Blogueros con el Papa

UN ROSARIO CADA VIERNES

Cada viernes, hora peninsular entre las 09, 30 y 10:30, en Canarias entre las 08:30 y 09:30, aproximadamente, y en cualquier otra parte del mundo la que mejor puedan elegir, nos unimos en el rezo del Rosario (VER AQUÍ) por la unidad de todos los creyentes, por la familia natural, hombre - mujer, por la vida y por la libertad de educación de los hijos.

Desde tu casa, online, desde tu trabajo, desde tu hospital y enfermedad, desde myfeeling, desde todas los colectivos y asociaciones, desde donde quieras que estés, tú también puedes unirte en este clamor al Padre, unidos a María Santisíma, para que el Espíritu Santo nos dé la capacidad y la luz de salvaguardar la vida y los valores morales y naturales que la dignidad de las personas demanda y hemos recibido de nuestro Padre Dios.

También estamos rezando un rosario cada día que hacemos normalmente en las primeras horas de la mañana aunque a veces, por premuras de tiempo, lo hacemos en otras horas del día. En el icono de la Virgen, debajo del rosario de todos los viernes, puedes encontrar el rosario correspondiente a cada día.

lunes, 18 de diciembre de 2017

PIDAMOS LUZ PARA ENTENDER

Nos cuesta trabajo entender el sacrificio y la renuncia de José, y también de María, respecto a aceptar y realizar la Voluntad de Dios. Nos cuesta mucho, repito, entenderlo. Sólo basta mirarnos un poco e imaginar que el Señor nos indique una misión concreta que cambie todos nuestros planes mundanos y altere totalmente nuestro rumbo en la vida. ¿Lo aceptaríamos? ¿Cuántas disculpas, justificaciones y autoengaños tendríamos a punto en nuestros labios para presentar nuestro rechazo?

Ponernos en esa situación nos ayudaría algo a comprender la situación de José y María. Porque, ¿cuándo estamos seguro que nos habla el Señor? ¿Cómo distinguir la voz de Dios tratándose de tomar un camino opuesto al que habíamos decidido tomar? ¿Te ha ocurrido esto en tu vida? ¿Adviertes la voz del Espíritu Santo que te sugiere un camino?

A través del tiempo me he dado cuenta de alguna cosa, y también, de lo difícil que es advertirlo. En mi adultez, sólo en mi adultez, repito, me he dado cuenta que el Señor no me ha llamado por el camino del sacramento del orden. ¿Por qué?, porque siendo joven nunca me lo planteé, al menos seriamente. Y sí por el del matrimonio, porque siempre pensé en casarme y formar una familia. Además, lo confieso con total seguridad, tremendamente enamorado y comprometido. Y sigo estándolo. Porque, el amor no sabe de pasiones ni de apetencias, sino de compromiso en verdad y justicia. Así como nos quiere Dios.

Por eso, ruego a San José, esposo casto y obediente de nuestra Madre, María, que interceda por todos nosotros y nos ayude a comprender y advertir la Voz del Señor. Una Voz que nos puede llegar a través de un amigo; de un acontecimiento; de un ejemplo o testimonio, o de un ángel. O por donde el Espíritu Santo quiera tocarnos.

Ruego también a nuestra Madre que, unida a su esposo José, intercedan por todos nosotros, para que descubramos la llamada del Señor y sepamos llenarnos de paciencia, serenidad, confianza y fe para discernir y esperar los signos e indicaciones que el Espíritu de Dios nos quiera transmitir. Amén.

domingo, 17 de diciembre de 2017

¿Y CÓMO PROCLAMO YO?

Igual nos desesperamos, nos confundimos o nos desanimamos. No sabemos qué hacer ni cómo proclamar que Dios se hace Hombre para estar entre nosotros. No sabemos qué decir para gritar que es Navidad, no sólo ahora en estas fechas próximas, sino cualquier día. Y, ahora, Señor, queremos pedírtelo, enséñanos a darte a conocer y a proclamar que has venido al mundo a salvar a todos los hombres.

