Vienen a mi mente aquellas palabras de María en la boda de Caná cuando le dice a los criados que hagan lo que Jesús les diga. También José, su padre adoptivo, hizo lo que el ángel de su Padre Dios le había dicho. Su obediencia y su fe fueron puesta a prueba y su respuesta fue firme y confiada. Es de suponer que José dio ejemplo a su Hijo Jesús siendo niño.
No cabe ninguna duda que la familia de Nazaret es familia ejemplar, donde José y María dieron protección y educación al Niño Jesús. Todo fue tan natural como cualquier familia, pues el Hijo, encarnado, a pesar de su condición divina, fue despojado de su rango pasando por uno de tantos -Filipenses 2, 7 - menos en el pecado.
Jesús recibió los mejores testimonios de fe, justicia y verdad. Su familia había sido elegida por Dios y la respuesta de José y María habían sido tal y como Dios esperaba. Ahora, si estas referencias de José y María no nos sirven a nosotros para reflexionar y mirarnos en ellos, poco estamos aprovechando de la figura sagrada de José y de María. Padre y Madre que nos alumbran y señalan nuestro rol y nos dan testimonio de fe. Una fe firme e inquebrantable ante las dificultades y obstáculos que nos salen al paso.
Pidamos al Señor, agarrándonos a José y María, sus padres, la Gracia de, como ellos, saber dar respuesta a lo que Dios nos pide en cada momento de nuestra vida. Una respuesta justa, discernida en verdad y revestida de amor misericordioso. Una respuesta coherente y responsable desde la Voluntad de Dios Padre, que nos guía y nos acompaña y nos fortalece para que podamos responderle. Una respuesta nacida libremente de nuestra propia libertad y voluntad, porque es donde se esconde nuestra verdadera y única dicha, gozo y felicidad eterna.
Padre nuestro, perdonanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. Porque esa es tu Voluntad y porque así nos amas Tú. Y, porque sólo siendo como Tú, por la Gracia de tu Espíritu, seremos también nosotros eternamente felices. Amén.
1 comentario:
ser verdaderos hombres de fe, es lo que necesita el mundo y a veces yo no soy ese signo de fe para otros, pido a san José saber escuchar y poner en practica la palabra de Dios, gracias.
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