Es evidente, no hay otro camino. Por donde quieras que vayas te tropezarás que, para encontrarte con Jesús necesitarás ir ataviado con el vestido de la humildad y de la sencillez.
Es posible que, tu tozudez y soberbia te inciten a intentar disfrazarte y, con piel oveja esconder tu apariencia de lobo. Pero, recuerda y nunca olvides que a tu Padre Dios, que te ha creado y quiere que seas feliz, no podrás engañarlo.
Él quiere que actúes tal y como Él lo ha pensado. Para eso, te ha creado semejante a Él y te ha dado esa capacidad de ser humilde y sencillo para que, abajándote como Él, nuestro Señor, se ha abajado, tú vivas en la actitud de la humildad y sencillez. Porque, solo así puedes llegar a su Corazón y alcanzar su Misericordia.
Sin embargo, el camino no se presenta fácil. Dios te ha creado libre, y eso significa que puedes aceptar el camino que Él te propone, o puedes tomar otro. Eres libre para elegir, y esa elección no te resultará fácil. Ahí entra el Maligno, que buscará la manera de seducirte, de ensoberbecerte y engañarte para que abraces el mundo y des la espalda a Dios.
Y nosotros, Señor, queremos seguirte a Ti, aceptar tu Palabra y suplicarte la Gracia de la humildad y sencillez. Por eso, desde este humilde rincón te rogamos la fortaleza, la sabiduría y la capacidad de transformar nuestro corazón endurecido y contaminado por el pecado, en un corazón bueno, comprensivo, paciente, humilde y sencillo para poder encontrarnos verdaderamente con el Señor.