Porque, todos no somos Juan el Bautista, ni tenemos su misma fuerza y voluntad. Y porque el mundo ha cambiado mucho y ahora será difícil llamar la atención con tantas luces que encandilan y distraen al hombre. Y, sobre todo, porque ahora, el hombre apagada su sed de búsqueda, yace dormido en un mundo hedonista que proclama vivir la vida que son cuatro días. Y, el hombre, adormecido se deleita en tantas ofertas de placer que se le hace difícil escuchar la voz del que le grita y proclama que nace el Señor para liberarle de esa esclavitud y darle la vida.

Ilumina, Señor, nuestras vidas para que reflejándola demos testimonio de tu presencia. Danos la sabiduría que viene de Ti para que viviéndola en el mundo en el que estamos inmersos seamos voz, como la de Juan, que te proclame y anuncie. Llénanos de paz, sabiduría y fortaleza, para que iniciemos cada día con la ilusión y la alegría de gritar al mundo que Tú, Señor, estás entre nosotros y te has hecho Hombre para darnos la vida eterna en gozo y plenitud.

Haz, Señor, que nuestras vidas sean reflejos de la Tuya, para que todos aquellos que se acerquen a nosotros descubran tu presencia. Así, como Juan el Bautista, daremos testimonio de tu Palabra y proclamaremos al mundo que Tú estás entre nosotros y has venido a rescatarnos del pecado para darnos la salvación eterna. Por eso, Señor, queremos abrirte nuestro corazón y dejar que cada instante de cada día Tú nazcas en nosotros, porque cuando hacemos algo bueno por el hombre pobre y necesitado, estamos permitiendo que Tú, Señor, nazcas también en nuestros corazones. Amén.

sábado, 16 de diciembre de 2017

¿Y A QUIÉN ESPERO YO?

Una buena pregunta que nos podemos hacer es la siguiente: ¿A quién estoy esperando yo? Porque, dependiendo de su respuesta será también mi actitud de espera. Puedo preguntarme: ¿espero yo a un líder poderoso para que someta a todos sus enemigos? ¿O un líder que, entregado por amor, e incomprendido por los hombres de este mundo, sea sometido al sufrimiento de la Cruz?

Realmente, ¿a quién espero? Esa es la pregunta que en este tiempo de Adviento debo reflexionar, porque en actitud a esa reflexión preparé mi corazón con humildad o suficiencia; con docilidad o con prepotencia; con amor o con poder de venganza. 

¿Estoy esperando a un Mesías que castiga, que viene en pie de guerra a someter a todos aquellos que no le reconozcan, o, por el contrario, espero a un Mesías amoroso y misericordioso? En ese debate y reflexión debe andar la preparación de este tiempo de adviento. Realmente, ¿a quién estoy esperando?

Y las preguntas vienen a clarificarme donde estoy poniendo en acento dentro de mi corazón. ¿Lo pongo en el odio, venganza, o en el amor? Y esa es la petición, Señor que te pedimos hoy. Queremos que ablandes nuestros corazones y los suavices para que seamos capaces de amar, incluso a nuestros enemigos. Porque ese es tu mandato y lo que Tú viniste, Señor, a proclamarnos.

Por eso, te entregaste a una muerte de Cruz y sufriste tu Pasión, para que los hombres despertaran al amor, única medicina que salva. Ese es el ruego de hoy, Señor:  Danos un corazón misericordioso, esperanzado y dispuesto a amar. Porque, sabemos que sin Ti no podemos alcanzarlo. Necesitamos tu Gracia, para que revestidos de ella podamos, injertado en Ti, ser instrumento de perdón y misericordia. Amén.

viernes, 15 de diciembre de 2017

HAZME DÓCIL A TU PALABRA, SEÑOR


HOY A LAS 09:00 HORA PENINSULAR, 08:00 HORA CANARIA, REZO DEL SANTO ROSARIO POR LA DEFENSA Y UNIDAD DE LA VIDA Y LA FAMILIA. ÚNETE A LA HORA QUE PUEDAS Y DESDE DONDE PUEDAS.


María fue obediente. Y no porque entendiera todo, sino porque confío en tu Palabra, Señor. Ella bailó, por significarlo de alguna manera coloquial que nos ayude a entender, al ritmo de tu Mensaje a través del Ángel Gabriel. Ella se dejó invadir por tu Palabra y por tu Amor y su corazón se abrió de par en par a tus mandatos.

