Señor, no has venido a juzgar nuestros fallos y tonterías sino a buscar a quien anda extraviado, defender a quien está acusado, liberar a quien está aprisionado, curar a quien está herido, acoger a quien está desamparado, lavar a quien está manchado, sanar a quien está enfermo, levantar a quien ha caído, salvar a quien se siente culpable, perdonar a quien ha pecado, devolver la dignidad a quien la ha perdido.
Tú que crees en nosotros,
Tú que esperas de nosotros,
Tú que nos amas más que nosotros mismos,
Tú que eres mayor que todos nuestros pecados, recréanos y danos un futuro nuevo y mejor. Amén.
Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina.
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