Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
Mostrando entradas con la etiqueta la familia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta la familia. Mostrar todas las entradas

viernes, 31 de diciembre de 2021

SIMPLEMENTE, UNA ORACIÓN

 

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS. 

 

*ORACION POR LA FAMILIA*

Señor, ¡Qué importante y decisiva es la familia para cada persona! Aunque toda familia tiene sus problemas, ¡cuántas cosas buenas podemos recibir de ellas! ¡Cuánto amor gratuito, cuántos desvelos, cuántos sacrificios por el bien de los hijos o los nietos.

Pero también es cierto que quien nos puede dar lo mejor también nos puede dar problemas. Ayúdame a curar las heridas provocadas por los míos y dame fuerza para estar cerca y apoyar a quienes sufren en su propio hogar.

Gracias por esa familia alargada, formada por las personas que comparten la vida, la fe, las angustias y las alegrías; por las que me apoyan y ayudan cuando tengo problemas, me consuelan cuando sufro,  me acompañan en la soledad, aman más a los que más lo necesitan. Gracias por tantos hombres y mujeres que cumplen tu voluntad, aunque no te conozcan. Amén.

Desde mi parroquia, por el párroco
D. Juan Carlos Medina Medina

domingo, 18 de julio de 2021

¿A DÓNDE VAMOS SIN PASTOR?

 

Nos será imposible caminar sin rumbo y sin pastor que nos guíe y señale ese rumbo - sentido de la vida - que nos salve de perdernos y precipitarnos al precipicio. No cabe duda que nuestros primeros pastores son nuestros progenitores - nuestros padres - y la familia el lugar donde recibimos la enseñanza y las buenas costumbres y valores que fundamentan una buena convivencia y paz.

Y, sobre todo, la familia cristiana, donde se recibe las enseñanzas y la Buena Noticia de Salvación que nos da la felicidad y Vida Eterna. De ahí la importancia de responder a nuestro compromiso de bautismo y transmitir esa Gracia que hemos recibido por el Espíritu Santo.

Pero, lo primero es descubrir que nuestro mayor descanso y apoyo está en Jesús. Nuestro encuentro y relación con Él tiene y debe ser el fundamento y la base de nuestro verdadero y único apoyo. Él es nuestro Camino, nuestra Verdad y nuestra Vida. Él es la Roca donde tenemos y debemos construir nuestra fortaleza, nuestra verdad y nuestras obras. Él es el único y verdadero Pastor que nos anima y nos fortalece para, injertados en Él, transmitir y guiar al rebaño natural - nuestra familia - al encuentro verdadero y real con Él. 

Pidamos esa Gracia y sabiduría para ser fieles y verdadero anunciadores del Evangelio  y responder a nuestro compromiso de bautismo, transmitiendo la Buena Noticia que nos reúne en torno a Xto. Jesús.

martes, 23 de enero de 2018

¿HIJOS DE LA SANGRE O DEL AMOR?

Nacemos en una familia, pero, ¿nos hemos preguntado que ocurre con tanta gente abandonada e indigente? ¿Dónde están sus familias? Cada vez que veo a un anciano abandonado o a algún indigente buscando comida en la basura o durmiendo en la calle, pienso que un día esas personas nacieron en el calor de una familia y de unos padres. ¿Qué ha ocurrido para que ahora estén abandonados o solos por las calles y mal viviendo?

Es la pregunta de todos los días, ¿qué puedo hacer para aliviar la vida de esa gente, al parecer, sin familia? No cabe duda que no pensamos que la culpa la tendrán sus familiares. Es posible que algunos sí, pero indudablemente, otros no. Mucha culpa la tienen la mayoría de ellos, que se han apartado, no han hecho caso y han querido vivir como les parece y a su manera. Las consecuencias son las que todos conocemos, un camino de perdición y de esclavitud.

¿La culpa? La desobediencia; los malos ejemplos y consejos; las malas compañías; la irresponsabilidad; la desunión; la soberbia; la ambición y muchas más circunstancias. Pero, la más importante y la que al final causa todo es la falta de amor. Sin amor no vamos a ninguna parte y no somos capaces de vencer esa naturaleza humana pecadora que nos amenaza y nos destruye. Necesitamos amar, porque amar es perdonar, es soportar, es comprender, es dar nuevas oportunidades, es ayudar, es llenarnos de paciencia, es confiar, es volver a perdonar y esperar.

