A la hora de seguir a Jesús nos complicamos mucho la vida, pero no porque no sea complicada sino porque nos enredamos en buscar circunstancias especiales, llamativas y hasta heroicas. Y no se trata de eso. Desde mi experiencia, que ha pasado por todos esas dificultades, la cosa es más sencilla, aunque eso no signifique que fácil. Se trata simplemente de vivir al estilo de Jesús y su familia.
Convertirse consiste en seguir los pasos de Jesús, y ellos están delimitados y bien claros en la Palabra que narra su vida y su Mensaje. Jesús vive en familia, ¿y cómo vive la familia de Jesús? Una familia normal como la tuya. Con sus dificultades: perseguida, emigraciones, trabajos, y todas las cosas que suceden y pasan en familia. Incluso oscuridades, incomprensiones, silencios...etc. ¿No ocurre eso también en nuestras familias de hoy? Vivirlas con la humildad, con la paciencia, con la aceptación, alegría y confianza en el Padre del Cielo es la actitud que nos asemeja a Jesús. Sin olvidar que tenemos la asistencia del Espíritu Santo.
¿No sentimos que la vida se nos llena de gozo, de entusiasmo, de retos y alegría cada día? ¿No es hermoso y fascinante levantarte cada día en la esperanza de que haya una oportunidad para amar, ya sea dentro o fuera de tu familia? ¿No es maravilloso saberte acompañado y asistido por el Espíritu Santo que te guía y protege e impide que fracases, a pesar de que tú muchas veces no lo veas?
Pidamos al Espíritu de Dios que tome nuestro corazón y nos indique la forma y el camino de acoger, aceptar y vivir las actitudes y el estilo de vida de Jesús. Amén.
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