Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.
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martes, 19 de octubre de 2021

UNA VIGILIA SIN DESCANSO Y PERMANENTE

 

La realidad es que sabemos que el momento llegará - eso es cierto - pero, también que no sabemos el instante, la hora ni el día. Por lo tanto, en consecuencia, nuestra actitud debe ser vigilante y en espera. Y eso nos compromete a estar preparados para no ser sorprendido cuando el Señor decida presentarse en nuestra vida.

Es verdad que nos despistamos y que por nuestra naturaleza enferma y herida por el pecado, nos olvidamos de ese momento, el más glorioso e importante de nuestra vida.

Por eso, Señor, necesitamos dedicarte un tiempo importante cada día de nuestra vida a estar contigo, a hablar contigo y, sobre todo, si podemos, a alimentarnos de tu Cuerpo y Sangre. Estar contigo, Señor, y pedirte fortaleza, perseverancia y sabiduría para estar atentos y vigilantes y no desfallecer. A estar en tu presencia y, solicitarte la Gracia para vivir la Vida de tu Gracia, Señor Porque, queremos, Señor, ser sorprendidos por tu presencia viviendo en tu Palabra y Voluntad y amando como Tú nos has enseñado y a tu estilo.

Quiero, Señor, y eso te pido que me des la fortaleza y la sabiduría de estar, a pesar de mis fallos y pecados, siempre presente en tu Palabra, para vivir en tu Amor y así esperarte y recibirte. Gracias, Señor. Amén.

jueves, 13 de mayo de 2021

SOSTENIDOS EN LA ESPERANZA DE TU VENIDA

 

Me sostengo expectante y vigilante, Señor, esperando tu venida. Porque, tu Palabra - y nos lo has prometido - siempre se cumple. Es verdad que camino con dudas, a veces con tristezas, con llantos y lamentaciones, pero, a pesar de las tribulaciones, tentaciones y sufrimientos, siempre está presente lal esperanza de tu Palabra. Y no cabe duda, Señor, que la fe alimenta la esperanza. 

Tu promesa de venir por segunda vez a buscar a los que perseveran y se sostienen en Ti creyendo en tu Palabra nos da fuerza y renovadas esperanzas. Tú, Señor, eres la Roca en la que nos apoyamos luchando y resistiendo todas las tribulaciones, llantos, tristezas y lamentaciones que tientan nuestra fe y nos invitan a abandonarte. Pero, Señor, apoyados en tu Palabra resistimos, Señor.

Hoy, Señor, quiero y suplico tu Gracia para luchar y vencer al mundo. Ese mundo que nos tienta y nos invita a divertirnos y gozar sin más preocupaciones y pensando solo en pasarlo bien. Es verdad que nos cuesta entender muchas cosas que, por nuestra naturaleza humana, herida por el pecado, nos sentimos atraídos e inclinados a gozar de ellas, pero, sabemos que, todas esas mal llamadas felicidades son caducas, temporales y, ¿después qué?

Eso nos dice Jesús hoy en el Evangelio y eso nos fortalece y anima a vivir esperanzados: ‘Dentro de poco no me veréis y dentro de otro poco me volveréis a ver’. En verdad, en verdad os digo que lloraréis y os lamentaréis, y el mundo se alegrará. Estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.

domingo, 29 de noviembre de 2020

UNA ESPERA VIGILANTE Y EN VELA

 

Estar vigilante supone esfuerzo para sostenerse despierto. Y estar despierto supone estar vivo y en espera de que llegue aquel a quien se espera. Y en la medida de la importancia que se le dé al esperado, la espera será más o menos activa, expectante e importante. De ahí que, en ese tiempo de espera será de vital importancia significar el valor y la importancia, valga la redundancia, de lo esperado,  Y eso te toca descubrirlo a ti y, también a mí.

Esa es la cuestión del momento litúrgico que se avecina. Podemos preguntarnos, ¿es de vital importancia o no? ¿Supone para nosotros nuestra salvación y vida eterna? Todo dependerá de la medida e intensidad de tu fe. Es decir, de que lo creas o no, porque, de eso dependerá la intensidad y la fuerza de tu vigilancia y expectación con la que vivirás la espera, el anuncio del Adviento - comienzo del año litúrgico - 

Una cosa supone vivirlo expectante, vigilante, despierto y atento a los acontecimientos que la misma Palabra te va describiendo y llevando. Y la otra, la indiferencia significa tu relajamiento, tu esperar relajado, distraído y atento a las luces y distracciones que te ofrece el mundo que, su venida, pasa por debajo de la mesa. Has puesto lo festivo, lo material y caduco, que desaparece ante que la Buena Noticia que te trae la Vida, es Vida Eterna a la que todos aspiramos.