Amar es lo que hace nuestro Padre Dios con cada uno de nosotros, hasta el punto de enviarnos a su Hijo amado y predilecto, para que pague por cada uno de nosotros. ¿Cómo no nos vamos a amar nosotros igual? Claro, seguro y definitivamente que por nuestra cuenta no. Somos débiles y pecadores y solos no vamos a ninguna parte. Estamos vencidos de antemano por el Maligno. Necesitamos la Gracia de Dios y la asistencia en cada momento del Espíritu Santo para, en Él, vencer al Maligno.

Y eso te pedimos, Señor, danos la Gracia y la fortaleza de saber sostenernos y, pacientemente, esperar y confiar en tu Palabra. Gracias, Señor, porque sabemos de tu Amor y Misericordia, y confiamos y queremos ser tus hermanos cumpliendo la Voluntad de tu Padre. Esa es nuestra petición y nuestra esperanza. Amén.

domingo, 31 de diciembre de 2017

LA IGLESIA DOMESTICA

La familia es el espacio educativo donde la fe se transmite de padres a hijos. Pero, esa transmisión no es por obligación ni por cumplimiento, porque, de ser así, se transmitiría mal. La fe no se impone ni se imita, sino que se contagia, se experimenta y, como consecuencia, se vive. Bien, es verdad, que al principio los hijos la imitan, pues no están en edad de razonarla ni entenderla, pero, pronto, si la transmisión es auténtica, se hace vida y se vive, valga la redundancia.

Sin embargo, no por eso está asegurada la transmisión del mensaje y el contagio de la fe. El hombre es libre y puede optar a elegir lo que cree, quiere o le interesa. En muchas familias religiosas, comprometidas y piadosas se interrumpe el proceso de la fe. Es decir, no pasan de padres a hijos. Posiblemente hay muchas razones. Entre ellas los propios pecados de los miembros familiares. No somos perfectos y sí pecadores, y cometemos torpezas, errores, fracasos y pecados.

Por un lado, es una desgracia, pero por otro, una gran dicha, porque el Hijo de Dios ha venido a salvar precisamente a los pecadores. Por lo tanto, reconocernos pecadores, a pesar de nuestros fracasos y el no poder transmitir bien nuestra fe, o tener muy poca, es la clave para tener la oportunidad de ser salvados por el Señor. Demos gracias a Dios por su inmensa Misericordia, porque por ella somos salvados.

Sin embargo, en muchas familias si se produce esa transmisión de la fe y damos gracias a Dios por todo ello. La familia es la mejor escuela donde el valor del sacrificio, de la disciplina, de la privación, del respeto, de la fidelidad, de la solidaridad y, sobre todo, de la fraternidad giran y se hacen vida en sus miembros De ahí la gran importancia de la familia. Porque, familias sanas, pueblos sanos. 

Y no cabe duda que el amor es la mejor medicina donde encontramos todos esos valores. Porque en cualquier familia donde haya amor, hay verdad, justicia, paz y fraternidad. Y el amor, el único y verdadero amor sabemos donde podemos encontrarlo. Pidamos esa Gracia al Señor. Amén.

sábado, 19 de agosto de 2017

EN MANOS DE LOS HOMBRES

Los niños son las criaturas más indefensa, y, por supuesto, quedan en manos de sus padres, que muchas veces no les cuidan atentamente ni le prestan demasiada atención. En frecuentes ocasiones son víctimas del egoísmos de sus padres, de sus intereses y de sus rupturas y separaciones. ¿Es posible que estas humildes palabras no nos hagan al menos reflexionar?

Tengamos muy presente que los futuros pueblos serán lo que sean ahora estos niños. Tratamos de decir que todo dependerá de la educación que reciban. No sólo en palabras, sino en testimonio y obras. Si les transmitimos que no somos capaces de entendernos, de renunciar a nuestros propios egoísmos y de priorizar su atención y educación, ¿cómo van ellos a hacer otra cosa? Transmitirán lo que hayan mamado.

Los hijos serán la cosecha de nuestro amor. Pero un amor dado y entregado generosamente desde el momento del coito matrimonial. Un amor buscado, querido, aceptado, responsable paterno y maternalmente y deseado por ambos. Un amor abierto a la vida y vivido en verdad y justicia. Un amor dispuesto a la renuncia, al servicio, al soportarse dándose y entregándose. Un amor que transmite pureza, buena intención y deseos, y busca el bien de ambos y del fruto del vientre materno. Huerto que, cultivado con amor y responsabilidad dará como resultado el fruto de los hijos.

