Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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domingo, 16 de febrero de 2020

PONGO, SEÑOR, MI CORAZÓN EN TUS MANOS

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Experimento, Señor, que hay muchas intenciones en mi corazón que no deseo y que brotan del mismo contra mi voluntad. Reconozco que a mi naturaleza humana le apetece, pero mi conciencia se resiste a aceptarla y mi voluntad a ejecutarla. Son las frecuentes tentaciones que me vienen sin poder hacer nada para impedirlo, pero desde mi voluntad y mi corazón yo las rechazos.

Por eso, Señor, pongo mi corazón en tus Manos para que Tú lo purifiques y lo fortalezca a fin de que todas sus impurezas sean limpias y sus malos pensamientos destruidos. Quiero, Señor, tener un corazón puro, bien intencionado para ver a los demás como los ves Tú, Señor, y poder apreciar la bondad de todos ellos. Sé, también, que, siendo un pecador, no puedo librarme de mis pecados sin tu Gracia, y, por eso, Dios mío, recurro a Ti.

Porque, la cuestión no se concreta en simplemente respetar la ley impresa en un papel, sino la ley sellada en lo más profundo de nuestros corazones. No se trata de respetar la vida y no matar, sino también erradicar el odio y la venganza que anida y se instala en nuestros corazones. No se trata de respetar simplemente a la mujer de tu prójimo, sino también el no desearla y apartarla de tus pensamientos. Como podemos observar, la interpretación de la ley es mucho más profunda y va más allá de lo simple escrito. 

Vive en el corazón del hombre y de él salen los verdaderos pecados que pueden manchar e incumplir la ley. Pidamos al Señor que seamos realmente limpios y que nos dé un corazón puro capaz de erradicar todo aquello que nos contamina y nos hace pecar. Amén.

lunes, 10 de septiembre de 2018

AFERRADOS A LA LEY

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Quizás no nos demos cuenta, pero seguimos aferrados a la ley. O dicho de otro modo, damos más importancia a la ley que a hacer el bien en un momento determinado. Hay muchos ejemplos en nuestra vida que nos aclaran este criterio. 

Estamos en una cola y dentro de una hora se cierra. Aparentemente tenemos tiempo para ser atendido en las horas establecidas, pero, de repente el funcionario o funcionaria se atasca en un problema o cualquier otra circunstancia, y cuando llegamos se han pasado unos minutos de la hora. Preguntamos, ¿debe atendernos?

Y, si por casualidad llegamos desde lejos algunos minutos tarde, detrás de esa persona a la que está atendiendo pasado algunos minutos, por motivos de tráfico o algún otro problema, nos deberían escuchar y atender. Más cuando comunicamos que vivimos lejos y que hemos pedido permiso en el trabajo para solucionar ese problema. 

De eso se trata, de que la ley está al servicio del hombre y debemos de ser compasivos y generosos en algunos momentos con los demás. Sabemos de las dificultades, sabemos de lo que nos cuesta, pero también sabemos que amar es servir y, al menos por unos minutos debemos de se comprensivos y atender. Porque, también nos gustaría que nos atendieran a nosotros.

Jesús nos enseña que la Ley está para servir al hombre y no para ser estrictamente cumplida sometiendo al hombre a ella. Esa es la cuestión, no está el sábado primero que el hombre, ni el descanso para hacer sufrir al hombre. Primero, aliviar su dolor, por encima de la ley, y luego dejar que descanse, pues el dolor le priva de descanso.

Pidamos al Señor que sepamos discernir cuando debemos comprender y someter la ley al servicio del hombre, pues está legislada para servir y beneficiar al bien del hombre. O dicho de otra forma, una ley que no esté dirigida a amar al hombre deja de ser ley y se convierte en imposición y dictadura. Por la Gracia de Dios y asistidos en el Espíritu Santo, pidamos luz para encontrar la verdad y la justicia en el amor a los demás. Amén.

martes, 16 de enero de 2018

SÁCAME, SEÑOR, DE LA LEY Y LLÉNAME DE AMOR Y MISERICORDIA

Qué hay que cumplir las leyes es evidente, y eso no admite ninguna discusión. José y María se sometieron a la ley y a las costumbres de su tiempo. Así lo narra el Evangelio en los primeros años de Jesús. Fue presentado en el templo y cumplió con los requisitos de la ley. Pero, eso no debe confundirnos ni desviarnos del criterio que la ley debe estar siempre al servicio del hombre. Una ley que no cumpla esa condición deja de ser ley, para convertirse en esclavitud e imposición. Y debe ser corregida o abolida.

