Señor Jesús, gracias por tu corazón compasivo, un corazón que nunca pasa de largo que siente nuestras hambres más profundas y nos ofrece gratis el mejor alimento.
Jesús Resucitado, gracias por compartir con nosotros el pan bendito de tu vida nueva, el vino bueno de la alegría eterna, el agua fresca de la esperanza cierta.
Señor nuestro, danos un corazón como el tuyo, un corazón cercano y generoso para compartir el pan, el vino y el agua con todos los hambrientos del camino. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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