Y son esos frutos, los niños, los que demandarán toda la atención y cuidado de los padres. Porque son los más pequeños, los más indefensos, los más necesitados, los más pobres y débiles que necesitarán todos los cuidados de sus padres y de la sociedad. Y esa sabiduría y fortaleza es la que te pedimos, Señor, para entregarla en nuestras familias y con nuestros niños. No sólo nuestros hijos, sino también todos aquellos niños que se acercan a Ti y están de nuestras manos.

Pidamos que sepamos dar testimonio y criterios que ayuden a que esos corazones limpios, puros e inocentes sean sostenidos y cuidados en esa pura inocencia, para que, llegados a adultos, continuen en la presencia del Señor, aodrándole, alabándole y glorificándole. Amén.

viernes, 18 de agosto de 2017

¡SEÑOR, PROTEGE A LA FAMILIA!



HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


No cabe ninguna duda que la familia es la célula de la sociedad. En ella se fundamenta la vida de los pueblos, porque, muchas familias yuxtapuestas forman pueblos. Hay pueblos que al quedarse sin familias hipotecan su futuro y quedan amenazados de extinción. No hablamos de supuestos, sino de realidades que ya están pasando en nuestro propio país. 

En otras ocasiones he dicho que el mejor y único proyecto político de un gobierno sería aquel en torno a proteger a las familias. En él estaría comprendido la educación, el trabajo y toda la vida que se desprende de la unidad familiar. Es la familia el primer y siempre espacio donde se forja la educación en valores de los hombres. Porque en la familia se aprende a amar. Es decir, a renunciar, a sacrificarse, a compartir, a tener respecto, aprecio, escucha, comprensión, a ser libre para discernir y decidir, pero siempre en bien y por el bien de los demás.

Unas familias sanas, educadas con los ejemplos de sus padres y de los ciudadanos donde viven, forjan pueblos sanos donde la libertad, el respeto y la educación son las banderas que los unen y establecen la paz. Por eso, una nación inteligente, donde sus gobernantes se precian de servir y gobernar a sus conciudadanos, la prioridad sería la familia, y todo en torno a la familia. Lo demás no sirve para nada si no está relacionado y en concordancia con lo que sucede en la unidad familiar.

Los pueblos los forman y los levantan los ciudadanos, y estos viven en familias. Allí han nacido y se han formados como ciudadanos de un país. Por lo tanto, es ahí, en la familia, donde debe dirigirse todo el esfuerzo del gobierno, apoyándolas y dándole todo aquello que necesitan para educar y formar hombres que, más tarde, sirvan a su país.

Y no nos queda más camino que el de trabajar por este ideal, poniendo todo lo que esté de nuestras partes. Manteniendo a las familias unidas y siguiendo la Voluntad del Señor, que llama a su unidad y a su amor. Elevemos todas las familias nuestras oraciones para que los pueblos de buena voluntad se den cuenta que son las familias el gran tesoro para sostener a los pueblos en paz.

miércoles, 31 de mayo de 2017

LA VIDA CONDICIONADA POR EL HEDONISMO

Se ha perdido el don de la paternidad y maternidad. Hoy la vida no representa un valor y la natalidad en las familias desciende asombrosamente. Y si se tiene un hijo o dos como máximo es por el hecho, también egoísta, de no quedarse sólo, pero nada más. La vida representa una contrariedad y los hijos se dejan para última hora. Primero hay que disfrutar de la vida y, en ese momento, los hijos estorban.

Esa es la concepción, por desgracia, que se tiene hoy sobre el valor de la vida. Los objetivos son otros. Incluso, la familia no está tampoco entre los primeros. Hoy se piensa, afortunadamente no son todos, en gozar y disfrutar, sin pensar que he nacido porque han habidos unos padres y una familia que se han cuidado de mí. El mundo ha caído en un individualismo egoísta y sólo se piensa en disfrutar y gozar.

En ese contexto los hijos molestan y las familias no están por la labor de sacrificarse y renunciar por amor a esos hijos. Se tienen los mínimos para que sean también mínimas las preocupaciones o sacrificios. La vida está condicionada por el interés hedonista de vivir placenteramente y materialmente. Y, como ciegos que no ven, no descubren que los pueblos que matan o no dan vida terminan desapareciendo.

Pidamos por la vida, para que las familias sean generosas y descubran el don y el valor de la vida. Porque sólo dándose y renunciando por amor encontraremos el camino y el verdadero sentido a esta vida. Porque los hijos son la prolongación del amor de los padres; porque los hijos son el fruto que da sentido a la vida de los padres y los que le dan la oportunidad de darse en amor. Porque un matrimonio sin hijos, sin causa que se lo impida, sino de manera egoísta, es como un árbol sin frutos.