Porque, la ley debe siempre mirar al beneficio y bien común del hombre. Siempre contenido en la verdad y la justicia. Todas las personas somos iguales, y por el hecho de ser hijos e hijas de Dios reciben la dignidad de ser iguales en derechos y tratados en condiciones de igualdad, de justicia y verdad. Nunca se pueden legislar leyes que vayan contra la dignidad de la persona y contra el bien común.

Por eso, Señor, consciente de mi esclavitud y mi tendencia a ser egoísta, de la que no puedo escapar y de la que me siento esclavo, te pido que me llenes de amor. De amor libre que me ayude a, voluntariamente, darme en servicio y para el bien común de todos los hombres. Independientes del color, raza, credo o lugar del que procedan. Ayúdame, Señor, a priorizar el amor y la misericordia antes que la ley. Leyes que someten y esclavizan en muchas situaciones a los hombres, y que van encaminadas a favorecer a unos cuantos poderosos y ricos.

Danos, Señor, la sabiduría de iluminar los caminos, nuestros caminos, con la luz de la verdad y la justicia, que sólo nos viene de Ti. Porque, los hombres, ciegos por su condición pecadora y humana, se ven sometidos y esclavizados por el pecado a las más bajas pasiones y avaricias que los denigran y los enfrentan a muerte. Sácanos, Señor, del sometimiento a la ley y llénanos de amor y misericordia.

Confiados en tu Amor y Misericordia, Señor, caminamos depositando en Ti toda nuestra confianza y esperanza. Y en tus Manos ponemos todos nuestros anhelos y nuestros deseos de verdad y justicia entre los hombres, para que la fraternidad se haga realidad en este mundo en el que vivimos. Amén.

domingo, 12 de febrero de 2017

LA VERDAD DEL CORAZÓN

Muchas veces comprendemos que, aunque la Ley está de nuestra parte, no debemos aplicarla tal y como está escriturado. Sabemos que el espíritu dice otra cosa, o que su última intención no fue esa. Pero, cerramos los ojos y decimos: "la Ley es la Ley y hay que aplicarla". Sin embargo, no ocurre así cuando se trata de un hijo, familiar o un amigo. En ese caso tratamos de ser más tolerante o misericordioso.

Diríamos que donde esta la diferencia, ¿nuestros egoísmos e intereses? Posiblemente, pues aplicamos la ley según nos convenga. Y hasta la hacemos pensado en nosotros. Por eso, Señor, hoy queremos pedirte sabiduría para saber interpretarla y contemplar, no sólo la letra sino también el espíritu. Porque, ocurre que, muchas veces, interpretamos mal la palabra, y nuestro corazón no desea ni busca actuar con mala intención.

Y es que con nuestros pensamientos, a pesar de no llegar a realizarse, pecamos cuando son mal intencionados. No basta sólo con defender y respetar la vida, sino que no erradicar la violencia, la envidia y todo aquello que genere enfrentamientos y luchas puede ser considerado como provocar y matar. Lo mismo que la fidelidad y castidad del cuerpo. Porque muchos son los que no pudiendo hacerlo con el cuerpo, fornican con el pensamiento. El consentimiento descubre la intención del pecado.

Experimentamos que detrás de la letra hay un campo enorme de faltas y delitos que ocasionan, no sólo ocasión de pecado sino pecado en sí mismo. Porque no se es pobre porque no tienes, sino porque, aún teniendo, no ansías ni buscas riqueza. Los hay que siendo pobres son ricos, porque viven apegados y buscando alcanzar riquezas.

Te pedimos, Señor, un corazón despegado, limpio, bien intencionado y humilde. Un corazón fiel y dócil y que respete y cumpla le Ley en verdad, justicia y espíritu. Pero, sobre todo, con amor y misericordia. Amén.

martes, 19 de enero de 2016

COSTUMBRES Y LEYES



Nos resistimos a cambiar nuestras costumbres, y las hacemos ley, cuando nos benefician y satisfacen todos nuestros egoísmos. Entonces nos cuesta cambiarla, y de vernos obligados a ellos, luchamos y nos oponemos para seguir disfrutando de sus beneficios en perjuicios de otros que se ven excluidos y negados a ello.

Eso fue lo que vivió Jesús aquel sábado que cruzaba unos sembrados. Vió que sus discípulos, al tener hambre, infringían la ley del sábado. Una ley que no cumplía con el objetivo de tener al hombre como el principal benefactor de su cumplimiento. Y hacía al hombre siervo del sábado.

