el no emitir juicios, el no condenar a nadie, el ser mujeres y hombres capaces de perdonar y el dar lo que somos, sabemos y tenemos a los demás.
Señor Jesús, capacítanos para no juzgar, para no murmurar, para no andar hablando por detrás en vez de hablar con los otros cara a cara.
Señor Jesús, haznos sanadores a tu estilo, lavadores de pies, acogedores, mujeres y hombres de perdón.
Señor Jesús, perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.
Haznos perdón ante toda falta, toda omisión, todo error. Haznos perdón ante toda ausencia de amor verdadero.
Y, Señor Jesús, haz que nos demos. Haz que seamos mujeres y hombres para los demás. Haznos misericordiosos. Amén.
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