También, Señor, yo quiero ser como mi Madre María, dócil a tu Palabra y bailar al ritmo que ella me marque y me toque. Porque, esa melodía es la que me da paz y gozo, y la vida eterna. Sí, Señor, sólo en Ti encuentro la paz que, buscándola en el mundo, no la encuentro. Experimento como, a lo largo de mi vida, me he ilusionado con muchas cosas, pero, de la misma forma que llega, desaparece. Y siempre están en agitada búsqueda sin llegar a ninguna parte.

Y, en esos menesteres se me va la vida. Dame, Señor, la paz y el sosiego que anticipan tu presencia y que me invaden de serenidad, de brisa suave y de gozo contenido pero eterno. Dame, Señor, esa sabiduría, que viene de arriba, de saberme en tu presencia, en tus cuidados, en tu beneplácito y bañado por tu Misericordia y tu Gracia. Dame, Señor, la conciencia de saberme mirado, mimado, bendecido y agraciado por tu bondad y por tu gratuito Amor.

Amor, Señor, que no merezco ni puedo pagar. Amor que soy indigno de merecer y que me llega por tu Infinita Misericordia, que nunca podré entender hasta que, estando en tu presencia, Tú, mi Señor, permitas que lo entienda. Por eso, Señor, sosténme firme, perseverante, dócil y fiel a tu música para que siempre esté dispuesto a bailar al ritmo de tu Misericordia y Amor. 

Dame la sabiduría divina de no hacerme preguntas ni escuchar todo lo que no venga de Ti, Señor. Quiero, a ejemplo de mi Madre María, seguirte ciegamente porque confío en Ti y porque sólo Tú, Señor, tienes Palabra de Vida Eterna. Amén.

jueves, 14 de diciembre de 2017

SEÑOR, DESATA MI CORAZÓN Y MI LENGUA

A veces creo que soy libre, pero cuando me observo muy cuidadosamente me experimento atado por el pecado del miedo y el respeto humano. Me asaltan las dudas y los miedos. Siento el miedo al ridículo y al respeto humano. Me doy cuenta que continúo atado de corazón y de lengua. ¿Por qué me ocurre esto, Señor? Quizás sea para que me dé cuenta de mis debilidades y de mi pequeñez.

Perdona, Señor, todos mis pecados. Perdona, Señor, mi suficiencia de creerme limpio. Perdona, Señor, mi atrevimiento y osadía. Perdona, Señor, mi falta de humildad y vergüenza. Y, gracias por desnudarme y descubrir mis necesidades. Gracias por advertir el nudo de mi lengua y la pobreza de mi corazón. Gracias por descubrir mis debilidades y pecados, y gracias por darme la oportunidad de decírtelo y tener esperanza de ser curado y perdonado.

Ayúdame, Señor, a crecer y madurar. Ayúdame a, como Juan, ser capaz de hacer de cada día de mi vida una lucha llena de esperanza, con alegría y gozo. A pesar de las dificultades, del cansancio y de los fracasos. Ayer te ofrecías, Señor, como apoyo y descanso para todos los que nos sintiéramos cansados y agobiados. Y hoy descubro mi cansancio y agotamiento en muchos momentos de mi vida. Y a Ti acudo cansado y agobiado para que endereces mi vida y pongas en su sitio todo lo maltrecho de mi camino.

Señor, mi vida va avanzada, por lo que te pido que, lo que le queda, sea camino de triunfo, de verdadera lucha junto a Ti y de verdaderas victorias agarrado a la cruz que Tú quieres que comparta contigo. Hay momentos de tentación, de querer ya jubilarme, de gritar que aquí se acaba mi camino y eso me duele, porque Tú lo quieres todo, hasta la última gota de sangre. Y así ha de ser, porque la cruz, mi cruz tendrá que terminar, igual que Tú, Señor, con mi muerte.

Dame, Señor, la Gracia y la Fuerza de tu Amor, para que, firmes y guiados por el Espíritu Santo, sepa en todo momento sostener con firmeza y Voluntad la esperanza de vivir vigilante y alerta contra toda amenaza de pecado. Amén.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

LA ORACIÓN, DESCANSO DE MIS FATIGAS

No puede ser de otra forma, la oración tiene que ser un gozo, descanso, paz y felicidad. Y si no es así significa que no la hacemos bien y no logramos contactar con el Señor. Fijémonos en Santa Teresa cuando llega al extremo de decir: "...muero porque no muero...". Porque, estar con Dios es lo máximo, lo inimaginable, lo único que da la eterna felicidad que buscamos desesperadamente.