La realidad es que eso no pega ni con cola en nuestra época. Quizás en la de Jesús era normal. Los fariseos de su tiempo habían procurado poner las leyes pensando en ellos primero, antes que en el pueblo, y así lo organizaban todo, de modo que fuera normal y lógico para todos. ¿Ocurre eso en leyes de nuestro tiempo? Una podría ser el aborto, matar a niños en el vientre de sus madres, que ya parece algo lógico y normal entre los ciudadanos de la sociedad. Porque de no ser así, ¿cómo se aprueba la ley del aborto?

Seguro que Jesús la está denunciando a través de aquellas voces que defienden y proclaman la vida. Como lo hizo con aquella ley del sábado que, en el Evangelio de hoy, nos ocupa. Toda ley está en función del bien y para el servicio del hombre. La vida es un valor superior a toda ley, y la subsistencia, problema aquel de los discípulos de Jesús, también. Por lo tanto, el sábado en función del hombre.

Gracias, Señor, por darnos la sabiduría de pensar como Tú piensas, y entender que debemos defender esa ley de poner todo para bien del hombre. Es la Ley que Tú has clavado en nuestros corazones, y que nos das la sabiduría para descubrirla y poder proclamarla para el bien y beneficio de todos los hombres.

Te pedimos la fuerza y el valor necesario para, iluminados por el Espíritu Santo, e injertados en su mismo Espíritu, nos dejemos llevar por su acción para proclamar y defender, de palabra y vida, tu Voluntad, que no es otra sino la de buscar el bien y salvación de todos los hombres. Amén.

miércoles, 11 de marzo de 2015

NUESTRA NECEDAD NOS AYUDA A ORAR



¡Dios nos libre de ser inteligentes  e intelectualmente sabios y poderosos, porque poco caso haríamos de Dios y de todo aquel que quisiera corregirnos o discutirnos algo! Es posible que sea exagerado, pero lo que quiero significar es que cuando nos consideramos suficientes y prepotentes, alejamos de nuestro corazón la necesidad de implorar sabiduría.

Afortunadamente, nuestra pobreza y oscuridad, que nos impide avanzar con claridad, clama sabiduría, fortaleza y paz para, pacientemente, encontrar luz a los interrogantes que la vida nos va planteando cada día. Sin un Dios bueno y sabio eso nos sería imposible. Y hasta nuestro propio equilibrio se vería afectado, porque el hombre necesita la religión para sentirse hombre e integrado en el mundo en que vive.

La religiosidad te hace mejor persona, te equilibra tu paz y te sostiene psíquicamente todo tu sistema humano, emocional y psíquico. Porque en esa relación religiosa alcanzas esa paz que necesitas para armonizar y coordinar todas las funciones de tu cuerpo. Y eso empiezas a descubrirlo en la medida que experimentas las necesidad de orar. 

Oración que te ayuda a ir descubriendo tus pecados, tus errores, tus miserias e infundiéndote la luz que te ilumine el camino por donde ir. No se trata de permanecer instalados en la propia observancia de la Ley, sino de darle la plenitud que Jesús nos descubre en su proclamación. El perdón no se realiza sólo con la palabra, sino que tiene que ver con el compromiso de tu corazón. De la misma forma, no sólo matas con las armas, sino también con la mirada, la lengua o las intenciones de tu corazón.

Pedimos luz, sabiduría y fortaleza para, en paz, encontrar, Señor, tu Camino, tu Verdad y tu Vida.


martes, 10 de febrero de 2015

APLICAMOS NUESTROS INTERESES A LAS LEYES



No es cosa antigua, porque hoy también se hace. ¿No tiene la ley que protege a los parlamentarios, aforados, olor a la de los fariseos y escribas? ¿Cuántos privilegios tienen los poderosos para saltarse las leyes y aplicarlas en beneficio propio? ¿Se entiende que algunos con pena de cárcel alcance el privilegio del tercer grado en muy poco tiempo?

Al parecer la ley está hecha para que la cumpla el pobre, el desgraciado, el carente de todo o el condenado por exigir que se cumpla la ley y se aplique la justicia por igual para todos. Experimentamos, y es una realidad, que los tiempos siguen igual, aunque las formas sean otras. Esa actitud farisaica persiste en los substratos de la naturaleza egoísta del hombre tocada por el pecado.

Necesitamos denunciarla, tal y como hizo Jesús en su tiempo, mirándoles a la cara a los fariseos y escribas. Diciéndoles que lo importante es el espíritu de la ley, y ese espíritu mira, como más importante, al hombre. Todo en función del hombre, sobre todo la familia, los padres a quienes debemos prestar servicio y cuidados por todo lo que nos han dado.

