Sin darnos cuenta, e incluso siendo buenas personas, podemos ser obstáculos para que otros vean el camino que les lleve a un encuentro con Jesús. Quizás tratamos de hacer prosélitos pensando desde nosotros y excluyendo al Espíritu Santo. Sin darnos cuenta, y quizás con buena intención, damos nuestro mensaje en lugar de transmitir la Buena Noticia que nos viene de la Palabra del Señor.
Danos, Señor, la sabiduría, la fortaleza y la paz para darte a conocer y poner a los hombres frente a Ti, quitándonos nosotros del medio y dejando el camino despejado y abierto a la acción del Espíritu Santo para que sea Él quien inunde y llene sus corazones de la Palabra de Dios.
Ayúdanos, Señor, a, como Juan el Bautista, desaparacer y dejar que seas Tú esa Luz que alumbre a todo hombre llevándole esa Buena Noticia de salvación que Tú, el Hijo enviado por el Padre, has anunciado entregando tu Vida. Limpia nuestros corazones, Señor, de toda malicia y egoísmo para que no seamos obstáculos que impida y nos impida llegar a Ti. Amén.
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