Danos, Señor, la Gracia de saber esperar y de descubrir que es esa tu venida la mayor esperanza de nuestra  vida. Amén.

martes, 20 de octubre de 2020

EN UN MUNDO QUE NOS SEDUCE Y DISTRAE NECESITAMOS ORACIÓN

 

Permanecer vigilante exige disciplina, estar despierto y activo. No puedes relajarte ni dormirte ni desactivarte. Necesitas estar en acción y en actitud vigilante. La oración es el arma que nos sostiene despierto y firmes en la fidelidad a esa espera en lo que creemos y, valga la redundancia, esperamos.

Pero, no es nada fácil. Permanecer vigilante se hace muy duro y exige oración, reconciliación y Eucaristía. Sacramentos que nos fortalecen en la oración, sostienen nuestra fe y nuestra fidelidad en la espera y la perseverancia.  Porque, esperar esconde creer en la venida del Señor. Él nos lo ha dicho y su Palabra es Palabra de Vida Eterna.

Por tanto, creemos en la Palabra del Señor, que nos ha prometido venir a buscarnos y que hoy, en el Evangelio, nos dice: Dichosos los siervos, que el señor al venir encuentre despiertos: yo os aseguro que se ceñirá, los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro, les servirá.

Seamos, pues, fieles y, reconociendo nuestras flaquezas y debilidades pidámosle fortaleza y perseverancia para sostenernos fieles, firmes y vigilantes a la espera de su segunda venida que nos ha sido prometida. Y pidamos para no ser sorprendido distraídos sino todo lo contrario, vigilantes y en actitud de vivir fieles a la Palabra y Voluntad de nuestro Padre Dios. Amén.

jueves, 2 de enero de 2020

PREPARARNOS PARA EL MOMENTO DE LA VERDAD

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Juan el Bautista dedicó su vida a anunciarnos el momento de la llegada del Reino de Dios. Nos puso en guardia ante la presencia inminente del que tenía que llegar, pues estaba profetizado en las Escrituras. Y él nos advertía de que ya estaba entre nosotros. ¿Hay Noticia más importante?

Porque, todas las demás son noticias efímeras, caducas y que pasan por nuestra vida como el viento. Van y vienen y siempre nos dejan igual. Esta Noticia es única, diferente porque nos habla de Vida, de Vida Eterna y de Felicidad Plena.

«Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia». Juan nos habla de Alguien a quien no conocemos y nos prepara para conocerle. Por tanto, urge conocerle, pero, ¿y cómo? Juan nos lo señala y nos dice que viene detrás de él y a quien, él, nos es digno de desatarle la correa de su sandalia. Por tanto, no se trata de un cualquiera sino de Alguien grande, el más Grande, que tiene poder para bautizarnos con Espíritu Santo y con fuego y perdonarnos todos los pecados - Mt 3, 11 -.

Necesitamos estar preparados y eso nos exige, no prepararnos para un momento puntual o determinado, sino para toda nuestra vida, para que cuando llegue el momento clave de nuestra existencia estar debidamente preparado y abiertos a la Misericordia de Dios. Por eso, Señor, te pedimos que nos des la fortaleza y la perseverancia necesaria para estar todo el tiempo de nuestra vida con la lámpara encendida y suficiente aceite - Mt 25, 1-13 - en nuestra alcuza para estar vigilantes y preparados para tu venida. Amén.

domingo, 1 de diciembre de 2019

DAME, SEÑOR, UN CORAZÓN VIGILANTE

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No quiero dormirme, Señor, ni tampoco dejarme mecer por las pasiones y espejismo de este mundo. Porque, todo lo que él me ofrece es caduco y solo aparente ya que está destinado a desaparecer. Yo quiero vivir eternamente, porque es esa la huella que Tú, Señor - Jr 31, 31-34 - has escrito en mi corazón, una huella que me habla de una Alianza que has hecho conmigo y que me promete felicidad y vida eterna. 

Y sintiéndome frágil y pobre, Señor, te pido que fortalezcas mi corazón para que se mantenga vigilante y atento a tu Palabra y a tus indicaciones para no perderme en el camino. Porque, las seducciones que el mundo me propone y con las que me provoca son superiores a mi fuerza y necesito tu Gracia, Señor, para poder rechazarlas y vencerlas. 

No quiero, Señor, perderme en la superficialidad y en las costumbres tradicionales que me dejan indiferente ante tu Palabra. Quiero escuchar en actitud de hacerlas mías y guardarlas en mi corazón para vivirlas con coherencia en los días que peregrino por este mundo. Es esa mi humilde oración, Señor, que te pido con todas mis fuerzas y buenas intenciones. 

Sé que respetas mi libertad, pero sé también y conozco mi debilidad y fragilidad sometidas a mis pasiones y comodidades. Sé que tendré que luchar y sufrir, pero, tanto para tanto para soportar como defenderme necesito tu fuerzas, Señor. El deseo de mi corazón es servirte, Señor, y servirte amándote a Ti primero para, luego, lleno de tu Amor poder amar a los demás. Y, sin entender como lo puedes hacer, yo, Señor, confío en tu Palabra y en tu Poder, porque, para Ti no hay nada imposible. Amén.