Pidamos al Espíritu de Dios que nos dé la sabiduría y la fuerza de entender correctamente el espíritu de la ley y no ceñirnos a los preceptos erróneos y egoísta de los hombres, que buscan satisfacer sus propios egoísmos.

miércoles, 21 de enero de 2015

NO ES DE SENTIDO COMÚN PROHIBIR CURAR EN SÁBADO



Cualquier momento es bueno para hacer el bien. Nunca la ley debe interponerse a la hora de hacer el bien. Se debe abrir la puerta, a pesar de pasar algún minuto de la hora de cierre, cuando llega alguien desesperado reclamando atención. Porque, quizás, para esa persona sea vital que le atiendan.

Recuerdo con cierta nostalgia la veces que los vecinos interrumpían a mis padres en horas fuera del horario comercial para rogarles que les despachara algo que se les había olvidado o terminado. No cabe duda que era inoportuno y mala prevención que otros sufríamos, pero me satisface recordar que mis padres, aunque alguna vez con alguna protesta, siempre les atendían.

La ley está hecha para cumplirla, pero hay momentos que debe saltarse porque las necesidades de los hombres están por encima. Precisamente tenemos la esperanza de ser salvados y perdonados por la Misericordia de Dios, no porque nos lo merezcamos. Podemos decir que Dios se salta la ley, mira para otro lado y nos perdona por su Infinita Misericordia. ¿Cómo no vamos nosotros también a perdonar a pesar de que tengamos razón ante las ofensas que nos hayan hecho?

El bien del hombre es lo primero y la ley es ley cuando se pone a su servicio. Claro está, y se entiende, que eso no supone abusar, incumplir y aplicarla para sus intereses, sino sirviéndola ponerla para hacer siempre el bien ya sea sábado, tarde o temprano.

Pidamos al Señor que nos ilumine y dejémonos iluminar por el Espíritu Santo, para que nuestro obrar sea siempre mirando el bien del hombre, sobre todo, su salvación.

martes, 20 de enero de 2015

EL VALOR DE LA PERSONA



En nuestro mundo no se da el valor en su medida a las personas. Posiblemente hayan objetos o cosas a los que se le dé más valor que a las personas. Vemos que hay muchos recortes que van destinados a la atención de las personas, y que se dilapida muchos gastos en cosas superfluas y que no arreglan nada ni son de una necesidad imperiosa.

¿Cómo se puede entender esto? ¿Cómo es posible que una persona sufra y corra su vida peligro, mientras otros gastan en fiestas, fuegos artificiales, viajes a ferias y demás...? ¿Cómo es posible que la ley esté por encima de la persona y no sea sometida para servirle? Son preguntas que descubren un mundo inmaduro, que avanza técnicamente, pero no madura en sentido común y, sobre todo, en amor.

Porque el amor se ha convertido en egoísmo. Se busca ganar, tener poder y riqueza para placeres, gozo, bienestar y comodidades... Pero luego experimentamos impotencia al percibir que no podemos cambiar el mundo en que vivimos, ni las cosas que nos suceden. Todo pierde su valor en cuanto le llega el tiempo de su caducidad. Incluso, lo aparentemente imperecedero, perece porque no tiene sentido. 

Porque sin la vida nada tiene valor, pues las cosas son hechas para la vida, y sin vida nada tiene sentido. Por eso, la muerte mata el sentido de la vida. Y sólo la eternidad le devuelve su sentido. Y eso es lo que busca el hombre, vivir en gozo pero siempre. No buscar eso es equivocarse y morir. 

La ley debe estar sometida para el bien del hombre, y eso es lo que nos dice Jesús en el Evangelio de hoy. Pidamos al Señor que, iluminados en su Espíritu, encontremos el verdadero sentido a esta vida, donde el hombre sea el centro de todas las cosas creadas para regresar al Padre. Amén.

viernes, 19 de julio de 2013

QUITAME LA VIGA DE MI OJO, SEÑOR



Porque no veo mis pecados y sí veo enormemente grandes los pecados de los demás. Me sujeto a la norma y a la ley, pero olvido la misericordia para con el hombre. Y somos salvados en tu Misericordia, Señor. Porque sin ella, ¿qué sería de nosotros?

Dame, Señor mío, la sabiduría y la paciencia para discernir y entender que el hombre es lo más grande por Ti creado. Lo has hecho imagen y semejanza tuya, y estás encarnado en cuerpo y alma dentro de todos aquellos que abren su corazón a Ti. Si Tú nos perdona, ¿cómo nosotros no vamos a perdonar también?

Somos tan osados y atrevidos que sometemos a los demás a las leyes y normas sin pensar que para nosotros las aplicamos de forma más suaves y flexibles. Perdonanos Señor y convierte nuestro corazón en un corazón semejante al Tuyo, capaz de amar y perdonar como Tú lo haces con cada uno de nosotros.