Supongo que tú, como yo, piensas que tienes fe, pero, ¿realmente ha sido probada? Hemos pensado qué pasaría de encontrarnos en una situación como la de Asia Bibi, porque situaciones así darían la real y verdadera medida de nuestra fe.
Sin embargo no hace falta llegar a tal extremo para darnos cuenta de la altura de nuestra fe. Hay muchas situaciones en nuestra vida que nos arrastran a la desconfianza, a las dudas, al alejamiento y hasta al rechazo. Pero no hace falta llegar a tal extremo. Quizás un simple contra tiempo, una enfermedad o problemas con la familia nos cuestionan nuestra fe. Porque realmente la fe se prueba en la adversidad, sobre todo cuando somos débiles y aparentemente estamos vencidos.
Perseverar en esos momentos nos dará la fortaleza de probar nuestra fe. Y, estoy convencido, que esas situaciones solo se resisten y soportan cuando estamos en el Señor. Desde este pensamiento y actitud llego a envidiar a Asia Bibi, y a muchos otros que han dado su vida por Jesús. No es que esté diciendo que tenga fuerzas para soportar tales pruebas, sino que confío que el Señor, en el Espíritu Santo me las dé cuando llegue el momento. Y eso se lo pido con todas mis fuerzas.
Danos Señor la fortaleza, la sabiduría y la paz para soportar con paciencia todas las pruebas que nuestra fe demande en aras de hacer tu Voluntad y resistir las tentaciones y adversidades de este mundo.