Hay un programa en T.V.E. 1 que se llama "Entre todos", lo emiten de lunes a viernes por la tarde (15 a 17,45). En nombre de "Entre todos" viene porque son los telespectadores los que llaman y ayudan a la persona que ha pedido ayuda por encontrarse en una situación de extrema necesidad. Es decir, entre todos solucionamos las necesidades y problemas de muchas familias.
La solidaridad brilla en el corazón de la gente que llama, y de muchos que aportan por la vía del teléfono. Uno de los casos, un joven que buscaba trabajo para sostener y alimentar a su familia, tres hijos y esposa, tuvo la oferta de seis trabajos para elegir. En estos tiempos de crisis se descubre que cuando hay seriedad y conocimiento de la persona que solicita a ayuda con buena intenciones, la solidaridad de la gente brota de debajo de las piedras.
Y es que se experimenta el amor de Dios. Ha habido quien se ha atrevido a confesar su fe y a compartir su dinero movido por ese compromiso de amor. Pero lo verdaderamente importante es esa semilla de amor que se esconde en el corazón de las personas y que irresistiblemente acuden, como muchos confiesan, a la llamada de ayuda de otras personas con problemas de carencias.
Y es que Dios está en el corazón de todos y cuando lo abrimos hablamos con el mismo corazón de Dios: el amor. No hace falta buscar mucho para encontrarnos de forma clara y directa con el Señor, y también con los milagros que hace el Señor a través de nosotros. La acción del Espíritu Santo no pasa desapercibida para quienes abren sus ojos y experimentan que el Señor vive entre nosotros.
No busque fuera, mira para adentro y experimenta que tu corazón te habla de Dios a cada instante.
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