Puedes hacer excelentes negocios y ganar mucho dinero, fama, prestigio e influencia. E, incluso, tener gran éxito, pero nada de eso te lo puedes llevar a la hora de tu llamada. Allí, en la presencia de Dios sólo te valdrá todo aquello que hayas dado con el corazón y de manera gratuita. Porque, será eso lo que te pagará, por decirlo de alguna manera, Dios.
Todo lo que des en este mundo y, en cambio, recibas su correspondiente valor como moneda de cambio y paga, dejará de servirte para el otro mundo, pues ya has recibido tu recompensa por los servicios prestados. Allá, en ese mundo nuevo para el que Jesús, nuestro Señor, te prepara una mansión no te vale sino lo que hagas en éste de forma gratuita. Así que preparemos para servir por amor y gratuitamente.
Y, como a nadie se le esconde que esta forma de actuar nos cuesta mucho, nos duele y muy pocos lo entienden, tachándonos incluso de bobos e idiotas, suplicamos al Señor que nos fortalezca, nos dé fuerzas y voluntad para que, dejándonos iluminar, con y por el Espíritu Santo, recibamos la sabiduría para despojarnos de todo lo material y especulativo apartando todo tipo de mercantilismo económico que nos pueda seducir y tentar. Para, en su presencia y auxiliado por su Espíritu, actuemos por caridad y gratuitamente.
Porque, Señor, todo lo recibimos de Ti y por tu Gracia y Amor, y de forma gratuita. Y así queremos también darlo y ofrecerlo. Sin ánimo de recibir nada y ofreciéndolo a aquellos que lo necesiten y que no puedan devolvérnoslo. Amén.
Y, como a nadie se le esconde que esta forma de actuar nos cuesta mucho, nos duele y muy pocos lo entienden, tachándonos incluso de bobos e idiotas, suplicamos al Señor que nos fortalezca, nos dé fuerzas y voluntad para que, dejándonos iluminar, con y por el Espíritu Santo, recibamos la sabiduría para despojarnos de todo lo material y especulativo apartando todo tipo de mercantilismo económico que nos pueda seducir y tentar. Para, en su presencia y auxiliado por su Espíritu, actuemos por caridad y gratuitamente.
Porque, Señor, todo lo recibimos de Ti y por tu Gracia y Amor, y de forma gratuita. Y así queremos también darlo y ofrecerlo. Sin ánimo de recibir nada y ofreciéndolo a aquellos que lo necesiten y que no puedan devolvérnoslo. Amén.
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