No tengo ninguna duda que hayas dejado dentro de mi corazón, Señor, la huella de tu Amor. Y, hasta sin querer, esa semilla por tu Gracia y Voluntad, crece y me impulsa a parecerme a Ti. Experimento, Señor, que hay muchas cosas en los hombres y mujeres de este mundo que se parecen a Ti.
Sin embargo, a pesar de eso muchos no quieren reconocerlo y a otros ni le importa. Sin embargo, a pesar de eso tu semilla, sembrada en nuestros corazones, continua impertérrita su desarrollo esperando a que despertemos y nos demos cuenta que Tú, mi Señor, eres nuestra única salvación. Y todo por tu Infinito Amor Misericordioso. Es tan grande el misterio que no nos damos cuenta que nos das todo de forma gratuita y sin condiciones. Así y todo, nos regalas la oportunidad de que, también por tu Gracia y Amor, elijamos libremente nuestra salvación eterna.
Te pedimos, Señor, la Gracia de darnos cuenta de tu presencia amorosa dentro de nuestros corazones, pero, también, la fortaleza y voluntad de sostenernos firmes y motivados ante las seducciones, placeres y tentaciones que nos presenta este mundo y a nuestras propias apetencias y pasiones que, como la cizaña ahogan nuestra fe. Gracias, Señor.