A la
orilla del Jordán,
descalza el alma y los pies,
bajan
buscando pureza
doce
tribus de Israel.
Piensan que a la puerta está
el Mesías del Señor
y que, para recibirlo,
gran limpieza es menester.
Bajan hombres y mujeres,
pobres y ricos también,
y Juan sobre todos ellos
derrama el agua y la fe.
Mas ¿por qué se ha de lavar
el Autor de la limpieza?
Porque el bautismo hoy empieza,
y él lo quiere inaugurar. Amén.
Bautismo del Señor, solemnidad
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