Cada viernes, lo anunciamos en el blog, tenemos el rezo del santo Rosario, y pedimos por las familias y por la vida. Unamos a María y a su prima Isabel, que supieron ser agradecidas y alegrarse por tener la oportunidad de ser madres, que nos descubran también a nosotros ese don y valor de ofrecernos para acoger a la vida y cumplir con nuestro papel de padres y madres. Amén.

viernes, 12 de agosto de 2016

EN UN MUNDO EGOÍSTA Y DESORDENADO

HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS



El egoísmo desordena los apetitos y estropea la unidad. Porque cuando uno se deja llevar por su egoísmo, este termina por someterle y dominarle. Y si no eres libres, no harás el bien ni la verdad, sino lo que te impulsen tus apetitos, apetencias y apegos. Buscarás dar respuestas a tus satisfacciones y responder a tus apetitos. Y eso te llevará a la desunión y destrucción.

¿Acaso no está ocurriendo eso en las familias? ¿Acaso el egoísmo y la ideología de género no llevan a los pueblos al hedonismo y la comodidad? ¿Y eso no destruye la vida y la familia? ¿Y no es verdad que los pueblos que matan terminan desapareciendo? ¿Y no vuela por encima de Europa esa amenaza?

Dar respuestas a esos interrogantes que están encima de nuestras cabezas es el planteamiento, si quieres político, que prioriza todas las cuestiones del hombre actual. La familia y la unidad familiar es la roca donde deben apoyarse los pueblos, porque si sus familias, unidas y en verdad y justicia, ordenan sus vidas en aras del bien y la paz, los pueblos renacen y prosperan.

Pidamos a la Virgen, Madre y esposa, que interceda por todas las familias y que el Espíritu Santo nos ilumine a fin de entender que la vida empieza su salvación por la familia y desde la familia. Porque la mejor escuela que se puede tener es la familia. El mejor plan de enseñanza es proteger y defender la familia. Amén.

martes, 2 de febrero de 2016

LA NECESIDAD DE UNA FAMILIA



No podemos imaginarnos un mundo sin familias. Porque, precisamente, el mundo, es decir, los pueblos los forman las familias. Sin unos padres será difícil, por no decir imposible, crecer de forma natural. Eso significa lo mismo que decir: tener una educación, unos cuidados y alimentación, y una formación de la mejor escuela que es la familia.

Por eso, la familia debe ser la prioridad de cualquier gobierno. Porque buenas familias, estructuradas como un espacio de amor para crecer en los valores y el amor, dará como resultado un mundo más humano, más equitativo, más justo, más solidario, más respetuoso, más libre y más digno. Cuando las familias son lo que deben ser, es decir, escuelas de amor, los pueblos son espacios de convivencia, de justicia, solidaridad y fraternidad. ¡Y eso es lo que pretende todo gobierno! ¿Por qué entonces no se hace, poniendo todo el énfasis de los programas en proteger, atender y cuidar a las familias?

Nos engañan cuando proclaman justicia, verdad e igualdad, para luego satisfacer sus interese personales y   egoístas. Mienten cuando proclaman sus programas, porque después, las familias, no son protegidas ni tenidas en cuenta. La familia es la célula de la sociedad, y como tal debe ser atendida y protegida.

Jesús nace en una familia, y eso significa que la Familia es el espacio donde el hombre aprende a respetar la justicia, la libertad, la generosidad, la entrega...etc. La familia de Jesús cumple con la ley y vive como una familia más, pero en la presencia de Dios, que quizás es de lo que carecemos muchas familias de hoy. 

Por eso, unidos todos, pedimos por la familia y la vida. Cada viernes rezamos en este rincón un rosario, cogido de la Mano de María, con esas intenciones. Pidamos hoy también porque los pueblos descubran el valor de la familia y exijan a los gobiernos los derechos de las familias, fundamento y célula de la sociedad.

domingo, 27 de diciembre de 2015

GRACIAS, SEÑOR, POR LA FAMILIA





La familia es lo más grande que tenemos. ¿Dónde estaríamos si no vivimos en familia? Es la verdadera escuela donde aprendemos a respetar, a servir, a renunciar, a sacrificarnos y privarnos, y, sobre todo, a amar y amarnos. Sin la familia difícilmente aprenderíamos a ser personas.

Se nota cuando no hemos crecido en familia, o en una familia dispersa y desestructurada. Se nota nuestras carencias de servicio, de respeto, de entrega, de escucha, de disponibilidad...etc. Pero, sobre todo, de amor. La familia es el medio natural donde el hombre crece como persona en sabiduría, estatura y espiritualidad cristiana si tenemos a Dios por nuestro Padre.