Pero, esto no debe desanimarnos, porque, sabedores de nuestra impotencia y limitaciones, nos ayuda a perseverar e insistir. Más cuando nos lo dice y nos lo sugiere nuestro Señor al aconsejarnos que insistamos y perseveremos. Sabe de nuestra torpeza, de nuestras dificultades y debilidades. 

Es posible que nos cansemos y el hecho de orar nos resulte pesado. Es posible que nos cueste y nos exija esfuerzo silenciar nuestras vidas y contactar con el Señor. En un mundo de mucho ruido, aislarse no resulta fácil. Hay muchas luces que nos deslumbran. Y más ahora con una navidad de luces, fiestas y regalos desencarnadas del verdadero significado navideño. Se celebran cosas que muere y que terminan, cuando la realidad es que debemos celebrar la Vida y la Salvación Eterna.

En medio de todo esto, que nos deslumbra, nos fatiga y nos cansa, Jesús debe ser nuestro apoyo y nuestro descanso. En Él abandonamos todos nuestros fracasos, nuestros desvelos, nuestras fatigas, nuestros miedos y temores, nuestras preocupaciones, nuestros desvelos...etc. En Él buscamos el descanso y la paz, porque detrás de todo lo que supone esfuerzo y aparenta ser yugo, se esconde el gozo y la paz.

Es verdad, la vida se nos pone cuesta arriba muchas veces. En estos momento me acuerdo de varias personas que sufren, pero que no confían en el Señor. Hay una condición necesaria, confiar en el Señor. Eso no significa que nos quedemos quietos, sino que aceptando y esforzándonos desde la mansedumbre, desde la suavidad, la confianza y la fe, confiemos en el Señor. Él, porque es Dios y nos lo ha dicho, se preocupa por nosotros. Aumenta, Señor, nuestra fe. Amén.

martes, 12 de diciembre de 2017

TU AMISTAD ES LA QUE SALVA

Un amigo es verdadero cuando su amistad sirve para que tú mejores como persona. Si ocurre lo contrario, o todo queda en pasar algún buen rato, la amistad no es tal, sino que se esconde en una falsa apariencia de circunstancias e intereses.

Sucede que en muchos momentos la auténtica amistad exige esfuerzos y compromisos que desnudan tu corazón y exigen sacrificios. Enfrentarse con la verdad no siempre es fácil y cuesta esfuerzos de despojos y desprendimientos, que al mismo tiempo te exigen liberarte de tus propios prejuicios e ideas. Sólo en la medida que camines en esa línea de liberación, tu alma va quedando limpia y liberada para abrirse a la verdadera amistad, que tiene su reflejo, en Jesús, el Buen Pastor.

Él es el único que ofrece una amistad verdadera hasta el extremo de entregar la suya para salvarte. Su amistad es un compromiso de amor e, independiente de lo que tú hagas, Él siempre sostiene los brazos abiertos y en actitud misericordiosa. Por eso, Señor, desde este humilde rincón de oración, te pido que me tomes todo entero. Todo mi ser; toda mi mente; toda mi alma, para que, abandonado en tus Manos pueda abrazarte amistosamente abrazando con verdadera amistad a todos los hombres.

Enséñame, Señor, a ser verdadero amigo tuyo siendo verdadero amigo de los demás. Dame la paciencia, la sabiduría, la fortaleza y la paz necesaria para amar dándome a los demás. Porque, en eso consiste el amor que Tú quieres que viva, y eso es lo que yo quiero vivir para llegar verdaderamente a Ti. Y en el esfuerzo experimento que sin tu Gracia no podré lograrlo. Por eso, Señor, quiero tu amistad, porque es esa la única y verdadera amistad que salva.

No desespero, Señor, porque sería mala señal. Confío en Ti y te pido por una persona que necesita una señal de esperanza y de consuelo. Está algo desesperada y sus errores, que acepta y confiesa, los está pagando. Pero, haz Señor que no se excedan con ella y que tu justicia y misericordia Señor la alivien y le den paz. Te lo pedimos, Señor. Amén.