Recemos por la familia. Recemos al Padre Dios para que las familias se mantengan unidas por el verdadero amor, y sean comunidades de paz y justicia misericordiosas. Y, sobre todo, para que vivan en torno a la fe en nuestro Señor Jesús, que nos une y nos conforta dándonos fortaleza para vivir en el amor de unos con otros.

Recemos y pidamos que las familias, unidas, perseveren en la fe a pesar de las tribulaciones y desafíos del mundo que las amenaza con destruirlas. Que, a ejemplo de María y José, guardemos todas nuestras dudas e interrogantes en nuestros corazones, confiados en la seguridad de que nuestro Padre Dios nos guiará por el buen camino que todos deseamos.

Gracias, Señor, por darnos una familia. Una familia que nos ayuda a vivir, nos da sentido y nos llena de esperanza posibilitándonos la oportunidad de aprender a sacrificarnos, a entregarnos, a renunciar y, sobre todo, a amar respondiendo a tu Amor. Amén.

domingo, 4 de octubre de 2015

LA FAMILIA, ESPACIO DE AMOR



No cabe ninguna duda que es en la familia donde se aprende a amar. Porque es en la familia donde recibimos todo el amor que necesitamos desde el primer momento de nuestra gestación y en los primeros años de nuestra vida fuera del útero materno. Y es allí, en la familia, donde aprendemos a dar amor.

Damos gracia a Dios por la familia, y también por nuestra familia. Y le pedimos que nuestra familia sea una familia como la de Nazaret. Una familia construida sobre la unidad y el amor. 

La familia es la célula de la sociedad, y depende de su salud, la salud de los pueblos. Es fundamental cuidar la salud de las familias y los Gobiernos deben tener eso muy presente, porque pueblos con familias saludables y unidas, serán pueblos que gocen de salud y de unidad.

El matrimonio es a la familia, lo que la familia es a la sociedad. Un matrimonio separado, desunido y roto, rompe también la familia y, en consecuencia, rompe la unidad de los pueblos. Por eso, el sentido común es que el matrimonio sea para vivir en la unidad y, en ella, sostener la convivencia, la paz, la justicia y unidad de los pueblos.

La Voluntad de Dios al crear hombre y mujer está sostenida en la unidad familiar, porque sin la familia, matrimonio unido, los pueblos se desestructuran y terminan por desaparecer. Sin familia el amor se muere, y sin amor la vida desaparece.

Pidamos a nuestro Padre Dios que proteja la unidad matrimonial que garantiza la unidad familiar y la convivencia en paz de los pueblos, porque dentro de la familia nace el amor y el aprendizaje de amar. Amén.

domingo, 28 de diciembre de 2014

REZAMOS POR LA FAMILIA



Rezar por la familia es rezar por el bien de todos los pueblos, y eso significa que rezamos por el bien del hombre y de la humanidad. Porque, los pueblos están formados por familias, y protegiendo y salvaguardando a las familias, protegemos y salvaguardamos los pueblos. Nada puede estar más claro. La célula de la sociedad es la familia.

No me cansaré de advertir, porque aunque lo saben, no lo hacen, que el mejor proyecto político de un gobierno es proteger en toda su dimensión a la familia. Porque son las familias las que sostienen el paro, dan trabajo, educan a los hijos, forman y forjan hombres y mujeres de bien, perpetuán la especie, edifican los pueblos, hacen la paz y construyen una sociedad justa, solidaria y en paz.

No hay ningún otro proyecto que se le iguale. Le dan muchas vueltas a otros planteamientos políticos que son incompletos, porque sólo en la familia se consigue atender a todos los problemas en su conjunto. Es la familia, hombre y mujer, la que hace que los pueblos progresen y crezcan, no sólo económicamente, sino en espíritu y fraternidad. Porque sólo en la familia el hombre es educado para vivir en la verdadera libertad que busca el bien común.

Juan Pablo II, en su Carta apostólica El Rosario de la Virgen María, ha vuelto a destacar la importancia capital que tiene la familia como fundamento de la Iglesia y de la sociedad humana, y nos ha pedido que recemos por la familia y que recemos en familia con el Santo Rosario para revitalizar esta institución. Si la familia va bien, la sociedad y la Iglesia irán bien.

Desde este rincón para orar, cada viernes, rezamos un Rosario en defensa de la familia y de la vida. Pidamos luz para los gobernantes para que se decidan a proteger a la familia como la mejor solución para proteger a los pueblos. Amén.